Solo te quiero para mí [1]

Capítulo 43

Me desperté con la esperanza de que todo esto haya sido un mal sueño, pero al mirar mi celular y ver que Matías no respondió a todos los mensajes que le mandé, supe que esta era mi realidad. Me dolía todo el cuerpo, tenía demasiado frío, creo que ni siquiera cuando terminamos la primera vez me sentía tan triste como me siento ahora. ¿En verdad todo se fue a la mierda? ¿Qué nos pasó? ¿Quién era ella?

Me tallé los ojos y volví a voltearme, ya no encontraba otra posición para estar cómoda. Abrí la caja de mis airpods y me coloqué los audífonos, no quería levantarme de la cama. Solo quería quedarme abrazando la almohada, escuchando música, canciones que me recordaran a él... Como esta de Mon Laferte que estoy escuchando, porque sí, solo quería que regresara. Y como ella lo decía en la letra, estoy sintiendo que me muero, sin Matías a mi lado.

Los duelos son tan extraños. Como puedes pasar de estar llorando sin parar y después quedarte mirando hacia la nada, sin soltar una lágrima más porque ya no hay más. Como puedes aguantar estar en pijama sin bañarte, oliendo feo, con los ojos hinchados por tanto llorar, con el estómago vacío porque el hambre se va. Mirando solamente la pantalla del celular esperando un mensaje, una señal de vida, cualquier cosa.

—Anette... Dice mi papá que bajes a desayunar, no has comido nada desde ayer.

—No tengo hambre. —Le respondo a Frida en voz alta, sin abrir la puerta.

—Anda Ann, abre.

Escuchaba a mi hermana forzar la manija de la puerta, pero no iba poder hacer nada, desde ayer que no le he sacado el cerrojo.

—Vete. No quiero hablar con nadie ni ver a nadie. —Le grité a Frida desde adentro—. Vete, no quiero que me fastidies ahorita.

—Está bien pero bájale dos rayitas a tu intensidad.

Siempre pensé que era ridículo derrumbarte así por alguien, al nivel de hacer lo que yo estoy haciendo en este momento, pero no podía ni siquiera levantarme de la cama. No tenía fuerzas ni ganas de hacerlo, solo quería que regresara, que viniera a mi casa a sacarme de mi habitación, que me abrazara y me dijera que todo va a estar bien, que fue una discusión más como las que ya hemos tenido en el pasado. Porque si en el pasado pasamos demasiado tiempo peleando y reconciliándonos, era obvio que podíamos hacerlo de nuevo. Quería que así fuera.

Mi celular vibró y la esperada notificación por fin llegó, solo para romperme un poco más el corazón.

Matías Licea: Anette, por favor basta. Me siento asfixiado, necesito espacio, espero que lo entiendas. No quiero hablar contigo ahorita.

Ese dolorcito en el pecho regresó, el llanto incontrolable apareció de nuevo.

 

68747470733a2f2f73332e616d617a6f6e6177732e636f6d2f776174747061642d6d656469612d736572766963652f53746f7279496d6167652f5536724d6c5f76486e6b467749413d3d2d3831353535353636352e313761383439666337316662383134353431343031383632313232372e706e67

 

El día parecía ser eterno. Por una parte, quería que así se quedara, ¿cómo le voy a hacer mañana para sacar fuerzas para levantarme de la cama? Las vacaciones terminaron y mañana regreso a la universidad, con los pocos ánimos que tengo, ni siquiera me había puesto a pensar en ello. Miré el reloj de mi celular, 5:50 p.m., abrí Twitter y de nuevo fui a descargar cómo me sentía, con RT's y compartiendo algunas canciones, intentando mantenerme distraída de alguna forma.

Lo único que me distrajo fue el sonido de mi puerta, alguien ha tocado dos veces pero no me voy a levantar para abrir, no quiero ver a nadie. Una vez más, dos golpes en la puerta y esta vez, algo se deslizó por debajo de ella, logrando que por fin me levantara de la cama, la curiosidad pudo más conmigo. Me agaché para tomar la hoja de papel blanco doblada por la mitad, la abrí solamente para darme cuenta de que Frida me escribió un:

«Te mandé pedir una hamburguesa de Carl's y una malteada de chocolate. No has salido en todo el día ni has comido desde ayer, me preocupas, te la dejo afuera pero por favor tómala»

Le quité el cerrojo a la puerta y la abrí para encontrarme con la bolsa de papel de la cadena de hamburguesas en el piso. La tomé y volví a cerrar la puerta con cerrojo, caminé hacia mi cama y saqué la caja de la hamburguesa. Una mordida, un sorbo a la malteada, solía amarlas pero ahorita ni siquiera podía disfrutarlas, estaba comiendo más por comer que por hambre. Evadiendo de nuevo que mi papá ha tocado de nuevo mi puerta pidiendo que le abra, no lo iba a hacer, no quería salir de aquí. ¿Qué explicación puedo darle a mi familia? ¿Qué pretexto puedo poner? ¿Cómo explicar que me duele el cuerpo entero y no solo el corazón?

 

68747470733a2f2f73332e616d617a6f6e6177732e636f6d2f776174747061642d6d656469612d736572766963652f53746f7279496d6167652f6654385248636c34326e444931773d3d2d3831353535353636352e313761383461303034653161346238353139373337303332383635332e706e67

 

La alarma sonó a la hora habitual en la que la tenía programada para ir a la universidad, pero yo ya estaba despierta desde hace una hora. Apenas si pude dormir, no podía dejar de ver el perfil de Instagram de Matías, no pude dejar de monitorear sus redes sociales en general, esperando saber algo de él. Las pocas horas de sueño que tuve se veían reflejadas en mi rostro, solo esperaba que el corrector hiciera algo para quitarme las ojeras. Es el primer día de clases y yo he abandonado la cama solamente por pura obligación.



#9405 en Joven Adulto
#37378 en Novela romántica

En el texto hay: romance, jovenadulto, exnovio

Editado: 30.12.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.