Capítulo 22
Cameron
El día después del suceso, Blake no se aparece por la universidad. Estuve tentado a preguntarle a Kurt por ella, pero mi dignidad no me permitió hacerlo.
Jordan, por otra parte, tuvo un altercado con Kurt en la cafetería en plena hora de almuerzo. Le gritó diciendo que Blake no se merecía la amistad que ella le había dado ni la relación que mantuvo conmigo, Kurt la tranquilizó y se la llevó un lugar aparte donde hablaron como personas civilizadas. Ella no me quiso decir lo que hablaron, dando la excusa de que era lo mejor para mí.
En los días después del suceso, todo vuelve a la normalidad, como había sido antes de que conociéramos a los Hale y a Alex. Jazmine vuelve a pasar tiempo con nosotros, Jordan y yo solo asistíamos a fiestas en el campus y nuestra única preocupación son los deberes que nos envían los profesores.
Los Hale, Alex y Bianca vuelven a sentarse lejos de nosotros y a ser los tipos a los que no podías acercarte a no ser que tuvieses la intención de conseguir lo que ellos le proveen a todos.
Lo único faltante, o el único faltante, es Liam. Claro, que ese sí que no hace falta.
Mientras los días van pasando, la ira en mi interior es sustituida por inquietud. Inquietud porque Blake no hace nada para acercarse a mí. De hecho, ocurre todo lo contrario, es más distante que nunca, incluso con sus amigos. Se la pasaba en silencio en las horas del almuerzo y con cara de querer matar a alguien.
Un día, mientras iba de camino a una clase, me tropecé con ella en el pasillo, pensé que diría algo, pero simplemente me ignoró y siguió de largo.
Supongo que ya no le hago falta en su vida y ese hecho provocó que la ira regresara, aunque esta vez por motivos diferentes. Estaba molesto con ella por haberse olvidado de mí tan rápido, cosa que pudo hacer en unos días. Yo, por mi parte, todavía la extraño aunque el error ha sido de ella.
Cuando llego a casa ese día, Jordan está allí, instalada viendo televisión. Otra de las cosas que volvieron a suceder después del suceso, Jordan volvió a meterse todos los días en mi apartamento sin decirme nada. Esta vez, claro, sin Liam.
—Esta noche hay una fiesta —informa en cuanto me ve—. Quiero ir.
—Ve, entonces.
Paso de largo a la cocina y me sirvo un vaso de jugo.
—Ven conmigo, por favor. —Se levanta del sofá y camina hacia la cocina persiguiéndome.
—No estoy de ánimos para fiestas, Jojo.
Pone cara de cachorro regañado y hace un puchero.
—Por favor —ruega—, será una buena distracción.
Ruedo lo ojos y asiento.
—Está bien —accedo. Ella salta de emoción y me da un beso en la mejilla.
—¡Gracias!
Y regresa a su sitio frente al televisor.
El resto de la tarde lo paso haciendo los deberes e ignorando a Jordan, bueno, intentando ignorar a Jordan. Cuando se acerca la hora irnos a la fiesta, Jordan se va a arreglarse y me dice que nos veremos ahí.
Me alisto a regañadientes para la fiesta y me voy antes de arrepentirme. Estaciono una cuadra por debajo de la casa de fraternidad porque es el único espacio vacío que encuentro y voy andando el resto del camino.
Cuando entro en la casa, me recibe el alto volumen de la música y el olor a alcohol. Atravieso el vestíbulo rumbo a la sala de estar. Todo está lleno de gente, bailando y haciendo tonterías, la mayoría ya borrachos.
Una chica se para frente a mí y me sonríe.
—¿Quieres bailar? —le devuelvo la sonrisa, cortés, y niego con la cabeza.
—Ahora no, tal vez más tarde.
Rodeo a la chica y me voy directo a la cocina para buscar un trago. Le pido whisky al chico detrás de la barra de desayuno, me lo entrega y volteo a ver la estancia. Un montón de gente está apiñada en lo que es la sala de estar, bailando. Más allá, en el comedor, hay varios tontos jugando al beer pong. Veo a Jazmine junto al cabecilla del juego y trato de agudizar mi mirada para ver quién es su nueva víctima, Oliver Saldsbury. Bien, eso quiere decir que ya se olvidó de mí.
Vuelvo a pasear mi mirada por la estancia y me encuentro con Liam, está hablando con alguien que no puedo ver y parece estar un poco estresado. La persona que está hablando con él se mueve y puedo verlo, o, mejor dicho, verla.
Blake camina hacia la parte trasera de la casa y Liam le sigue los pasos.
Los sigo y me digo a mí mismo que voy solo para ver qué es lo que traman este par juntos. Ellos salen a la parte trasera y espero un minutos para salir también. En un principio no los veo por ningún lado hasta que los encuentro cerca de la verja que hay al final del terreno de la casa. Soy presa de los celos al verlos tan juntos, pero luego noto lo que está pasando. Ella le tiende una bolsa pequeña con un polvo blanco, traducción: Blake le está vendiendo drogas a Liam.
Este toma la bolsa, la mete en el bolsillo de su chaqueta y le pasa un billete a Blake, billete que ella mete en sus senos. Liam da una vuelta para irse y me escondo detrás de la puerta. Entro en lo que creo es el armario de limpieza y espero unos minutos, calculando que ya ninguno de los esté ahí afuera. Salgo del armario y veo a ambos lados para comprobar que nadie me ha visto.