Dicen que la identidad, lo que nos define como somos, se crea en la adolescencia, esa etapa de transición de niño a adulto.
En la búsqueda de la identidad surge una presión del grupo en que nos encontremos. Presiones en torno a la apariencia física como los comportamientos respecto a la sexualidad son juzgados. La necesidad de pertenecer, el ser parte de algo, nos lleva a ocultar nuestra verdadera personalidad.
“Nunca tengas miedo de ser quien eres, y mucho menos pidas perdón por eso”.
Magalí Tajes.
¿Por qué ocultamos lo que somos en verdad?
A tal extremo nos lleva la sociedad con sus prejuicios y estereotipos que nos ocultamos hasta de nosotros mismos, creando una máscara que esconde lo que en verdad somos, lo que sentimos, nuestro verdadero ser.
“Sólo quiero ser yo sin tener que explicarlo”.
Admiro a las personas que no le importa lo que otros digan y demuestren libremente su ser.
Cómo las personas que se tiñen los cabellos de colores o un color llamativo, que a través del mismo lleven con orgullo aquella muestra de su personalidad. Aunque a veces es un gusto que muy pocos se dan, ya que surgen prejuicios porque no lo encuentran lo suficientemente formal y llegan a prohibirlos, como si el tener el cabello teñido fuese a influir en las actividades que uno realiza.
O aquellos que deciden expresarse a través del arte de los tatuajes. Cómo a pesar del dolor al hacerse uno, muestran con orgullo los trazos realizados con tinta sobre su piel. Con un significado que va más allá de un simple o complicado dibujo, lleva consigo algo especial, una historia contada a través de diseños permanentes en la piel.
“Todos somos espejos. Reflejos de otros. Somos lo que soltamos. Y lo que abrazamos desesperadamente. Somos lo que amamos y lo que alguna vez nos amó. Somos las cosas que elegimos olvidar. Ese secreto que no pudimos contarle a nadie. Somos marcas, ausencias, rechazos, aceptación, esperanza. Somos fuerza, debilidad. Cordura y heroísmo. Somos el silencio que enmudece a lo que duele. Y esa risa que libera las penas. Somos lo que padecemos. Y lo que nos apasiona. Somos lo que negamos, y lo que permitimos. Somos contradicción. Somos preguntas. Somos miedo. Todos somos máscaras".
Arde la Vida– Magalí Tajes.