ISABELLA
DOS AÑOS DESPUÉS
Ha llegado el tan ansiado día: la unión definitiva de nuestras vidas, el casamiento. Pensabamos casarnos el año pasado, pero he tenido que viajar por trabajo dos veces al mes, por lo que la convivencia fue muy complicada a tal punto de poner punto final a la relación. No tenía sentido mantener si lo veía diez días mientras pasaba el resto del mes fuera de la ciudad. Se lo he planteado a Oscar mucho tiempo después de nuestro compromiso y se negó rotundamente... Lloraba como un niño pidiéndome que no lo abandonara, y pensar que la mujer es la persona más sensible. Obviamente quise que entrara en razón porque no nos servía mantener algo que no tendría futuro.
Así que tomé la decisión más importante, mis padres no estuvieron de acuerdo pero es mi elección y elegí pasar mi vida al lado de Oscar... Me retiré de la policía hace un par de meses, adaptándome en mi nueva vida... Ahora enseño defensa personal. Me sirvió mucho el aprendizaje de las técnicas para enseñar a las adolescentes que pasen situaciones de robos y quieran defenderse por ellas mismas. Muchos policías se acercan al gimnasio para hacer este tipo de ejercicios. Los agentes que llevan ejerciendo servicios les recomiendan a los nuevos para clases intensivas, también aprovechan a visitarme aquellos que mantenemos la amistad a pesar de que ya no trabajamos juntos.
El comisario Gálvez se comunica conmigo de vez en cuando para que me acerque a la comisaría. Debo admitir que no lo he dejado del todo, pero una persona que está acostumbrada a vivir esa vida agitada y no se siente bien con una más tranquila, es menos estresante teniendo mis propios horarios. Aún no puedo separarme de esa vida, Oscar lo entiende ya que vengo de enseñanza pero ahora puedo proteger a los ciudadanos de otra manera. Volviendo a mis padres, lo supieron entender cuando les dije que solo quiero ser feliz como lo son ellos y la idea de que no puedo estar tanto tiempo separada de Oscar. Soy la única que no sigue su camino pero no me manejo mucho la cabeza por deshonrar mi apellido.
Abro los ojos encontrándome en un lugar desconocido, una cama nada familiar y un par de brazos que me rodean como también me protegen que pertenece a Fiorella. Después de todo este tiempo de pareja, Agostina y Pedro no han tenido discusiones en la que no pudiesen solucionar como lo haya tenido con Oscar, pero es la primera vez que duermo fuera de la casa y eso me tiene desorientada... O sea, pasar la noche en el departamento en el que conviven ellos. Solo queremos seguir con la tradición de que los novios no se vean hasta el día de la boda. Mis padres se han mostrado emocionados ya que soy la primera hija en casarse mientras que la mayor y la menor aún sigan en la zona de noviazgo. Mis hermanos parecen no sentar cabeza, quieren seguir con sus solterías, eso no se si creérmelo.
Doy media vuelta por lo que me sobresalto al ver despierta a mi hermana sonriéndome y sus ojos muestran algo de recelo... Ella siempre había dicho que era la primera en casarse pero lo descartó en un cierto momento de su adolescencia, hasta que ahora llego a pensar el motivo del que ha dejado de insistir. Me rodea con su brazo por la espalda mientras apoyo mi cabeza en su hombro. Suspiro recordando los buenos momentos que hemos pasado juntas, las veces en que nos peleábamos por pasar el tiempo con la pequeña integrante de la familia como así también nos regalábamos cuando no queríamos estar con ella. Llevaba ventaja por ser adolescente y encontraba cualquier pretexto para escaparse, es por eso que Agostina pasa más tiempo conmigo que con cualquiera de nuestros hermanos... Nos apoyamos mutuamente pero es ella quien no se aleja de mí.
- Buenos días, futura señora Levine.- Fiorella rompe el cómodo silencio- No puedo creer que ya te cases...- su voz suena nostálgica por lo que levanto mi rostro- ¡Justo en el día de tu cumpleaños!- se ríe como si fuese divertido.
Omití el gran detalle, hoy es mi cumpleaños número veinticinco. Cuando me propuso casamiento estaba a dos semanas de cumplir veintitrés años, su idea fue buscar una fecha cercana a la que él me propuso y el día después en la iglesia. No fue difícil encontrarlos ya que los días siguientes fuimos a buscar antes de que llegaran a ocupar todo el espacio que tuviesen disponibles y nos encontramos con el día de mi cumpleaños disponible. Cuando se celebró el juicio contra West, nos aferramos mucho a la religión por lo que tratamos de ir a las misas cuando podemos y nos volvimos muy creyentes como así también ayudamos a los que menos tienen... Hasta abrimos un comedor comunitario. La cocinera se siente feliz de ayudarnos... Si, Olivia se toma su valioso tiempo en preparar cantidades de comidas y lo hace muy orgullosa.
- ¡Isabella!- parpadeo un par de veces para volver a la realidad- Es como si le hablara a la pared...- la miro frunciendo el ceño- Estaba diciendo que tienes una hora y media para prepararte e irnos al registro.- levanta una ceja y asiento levantándome directo al baño.
Lo peor que me puede pasar sobre todo esto es que paso dos días sin dormir con Oscar aunque lo compensa Fiorella, no es lo mismo soñar que estar a su lado pero valdrá la pena esperar. Pasaré el resto el mi vida junto a Oscar. Una vez que me quito el pijama, abro el grifo entrando directo a la ducha en el agua fría que me quita el aliento pero le hago caso omiso ya que necesito quitarme el calor que tengo encima. Quince minutos más tarde me encuentro de nuevo en la habitación con mi hermana mayor y el sencillo vestido blanco que me pondré para la ceremonia civil. El día será muy largo y solo puedo pasar un par de horas con mi futuro esposo ante la Ley en el almuerzo... Lo aprovecharé al máximo manteniendo cualquier contacto físico como así tentarlo a robarme besos.