Capítulo 35
Blake
Sería una gran mentirosa si dijera que no estoy nerviosa.
Estamos camino al depósito. Billy va a dar una fiesta esta noche y, hasta hace rato, me parecía el momento perfecto para decirle que vamos a dejar de trabajar para él. Claro, eso lo creía hace unas horas. Ahora, no tanto.
En este preciso momento quiero decirle a Kurt que de un giro de 180° y nos regrese a casa para poder acostarme en posición fetal en mi cama mientras me chupo el dedo. Así están las cosas.
Alex, Kurt y yo hace días que hemos estado buscando el momento perfecto para decirle a Billy que ya no vamos a trabajar para él y este fue el único que encontramos en semanas. Estuvimos planeando qué hacer durante días, alertas a cualquier llamada de Billy, pero no hubo ninguna hasta hace dos días, informándonos de la dichosa fiesta que se celebra hoy.
También persiste la situación con Bianca. Logramos convencerla de hablar con sus padres, pero no quiere hacerlo hasta mañana, el día de Acción de Gracias. Le dije que cuanto menos tardara en hablar con sus padres, más rápido solucionaría las cosas con Billy, pero no quiso cambiar de decisión.
Esta noche ella se ofreció a pasar el rato con mamá mientras nosotros estamos en lo de Billy. Kurt y yo le agradecimos que quisiera ayudarnos, no queremos que mamá esté sola, volviéndose loca de los nervios mientras nos espera en casa.
Recordar que mamá está esperándonos en casa reaviva la valentía en mi cuerpo. Hago esto por ella. Así como entramos en este mundo por ella, también salimos por ella, para que esté orgullosa de nosotros.
No hay vuelta atrás.
Kurt estaciona la camioneta en el estacionamiento del depósito y mira a Alex, que está sentado a su lado.
—Creo que estamos locos por hacer esto chicos —dice y me observa brevemente antes regresar su vista hacia la entrada del depósito—, pero es hora.
Emprendemos la marcha hacia la entrada del depósito en silencio. Dentro, la fiesta ya está en pleno apogeo, luces led de colores iluminaban la pista de baile y la muchedumbre baila allí al ritmo de la música. El lugar está atestado de personas, cosa que me alivia. Mientras más gente haya, más oportunidad tendremos de escondernos en caso de necesitarlo.
Caminamos directo a la barra a buscar unas bebidas, es nuestra primera parte del plan, hacer como si nada estuviese a punto de pasar. Una vez tenemos nuestras bebidas, nos dedicamos a saludar a todos los que conocemos; siguiente parte del plan, mezclarnos como lo haríamos en cualquier otra fiesta.
Nos quedamos hablando en un grupo de chicos, que van también a la Universidad de Chicago, hasta que Liam se acerca a nosotros.
—¡Eh! Aquí están mis tres amigos favoritos —grita, mirando a Alex, a Kurt y, por último, a mí.
—No sabía que nos apreciabas tanto, Liam —comento irónica. Una chica de nuestro grupo, suelta una risita.
—¡Oh, por favor! —Se lleva una mano al pecho, haciéndose el dolido—. Me hieren tus palabras.
—Lo superarás —resopla Kurt, cruzando los brazos y tomando una postura intimidante.
¡Alerta de hombre de las cavernas!
Si Kurt no pasaba antes a Liam, ahora que siente algo por Jordan y sabe que Liam la engañó, no lo soporta.
—¿Qué es lo que quieres, Liam? —pregunta Alex, mirando a Liam con fastidio.
—Solo pasaba a saludarlos. —El idiota nos da una sonrisa sabelotodo que me suscita el deseo de quitársela a golpes—. Y quería darte las gracias, Kurt, por dejarme el camino libre con Jordan. No es que seas algo por lo que tenía que preocuparme, pero mejor si tengo el camino libre.
Kurt baja los brazos a cada lado de su cuerpo con los puños cerrados y da un paso hacia Liam, Alex lo toma del brazo para detenerlo.
—Te llegas a acercar a ella y te mato, idiota —dice entre dientes, con esa expresión en su cara que te advierte de no tomarte sus palabras a la ligera, y Liam lo sabe de sobra, porque su expresión burlona de siempre cambia a una de puro terror—. Ahora, piérdete de mí vista antes de que cambie de opinión y te mate aquí mismo.
Liam desaparece lo más rápido que puede entre la gente.
—Es un charlatán —comenta uno de los que estaban hablando con nosotros antes de que Liam interrumpiera—. Necesita una buena paliza para que empiece tomarnos en serio.
Kurt gruñe de acuerdo y Alex le dedica un asentimiento.
—Sí, lo necesita —secunda Kurt sombrío—. Y yo estoy más que dispuesto a hacerlo.
Luego del encuentro con Liam, nos retiramos a un lugar tranquilo a esperar el momento perfecto en el que debíamos hablar con Billy. Los tres nos quedamos en un rincón observando todo nuestro entorno, entorno que necesitamos dejar cuanto antes. La noche no puede pasar más lento y me estoy impacientando por no saber cómo van a acabar las cosas.
Una imagen de Cam me llega a la mente y quiero salir corriendo a buscarlo. Si él estuviera conmigo, puedo asegurar que todo esto sería un poco más fácil de sobrellevar. Pero, desde que él se decidió a dejarme, no estoy segura de si esto que estoy haciendo valdrá para que él me de otra oportunidad.