Solo te quiero para mí [1]

Capítulo 16

Eventualmente, conforme pasaron los días, las semanas, la Ciudad de México poco a poco regresó a la normalidad. El episodio caótico y lleno de empatía también quedó atrás, como si nada hubiese sucedido. Todos continuaron con su vida normal y nos fuimos olvidando de los ciudadanos que fuimos ese 19 de septiembre, ahora solo existía la rutina, nuestra rutina habitual.

Y la mía incluía ir a la universidad, ser chófer de Frida, estudiar aún más porque hemos tratado de reponer todos los días que estuvimos sin clases, salir con Daniel y tratar de mantener mi poca vida social viva. Mantener mi poca vida social viva implica platicar con mis amigos y dedicarles tiempo, como hoy, que llevo casi toda la mañana hablando con Ingrid por FaceTime, se podría decir que el 80% de nuestra conversación se resumió en la relación a distancia que ha iniciado con Gabriel.

—Dime la verdad. ¿Crees que me estoy yendo como hilo de media con lo de Gabo?

—Digamos que te veo más ilusionada con Gabriel que cuando lo estabas por Elián.

—¡Mierda! No se suponía que esto debía terminar así... Sólo debía ser un affair de verano mientras estaba en México.

—Ingrid, dime algo... ¿Eres feliz?

Miré a mi mejor amiga llevarse ambas manos a la cabeza a través de la cámara de mi teléfono, meditó su respuesta por un momento. Tapándose los ojos al confesar un:

—Como no tienes una puta idea.

—Entonces no le pongas más barreras a Gabo, está teniendo una relación a distancia contigo y sabes que eso no es nada sencillo. Está esperando con ansias a que sean las vacaciones de invierno para volverte a ver.

—Créeme que ya me están dando ganas de hacer mi maleta e irme en el primer avión a México de regreso.

Nos quedamos en silencio por un momento, puse la vista en el florero que adornaba mi mesa de noche, los tulipanes rojos que me regaló Dan seguían igual de lindos que hace tres días.

—Pero bueno, creo que ya te harté con todo lo de Gabo. Lo siento.

—Está bien, sabes que me encanta escucharte.

—Dime Ann... ¿Cómo vas con Dan?

—Es increíble, realmente es muy diferente a Matías ¿sabes? Siento que podemos platicar de cualquier cosa y es un tipo interesante. Además, ha expandido mis gustos musicales, todos los días en la mañana me manda una canción, ¿te dije que incluso contraté Spotify con tal de escucharlas?

—¿Mrs. Apple Music es mejor cambió a Spotify?

—Tengo ambos, ventajas del descuento universitario.

Miré la hora, he estado tanto tiempo hablando con Ingrid que me he olvidado de que tengo una cita pendiente con Dan.

—De hecho en un rato saldremos. Iremos al Centro por un café.

—¡Y yo quitándote el tiempo! Anda ve a arreglarte, diviértete mucho.

Ingrid se encargó de terminar con la llamada para que yo pudiera arreglarme. Puse a cargar mi celular y me deshice del chongo, dejando caer mi cabello mientras buscaba mis toallas para ducharme. No sé en qué momento se me fue la mañana tan rápido, quizás haber hablado tanto tiempo con Ingrid por teléfono hizo que este sábado se sintiera mucho menos pesado, pero ahora tengo que apurarme y ni siquiera tengo pensado que ponerme.

Es solo un café, unos jeans, una blusa tipo campesina y unos zapatos muy cómodos definitivamente van a ser parte de mi atuendo, sobre todo los zapatos cómodos, porque a Dan le gusta caminar mucho. Perfume, maquillaje discreto, aquel collar con mi inicial colgando en mi cuello, más perfume. Me alisté para salir de mi casa lo más pronto posible, peinando mis ondas en el cabello con mis manos una última vez antes de subir al uber que me dejaría en la estación del metro más cercana para verlo en donde acordamos.

 

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El Gran Café de la Ciudad de México es probablemente una de mis cafeterías favoritas en esta ciudad. La descubrí una vez con Julieta, en una de esas salidas improvisadas saliendo de la universidad cuando no queríamos volver a casa. Solo queríamos un lugar bonito para tomar frappés y dimos con el noveno piso de la Torre Latino.

Y hoy, corrimos con la suerte que no tuve con Julieta aquella vez, una mesa en la terraza con una vista directa hacia el Palacio de Bellas Artes estaba desocupada y nos sentamos ahí a observar lo que sucedía en la alameda acompañados de un buen café y en mi caso, de un rico bagel de tres quesos.

—Amaba los bagels en la prepa. —Le confieso—. Casi siempre comía bagels en el desayuno con Darinka.

—A mí me gustan los de Join Os, los que están en Oasis Coyoacán.

—¡Ya sé! Están buenísimos.

Dan me robó un pedazo de bagel, mirando hacia la pareja que no dejaba de tomarse fotografías con el Palacio de Bellas Artes de fondo. Dirigí también mi vista hacia ellos, llevaban ya un buen rato de esa manera, se tomaban las fotos, las miraban y volvían a tomarse más hasta que al parecer quedaron satisfechos. Después regresaron a su mesa, justo en frente de nosotros, los dos miraron el teléfono y se quedaron en silencio, probablemente ambos estaban editando las fotos para presumir su linda relación en redes sociales.

—Odio los celulares.

—¿Por qué?

—¿Acaso no lo ves? Se la viven todo el tiempo pegados a la pantalla. Lo de ahorita fue pura apariencia para verse bien en Instagram, pero ni siquiera se dirigen la palabra... Viven la vida a través del celular. Eso no está cool.



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En el texto hay: romance, jovenadulto, exnovio

Editado: 30.12.2023

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