Sólo Tú.

Capítulo 26

Capítulo 26

Cameron

 

La observo comer.

Aún teniéndola frente a mí no me creo lo que sucedió anoche. Cuando me dijo que entendió que conmigo tiene más que solo sexo, esperé a que salieran personas de escondites gritando ‘¡Caíste!’.

¡Lo espero todavía!

—¿Puedo preguntar algo? —dice Blake sin levantar la mirada de su comida y yo asiento automáticamente— ¿Tuviste algún accidente en los últimos días?

Frunzo el ceño.

—No.

—¿Nada? —Niego— ¿Ni un golpe en la cabeza?

—No —contesto lento—, ¿por qué?

Levanta la cabeza.

—Porque estás actuando extraño —informa—. No dejas de mirarme, casi no hablas, estás perdido en tus pensamientos. —Deja el tenedor en el plato y se toma de las manos—. ¿Ocurre algo?

¿Cómo le explico que mi actitud es porque creo que en cualquier momento va a desaparecer?

—No es nada, Blake.

—¡No me vengas con eso! —Se cruza de brazos—. Dime que ocurre.

Respiro profundo.

—Es que no me lo creo, Blake —Ella enarca una ceja—. No me creo que estés aquí conmigo, no me creo que me quieras como yo te quiero. Simplemente no me lo creo.

Blake frunce los labios, volviendo la vista al plato.

—No confías en mí. —No es un pregunta, es una afirmación.

—No es eso, cariño. —Me levanto y rodeo la isla hasta estar junta a ella y la estrecho entre mis brazos—. Es solo que, en estos últimos días, he tenido que ser cruel conmigo mismo, diciéndome que tú no me quieres para poder superar esto.

Ella se gira hacia mí, envolviendo sus brazos alrededor de mi torso.

—Lamento tanto herirte, Cam. —Sus voz suena distorsionada por tener la cara contra mi pecho. Sin embargo, puedo notar el temblor en sus palabras—. Es algo que me va a pesar siempre.

Tomo su cara y la levanto para que me mire. Tiene los ojos húmedos con lágrimas no derramadas.

—No estoy te reprochando nada, Blake —le aseguro—; eso no es lo que me inquieta.

—¿Entonces, qué es?

—Es mi propia inseguridad, linda —aclaro—. No me creo capaz de hacer que una mujer como tú se quede conmigo.

Arruga el entrecejo.

—Ese es un pensamiento idiota. Eres más que capaz de mantenerme contigo.

Suelto su cara y vuelvo a abrazarla.

—Demuéstralo, entonces.

Blake asiente contra mí pecho.

—Lo haré —asegura; y le creo.

Llegamos a la universidad justo a tiempo para la primera clase. Dejo a Blake en la puerta de su salón con un beso corto a modo despedida y corro a mi clase.

A la hora del almuerzo, encuentro a Kurt, Blake y Jordan en la cafetería hablando animadamente.

—Las fiestas Julio son totalmente normales —le está diciendo Blake a Jordan cuando llego hasta ellos—. El hombre solo invita a gente de confianza y ninguno de los asistentes ha hecho algún numerito nunca. Son las fiestas más pacíficas a las que he asistido desde siempre.

—Eso quiere decir que podremos ir sin que ustedes se la pasen pendiente de nosotros —dice Jordan y Blake asiente.

—Por eso te invité, fresita —comenta Kurt en un tono dulce que me confirma que su noche pudo haber terminado igual que la de nosotros.

—¿De qué fiesta están hablando? —interrumpo.

—Es la fiesta de un amigo de Kurt —explica Jordan—. Nos lo encontramos anoche saliendo de The Pub y nos invitó, dijo que podía llevar acompañantes y que, por sobre todas las cosas, llevara a Blake con él.

El último comentario de Jordan provoca que el tal Julio no me caiga en gracia, y debo haberlo hecho notar porque Jordan suelta una carcajada y Blake toma mi mano bajo la mesa.

—Julio es un amigo que tenemos Kurt y yo —aclara ella con una sonrisa tranquilizadora—, pero es solo eso, un amigo.

—Un amigo que podría ser su padre —Kurt ríe.

—¿Quién podría ser padre de quién? —inquiere Alex haciendo acto de presencia y sentándose a un lado de Kurt. Jazmine lo sigue, tomando asiento a su lado. Ambos ignoran las miradas de sorpresa de los demás y hacen como si nada está pasando.

—¿Alguno de los dos puede explicarme por qué llegaron juntos? —cuestiona Jordan, dándole voz a la pregunta que a todos nos ronda por la cabeza.

—Una simple casualidad —contesta Jazmine sin mirarla.

—Casualidad —repite mi prima sin creérselo.

Jazmine no responde, solo asiente.

—¿De qué me he perdido en este rato que estuve ausente? —pregunta Alex antes de darle un mordisco a su muslo de pollo.

—Julio nos invitó a una fiesta este sábado —le informa Kurt.

Alex abre los ojos ampliamente y sonríe de oreja a oreja. Bueno, lo que la comida en su boca le permite sonreír.



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En el texto hay: amigos, romance, amor

Editado: 15.02.2022

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