Solo Un Fantasma

Capítulo 6

Hanna.

•~•~•~•~•~•~•~•~•

—Hanna. —me llama Violeta sacándome de mis pensamientos, vuelvo a verla. —¿Estás bien? Hemos estado hablándote y tú solo ves la ventana. 

—Yo... Si, estoy bien.

Rubí se ríe y codea a Violeta.

—Dejala, de seguro y está pensando en su cita de hoy con el guapo Joshua. —dice mientras finge desmayarse. 

—Ooooh, seguro que si. —me sonríe y toma mi mano. —¿Ya sabes a dónde irán?

—Todavía no lo sé, pero estoy muy nerviosa por lo que pueda ocurrir. —digo emocionada. 

Saldré con el chico que me ha gustado por un año, se siente tan irreal...

—Apuesto a que te llevará a cenar a un bonito restaurante y al final de la noche cuando te lleve a casa te dará un beso. —dice Violeta emocionandose junto a Rubí. 

Beso...

Inconscientemente me toco los labios. Siento mi rostro arder al recordar lo que sucedió ayer cuando fui a ver a Matt. 

Su rostro estuvo tan cerca del mío... Sus labios a milímetros de tocar los míos... Y su tacto... fue tan...

Paso saliva recordando la corta, pero caliente, sensación que causó su lengua al tocar mis labios...

¿Cómo se hubiese sentido si...?

Mi corazón comienza a latir frenéticamente. 

—Sería tu primer beso ¿Verdad Hanna? —la pregunta de Violeta me saca de mis pensamientos, muevo mi cabeza en afirmación ante su pregunta.

—Oh Dios, tienes mucha suerte, lo que yo hubiese dado por haber dado mi primer beso con alguien lindo y con experiencia como Joshua, tu hermano o Matthew. —dice Rubí suspirando. 

—¡Dios sí! —apoya Violeta. —No es por nada Hanna, pero tu hermano parece una escultura tallada por los mismos ángeles. 

—Y no me hagas hablar de Matthew ¡Jesús! Es tan atractivo cuando utiliza sus lentes y se pasa la mano por el cabello despeinándose. —dice Rubí colocando una mano sobre sus labios haciendo un ruido extraño. —Mis hormonas se vuelven locas por él. 

Siento como mi rostro comienza a arder, avergonzada por sus palabras y por el hecho de que algunos de nuestros compañeros que se encontraban en el lugar nos ven raro y luego se marchan.

—Apuesto a que ambos tienen un cuerpo de revista. —concluye Rubí, Violeta asiente dándole la razón a Rubí. 

Y por mi pensamientos aparece Matthew casi que desnudo frente a mi, no puedo sacarme de la cabeza su abdomen perfectamente marcado y aquellas gotas de agua que recorrían su cuerpo hasta desaparecer entre la toalla y su pelvis.

Muerdo mis labios nerviosa.

—Hanna. —giro mi cabeza al escuchar mi nombre, sonrío al ver quien es, todos mis pensamientos desaparecen para concentrarse en él y la media sonrisa que me regala.

—Josh. —me levanto de mi asiento, me dirijo a él mientras escucho los chillidos de mis amigas al fondo.

Sus ojos me siguen durante el trayecto que hay desde mi puesto hasta la puerta en donde él se encontraba. Joshua aprovecha nuestra diferencia de altura para colocar una de sus manos sobre mi cabeza cuando me detengo frente a él. 

—¿Podemos salir al patio y hablar? —afirmo con la cabeza dedicándole una pequeña sonrisa. —Vamos.

Giro mi cabeza por unos segundos viendo a mis amigas quienes me sonríen y levantan sus pulgares en señal de aprobación y de buena suerte hacia mí. Les sonrío 

Joshua me toma de la mano y no hay nada más que pueda hacer o decir ante su sonrisa brillante o ante el calor que desprende su mano mientras sujeta la mía. 

Me gusta. Me gusta como su cabello brilla en el sol, me gusta el aroma de su perfume, me gusta su risa y sonrisa; lo único que no me gusta de él es la manera en la que esa sonrisa es para todas.

Pero se que les sonríe porque es amable y dulce, entonces no puedo enojarme por ello, además su amabilidad y dulzura también me gustan

Él se detiene bajo un inmenso árbol, no hay ni un alma a excepción de nosotros dos, juego con mis dedos cuando él suelta mi mano, miro al suelo algo nerviosa. 

¿Sobre qué querrá hablar?

—Eres tan bonita Hanna... —dice acomodando un mechón de cabello detrás de mi oreja.

Me sonrojo ante su cumplido y a duras penas puedo susurrar un "gracias".

Me tomó del mentón levantando mi cabeza, sus ojos ven los míos fijamente, su sonrisa no tarda en aparecer y me siento cohibida y nerviosa cuando veo cómo su rostro se acerca lentamente al mío. 

No... No quiero que suceda de esta forma.

Giro mi cabeza y pregunto. 

—¿De qué querías hablar?

Él mira el reloj en su muñeca y luego me mira a mí. 

—Solo quería un tiempo a solas contigo ¿Hice mal? —pregunta acariciando mi mejilla.

Me sonrojo.

—No, yo solo... —le sonrío. —No es nada.

—Hanna... ¿Podrías regresar sola? Debo de ir a otro lado ahora.

Siento como la decepción invade mi corazón, siento un amargo en la boca, no puedo negarme, él busco algo de tiempo para verme y eso me hizo feliz, no puedo negarme ante su pregunta, no tengo ninguna justificación razonable para pedirle que se quede y me acompañe.

—No te preocupes Josh, puedo regresar sola. —le sonrío comprensiva.

Él me devuelve la sonrisa, se acerca a mí depositando un suave beso en mi mejilla y siento un calor invadir mi pecho.

—Nos vemos más tarde en nuestra cita.

Lo veo darse la vuelta para comenzar a trotar en dirección a cualquier lugar al que yo no sé. 

El camino de vuelta a mi salón es lento y solitario, sintiendo algo extraño en mi pecho, una combinación de calidez y decepción. 

Me siento en mi puesto dejando escapar un suspiro de frustración, me hubiese gustado haber estado más tiempo con él...

Escucho algunos chillidos, giro mi cabeza y son mis amigas quienes llegan con un par de golosinas, pastelitos y bebidas al aula, cuando me ven sentada corren a mi dejando los dulces en mi mesa, toman un par de sillas y las acomodan alrededor de mi escritorio.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.