Sólo Tú.

Capítulo 29

Capítulo 29

Blake

 

Los días que siguen luego de la fiesta, me convierto en una especie de sonámbula. Voy de aquí para allá en piloto automático y estoy tan despistada que no recuerdo lo que estoy haciendo cada dos por tres.

Si Cam nota mi estado de ánimo, no lo da a conocer. Aunque, siendo sincera, tampoco he pasado mucho tiempo con él en estos días. En la universidad, paso de él con la excusa de que tengo alguna otra cosa pendiente, me escabullo a casa antes de que él me encuentre e ignoro la mayoría de sus llamadas; cuando sí atiendo, le digo que estoy ocupada y que lo llamaré más tarde.

Kurt se encuentra en una situación similar a la mía; ha estado ignorando a Jordan desde aquel día por las mismas razones por las que yo no hablo con Cam. Alex, por su parte, está cabizbajo y no está de humor la mayor parte del tiempo; no estaba de humor ni siquiera para Jazmine. He notado como la ignora en la universidad y no contesta sus llamadas, de eso me di cuenta un día que Alex estaba en casa y ella lo llamó, ignoró su llamada y siguió como si nada.

El siguiente fin de semana luego de la fiesta en casa de Julio, tuvimos que asistir a una pelea en el depósito. Basta decir que ninguno estuvo de humor para hacer otra cosa que no fuera hacer lo que íbamos a hacer. Apenas ambos hubieron peleado y recibido su paga, salimos de allí tan rápido como habíamos llegado.

El domingo después de la pelea, como todos los domingos, teníamos que ir a casa de mamá. Sin embargo, Kurt y yo llegamos a un acuerdo silencioso de no ir porque siempre adivina cuando algo nos pasa, nos tiraría de la lengua para que le contemos lo que está pasando y, al saber de qué va todo, nos obligaría a aceptar la propuesta de Julio sin sopesar las opciones.

A eso de las 6 de la tarde, el teléfono de Kurt suena, dejando saber que alguien lo llama. Cuando ve de quien se trata, suspira y lanza el teléfono sobre la mesa de centro de la sala de estar para luego seguir viendo televisión. Adivino de inmediato que se trata de Jordan por su comportamiento esquivo, y lo entiendo. Jordan y Cam van a tratar de convencernos de aceptar la propuesta de Julio y eso no va a acabar bien.

Nadie más puede hacernos tomar una decisión, solo nosotros hemos de hacerlo y en eso estamos de acuerdo los tres.

Lo peor de todo es que mi conciencia está haciendo estragos con mi mente. Ahora más que nunca, no paro de pensar en que lo que hago es malo, ilegal y peligroso. Mi estúpida conciencia se la pasa enviando imágenes de lo que podría pasar si nos atrapan. Diferentes escenarios me llegan a cualquier hora del día; Kurt y yo siendo atrapados y metidos a la cárcel, mamá quedándose sola y desesperada al tenernos a nosotros en esas circunstancias.

Pero lo peor son las pesadillas; mamá muriendo sola en esa casa al no tener quién esté con ella mientras Alex, Kurt y yo nos podrimos en la cárcel. Además de Bianca siendo encontrada por Billy y este la mata. Siempre es la misma y cada noche me sienta peor.

De pronto, siento que las paredes amenazan con caernos encima y me llegan unas ganas irrefrenables de salir de corriendo.

Me levanto de un salto bajo la mirada curiosa de mi hermano.

—Necesito salir —digo desesperada—. Tengo que dejar de pensar por un rato porque si no, voy a acabar en un manicomio.

Corro a mi habitación y me cambio la pijama que he llevado todo el día por algo para salir. Cuando estoy lista, salgo de mi habitación hacia la salida, pero Kurt me detiene justo cuando estoy tomando mi chaqueta.

—¡Espera! —grita, saliendo de su habitación vestido para salir y con los zapatos en la mano—. Voy contigo.

Se calza los zapatos en un visto-y-no-visto y toma su chaqueta. Salimos del edificio y subimos a su camioneta.

—Voy a llamar a Alex para ver si se nos une —le hago saber cuando sale del estacionamiento.

Marco el número de Alex y al cuarto tono, atiende.

Blake, ¿qué pasa? —Su voz se escucha ronca como si recién se está levantando y escucho la televisión de fondo puesta en un partido de fútbol.

—Kurt y yo vamos de camino a tu casa —informo—. Iremos a tomar algo.

Me leyeron el pensamiento. —El sonido del partido se aleja y una puerta se abre y cierra.— Estaba a punto de llamarlos.

—Estaremos ahí en 10.

Kurt se pasa un semáforo en amarillo y yo le lanzo una mirada de advertencia que él no ve.

Bien —dice Alex y cuelga.

Diez minutos después, Kurt se detiene frente al complejo de apartamentos donde vive Alex. Saco el teléfono con la intención de enviarle un mensaje para hacerle saber que estamos aquí cuando él sale. Se sube a la parte trasera de la camioneta y mi hermano arranca de golpe.

Kurt conduce hacia The Loop, a una calles del Millennium Park, a un bar pequeño con el nombre Carly’s brillando en un anuncio de neón. Es pequeño, eso veo cuando entramos. Hay un fila de reservados junto a los ventanales que dan hacia la calle y mesas de madera repartidas estratégicamente por el lugar. Detrás de la barra, un tipo se mueve de aquí para allá atendiendo pedidos, mientras un plasma transmite el partido de fútbol. El lugar está medio vacío, solo ocupado por aquellos que ven el partido de los Chicago Bears.



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En el texto hay: amigos, romance, amor

Editado: 15.02.2022

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