Solo tu tienes mi amor ©

Capitulo 14

OSCAR

 

Una semana... Ha pasado una semana desde que Isabella está viviendo en casa y más feliz no puedo estar. Cada momento a su lado es diferente a las que he pasado años atrás, es como si ella fuese mi lugar en el mundo... Si ella no está a mi lado, no soy el mismo. Muchos hombres se sienten raros al estar con sus parejas que son mayores, pero en mi caso tuve que madurar a temprana edad por lo que muchos piensan que parezco de más edad de los que tengo. No me importa lo que piensen los demás, solo lo que hacen las personas importantes en mi vida... Me importan mucho las opiniones cercanas a mi persona y los de afuera... Los de afuera me entran por un oído y sale por el otro. Es así el refrán, ¿No? Son costumbres a las que todavía no me he adaptado.

Hoy, Isabella comenzará sus dos semanas de vacaciones y ya la tengo que ver partir de aquí. Se va a su ciudad de origen a pasar unos días con su familia, en un momento iba a oponerme, pero me convenció que pasará solo una semana y lo que resta estará aquí. Irá acompañada de Agostina y Pedro... Vaya coincidencia que les dieran los mismos días a Pedro, tengo conocimiento que aún no han dicho a sus superiores sobre la relación. Todos están contentos, ella por volver a sus orígenes y él conocerá a la familia de su novia. Conociendo a Luca y Matteo, le costará mucho adaptarse a la familia Italo Argentina... Por más que no sean de Italia, las costumbres son enseñadas a cada generación.

- Cuando te des cuenta, la semana comenzará de nuevo.- su voz me quita de mis pensamientos y la miro sonriendo al acariciar mi cuello- El tiempo pasa rápido y ni siquiera te darás cuenta.

- Cuando no estás, el tiempo no corre...- suspiro con resignación- Si no vuela cuando trabajas todo un día, mucho menos lo hará en una semana.- se ríe besando la punta de mi nariz- Me acostumbré a tenerte mediodía conmigo y ahora te vas...

- ¡Oscar! ¡Me iré por una semana!- golpea mi hombro y me río- Te extrañaré, pero tienes que estar contento porque me tendrás 351 días.- pasa una mano por mi nuca uniendo nuestras frentes.

- ¿Eso quiere decir que me amas y que quieres comenzar con la convivencia?- cierra los ojos sonriendo- Porque yo también te amo y me harías el hombre más feliz...

- Llevo poco tiempo de terminar una relación, Oscar.- me interrumpe abriendo los ojos y suspira- Lo que ha hecho me dolió... No ha cumplido con la promesa y lo rompió de la peor manera.

- Yo no lo haría ni en estado de ebriedad, Isabella... Te amo, ya lo he dicho.- acaricio sus mejillas mirándola a los ojos- Mi amor es verdadero, mis sentimientos verdaderos.- cierro los ojos suspirando y los abro- Te lo demostraría en este momento pero tengo que dejarte ir.- le sonrío al oír que la llaman por medio de la bocina.

- Deja primero despejar mi mente y cuando vuelva hablaremos.- asiento feliz rodeándola con mis brazos colocando mi rostro en la curva de su cuello y mi amigo se despierta- Lo siento...- le digo avergonzado y se ríe.

- Está bien, lo entiendo.- me contesta con su voz entrecortada- Mejor me despediré de Olivia y Walter.- asiento sin mirarla y ella besa mi mejilla.

Oigo sus pasos alejarse de mí y me río al oír de nuevo la bocina seguido de la voz de Agostina gritando que se apure. Camino hacia la puerta abriéndola y me encuentro a una impaciente Agostina. Su gesto es tan gracioso que me hace reír de nuevo por lo que frunce su ceño y termina uniéndose a mi risa. Doy pasos acercándome a ella y me agacho para abrazarla... No es tan pequeña como mi hermana pero aún sigue siendo de baja estatura.

- Dile a mi hermana que quiero irme a casa.- se queja soltándome del abrazo.

- Fue a despedirse de Olivia y Walter. Puedes ir a buscarla.- me encojo de hombros y desaparece de mi vista.

- ¿Cómo llevas el convivir con la mujer que estás enamorado?- Pedro se cruza de brazos mirándome con una sonrisa.

- ¿Y tú como tienes esa mente al saber que conocerás a los padres y los hermanos de tu novia?- contraataco y su rostro palidece.

- Según lo que me ha dicho Agostina es que sus hermanos son un par de granos en el trasero...- suspira y me río- La familia italiana suele ser un poco difícil a veces.

- Más si son enseñados a la tradición del país de su origen.- me encojo de hombros mirando la puerta.

- ¿Qué pasará el día que sus padres se enteren que estás enamorado de otra de sus hijas?- golpea mi hombro riéndose.

- En realidad ya lo saben.- deja de reír para mirarme con asombro- Fue mi madre quien se los ha dicho y en ese entonces tenía ocho años y ella diez.

- Entonces es cierto lo que me dijo Agostina, siempre has estado enamorado de Isabella...- asiento sonriendo.

- Mi vida siempre ha sido ella, hasta fue mi primer beso y el único con ella.- suspiro y la puerta se abre- Esto tu novia no sabe nada, así que ni se lo menciones.- niega con la cabeza serio.

Agostina camina directo a mí despidiéndose con un gran abrazo y un hasta pronto mientras golpea mis hombros sonriente. Pedro me golpea el omóplato subiendo al asiento de copiloto e Isabela besa mi mejilla, se acomoda en los asientos traseros saludando con su mano. Veo como se alejan del lugar y ya extraño su compañía... Esta semana será más larga de lo que pensé, pero tengo la empresa y sus empleados esperan a que los salve de este declive. En quince días comenzaré el último semestre en la universidad por lo que no dispondré de tiempo para mí... Entre solucionar los problemas de la empresa y las horas de estudios, se me complicará pasar el rato con Isabella.




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