Sólo Tú

Capítulo 7

Capítulo 7

Blake

 

Han pasado dos días desde el incidente y por fin le dieron el alta a mi madre.

Fueron dos largos días en los que me he armado de valor y fuerza para no llorar cada vez que recuerdo que ella está más cerca de la muerte que antes.

Kurt y yo pasamos cada minuto de estos dos días con ella hasta que era la hora de irse.

No me he permitido pensar en otra cosa que no sea mi madre, aunque mi mente traicionera a veces me manda imágenes de Cam cuando bajo la guardia. En esas ocasiones, me reprendo y envío a Cameron de vuelta al olvido.

No lo he vuelto a ver después de que lo dejé en el estacionamiento del hospital dos noches atrás y me repito a mí misma que es lo mejor, pero mis pensamientos no parecen estar de acuerdo. Estoy ansiando verle y quiero darme cachetadas por eso. No puedo estar cerca de ese mocoso mimado, no puedo perder tiempo con él porque tengo cosas más importantes en las qué pensar.

Sí, de aquí en adelante voy pasar de él. Está decidido.

Es medio día cuando llegamos a casa de mi madre de vuelta del hospital. Kurt y yo nos estamos perdiendo las clases de ese día, sin embargo, no puede importarnos menos.

Instalamos a mi madre y bajamos a la cocina para hacer algo de comer para los tres. Cosa que me hace recordar todas las veces que habíamos hecho la comida para mamá antes de que llegara de trabajar.

Aun siendo unos niños ya estábamos cuidando de mi madre.

—Ahora que ya estamos solos y mamá está fuera de peligro —dice de pronto, tomándome con la guardia baja—, ¿vas explicarme qué te pasa con Cameron Allen?

Dejo de pelar papas y lo miro a los ojos.

—No me está pasando nada con Cameron Allen.

Kurt no me cree y me lo hace saber rodando los ojos.

—Blake —Suelta el cuchillo con que está picando zanahorias y apoya las manos sobre la encimera—, te conozco, sé que algo te está pasando con ese chiquillo rico.

—No seas tonto, Kurt. —Arrugo la nariz, mi enfado empezando a formarse—. No me pasa con él.

—Eso no fue lo que me pareció cuando te lanzaste sobre él en el hospital.

Ahora es mi turno de rodar los ojos.

—Solo le estaba agradeciendo por haberme ayudado con mamá.

—Pues tú no eres de las que va repartiendo abrazos como agradecimiento.

—Me haces ver como una persona fría y sin sentimientos. —Aparto la mirada de la suya.

Kurt me conoce más que nadie. Si le miento o soy evasiva con mis respuestas, él lo va a notar.

En situaciones como esta odio que me conozca tanto.

—¿Cuándo fue la última vez que le diste un abrazo a alguien? —También odio cuando se pone en plan listillo—. Un abrazo en general, por cualquier motivo. Si soy más específico, pidiendo que recuerdes un abrazo de agradecimiento, tus opciones van a pasar de escasas a imposibles.

Puede parecer algo fácil, pero no lo es. No soy de las que abraza solo porque sí.

Busco en mi mente las interacciones afectuosas que he tenido en las últimas semanas y solo encuentro las veces que he abrazado a mamá y los momentos en los que abrazo a Alex durante el sexo, y dudo que lo último le valga a Kurt.

—He abrazado mucho a mamá en los últimos días.

Kurt suelta una carcajada, como si mi comentario fuese un chiste.

—Voy a aceptar esa respuesta porque fui vago con la pregunta. —Toma el cuchillo de nuevo y continúa cortando las zanahorias—. Ahora quiero que pienses en la última vez que me diste un abrazo a mi.

El maldito idiota sabe muy bien que él y yo no compartimos muchos momentos cariñosos. Lo que debe estar olvidando es el abrazo que compartimos en el hospital.

—Hace dos días en el hospital —canturreo con suficiencia, Kurt arquea las cejas.

—Ese no vale, Blake.

—¡Claro que vale! —chillo. No me va a ganar tan fácil.

—¡Yo te abracé a ti!

Me encojo de hombros.

—Eso no importa.

—¡Sí que importa! —exclama con exasperación.

—¡Fue un abrazo, Kurt! —Si cree que voy a amilanarme es que no me conoce muy bien.

—Voy repetir lo dije: —Pone el cuchillo a un lado nuevamente y se aclara la garganta— Ahora quiero que pienses en la última vez que ME DISTE un abrazo.

¿Ven lo que les digo? ¡Listillo!

—No voy seguir discutiendo esto contigo. —Zanjo la conversación y vuelvo a las papas.

—Me parece bien.

Y a mi me parece sospechoso que él lo deje estar, sin embargo, no digo nada.

No voy a tentar mi suerte.

 

◇◇◇

 

—Hola, B.

El saludo habitual de Bianca hace que levante la vista de mi almuerzo.



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En el texto hay: amigos, romance, amor

Editado: 15.02.2022

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