Solo tu tienes mi amor ©

Capitulo 25

ISABELLA

 

DOS MESES DESPUÉS 

 

Ya ha pasado la mitad del año y se puede decir que fue un calvario la que tuve que vivir con Oscar. Resulta que él desde que West está preso, los oficiales especiales han omitido un pequeño gran detalle: el de dejar incomunicado al detenido... Así como lo ven, el señor West le pidió expresamente al tipo que detuve cuando Oscar se puso al frente de la empresa que lo matara. El lado bueno fue que tenía conocimiento de que su victima estaba en pareja pero no de que esa persona fuese policía, incluso aún no lo sabe. Desde el incidente del que le salvé la vida, me encargué personalmente de custodiarlo las dos semanas siguientes a ese día hasta que todo volvió a la normalidad.

 

Él junto a Anthony decidieron tomar más personal de custodia para cuidar la seguridad de sus empleados. Saber que quisieron atentar contra Oscar, su primo entró en pánico por lo que se llamó a Marie para que lo calmara. Mi hermano en cuanto me vio lastimada, no hizo más que acercarse a mí para controlar si estaba entera, esas fueron sus propias palabras y se mostraba asustado... Con pánico, esa es la palabra correcta. Como todo hermano mayor decidió quitarme las muletas dándoselo a Agostina y me levantó estilo nupcial, demasiado exagerado sabiendo que todos los policías corremos peligro de que en algún momento en nuestras vidas podríamos salir heridos... ¡Viene de una familia en la que todos forman parte de la policía!

 

A partir de ese entonces paso más tiempo en la oficina de Oscar que en la comisaría... Hasta me he tomado el tiempo en pensar si darme de baja en la policía o no, para encargarme de su seguridad, su familia y el de todos sus empleados. Después de lo que ha pasado, me preocupa más sus vidas que cumplir con mi deber de proteger a los ciudadanos... Solo que el mismo Oscar se opuso a que dejara de pensar en eso y si se llegaba a enterar mi padre le echaría la culpa por oponerse a mi misión, ¡Llama misión a mi trabajo de policía! No me puedo quejar, apenas soporta ver mi garrote porque el arma no lo quiere ni que se nombre.

 

Como siempre lo llamo mi ángel, él me llama mi monstruo... La primera que me llamó así lo miré incrédula, obvio que le pregunté de donde sacó todo ese coraje para llamarme con ese sobrenombre y su respuesta se ganó mi risa como también parte de mi corazón: Por lo general, la persona débil es la mujer y el hombre es quien tiene que proteger a su dama. En nuestro caso, me has salvado la vida de un magnate que quería quedarse con algo que no es suyo y junto a tu superior hicieron su trabajo... En otras palabras, supiste cuidarme aunque estuvieras a kilómetros separada de mí. Te amo por eso, porque yo soy el débil, pero lo soy aún peor en tu presencia... Soy tu débil sumiso. Esas palabras divagan por mi mente cuando pienso en él.

 

- Isabella, espero que no hayas olvidado de armar tu equipo para custodiar la inauguración.- la voz de Oscar me quita de mis pensamientos seguido siento sus brazos rodeando mi abdomen y gruñe besando la curva de mi cuello por lo que se me eriza la piel- No me gusta ese chaleco, te hace ver de cuerpo grande...

 

- Si mal no recuerdas, este mismo chaleco me salvó la vida de un desquiciado que quiso matarte.- le contesto girándome hacia él uniendo nuestros labios- Debería agradecerle y no quejarte. Tampoco es que duerma con esto, seré peor que un peluche.- se ríe y lo miro frunciendo el ceño- No lo digo en chiste, he pasado por eso y no quisiera hacerlo de nuevo.

 

Hoy es la inauguración del gimnasio que construyó en sociedad con el amigo de su primo y tengo la certeza de que será todo un éxito, como lo está siendo las indumentarias de la temporada. Ayer fue la presentación de la colección primavera-verano y a las dos horas fue todo un éxito en ventas. Los comerciantes lo llamaron por la noche comunicándole que estuvieron sorprendidos ante las avalanchas de personas interesadas en sus respectivos comercios. Por su parte, Oscar no dejaba de sonreír cuando me contaba... Yo solo me puse feliz de verlo entusiasmado con la fama de su marca de ropa. En el día de hoy, no solo se inaugura el local sino que sorprenderá a todos al lanzar la línea deportiva.

 

- ¿Hola?- no escuché que sonara su celular- ¡Que! ¡Esto no puede estar pasando justo ahora!- me mira preocupado mientras desayuna su taza de café- ¿No pueden conseguir otros para dentro de tres horas?- cierra los ojos bajando su cabeza rendido- Está bien, gracias por avisarme... Nos veremos en un rato.- corta la llamada y suspira.

 

- ¿Qué pasó?- le pregunto acariciando su hombro derecho por lo que abre sus ojos- Me asusta tu expresión mi ángel... Recién nos despertamos y estás tenso.

 

- Los tres modelos que contraté para la presentación no pueden ir.- me mira a los ojos mordiendo sus labios- Ahora no sé que hacer, no quiero que Anthony, Marie y Max se carguen con todo ese trabajo.- suspira de nuevo cerrando los ojos.

 

- ¿No pueden conseguir otros modelos?- le pregunto rodeando mi brazo en la parte baja de su espalda- Es una agencia de modelos, deben tener que revientan de ellos...




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