Solo Un Fantasma

Capitulo 16

Matthew

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Tomo las llaves del auto de mama y salgo con prisa de casa, enciendo el auto, pongo la ubicación de Hanna en el gps del auto y manejo según las indicaciones de este, en menos de veinte minutos llegué a la dirección que arrojó el gps, salgo del auto encontrándome a Hanna sentada en la banqueta de la calle, me acerco a ella, quien al verme me abraza y se aferra.

¿Qué diablos sucedió? ¿Qué hace Hanna en una fiesta tan ruidosa como esta?

Intente calmar a Hanna, pero la música alta de la fiesta lo hacía difícil, tome a Hanna de la mano y la guie al auto, la senté en el asiento del copiloto y le abroche el cinturón de seguridad antes de cerrar la puerta, rápidamente rodee el auto y entré en este. Sin decir palabra comencé a conducir por las calles casi vacías.

¿Qué fue lo que sucedió para que ella esté en este estado?

La observé de reojo, ella seguía sollozando y limpiando su rostro con sus manos temblorosas, abrí la guantera del auto, saque unas paños húmedos y se los ofrecí, Hanna los tomó sin decir nada.

–¿Ha pasado algo ahí dentro para que estes de esta forma? –formule luego de estar más de cinco minutos en silencio.

No entendí el porqué, pero Hanna volvió a llorar, esta vez no con la misma fuerza que antes, pero aun así su llanto hacía que sintiera una punzada de dolor en mi corazón, me duele ver a Hanna llorar, prefiero verla reir y sonreir.

–Por favor llevame a casa. –dijo con la voz rota y apenas audible. Volvió a sollozar.

Encendí la radio para que el ambiente no estuviera tan tenso, eso pareció calmar un poco a Hanna que poco a poco dejó de llorar y comenzó a ver el paisaje nocturno por la ventana. No estaba conduciendo a casa de Hanna como ella pidio, pues no creo que le gustaría que su madre la viera en este estado, en cambio conduje hasta un mirador poco conocido, pero es mi lugar favorito y mi lugar seguro en esta ciudad caótica.

Antes de llegar al mirador pare en una gasolinera, llene el tanque del auto y compre algunas bebidas y snacks en la pequeña tienda de autoservicio de la gasolinera.

–¿Dónde estamos? 

No pude evitar reírme de la voz ronca de Hanna, ella se sonrojo. Bonita… Muy bonita.

Baje del auto y le abrí la puerta a Hanna, le ofrecí mi mano y ella algo dudosa la tomó, un toque suave pero agradable, verdaderamente agradable. 

Planeaba traerla aquí cuando me le declarara, pero está bien si no lo hago en este momento ¿Verdad?

Cubrí los ojos de Hanna y la guié al barandal del mirador, cuando la deje ver el paisaje ella puso una expresión llena de sorpresa, sus ojos se hicieron un poco grandes, sus pupilas se dilataron y sus labios se entreabrieron en genuina sorpresa. Sonreí y le ofrecí una cajita de leche de fresa y ella la tomó alegre.

Se ve mejor con una sonrisa en su rostro que con lágrimas.

Mire el paisaje en silencio junto a Hanna, no se con exactitud cuanto tiempo paso, pero ella aun no hablaba de lo ocurrido en aquella fiesta, suspire y la encare. Estoy preocupado por ella. No quiero que le hagan daño.

–¿Me dirías que ocurrió? –pregunté de forma suave, ella pareció pensarlo antes de bajar la cabeza y sollozar, la tome entre mis brazos, apoye su rostro en mi pecho y la abrace con fuerza. –Tranquila, ya pasó, ya estás a salvo. –susurre contra su cabeza a la vez que daba algunas palmaditas con mis manos en su espalda en un intento de tranquilizarla. 

Hanna rodeo mi torso con sus brazos y oculto más su rostro en mi pecho, ya podía sentir como mi camisa era humedad por sus lágrimas. La guié hasta el capo del auto y la siento en este, tomè su rostro entre mis manos y seco sus lágrimas con mis pulgares.

–¿Estás mejor? –pregunte terminando de secar sus lágrimas, ella asintió tomando algo de aire. –¿Puedes contarme qué sucedió?

–Yo no lo sé… –susurro y luego volvió a tomar aire. –Me gusta Joshua pero no entiendo por qué… porque no me gustò su toque. –susurro esto último.

Apreté los dientes. ¿Ese bastardo se atrevió a tocar a mi preciosa Hanna?

–¿El… El te toco? –Hanna asintió apenada, tome aire al tiempo que me controlaba para no ir nuevamente a esa fiesta y golpear a ese imbécil. –¿Cómo te toco? Muestrame.

Me alejé unos dos o tres pasos de Hanna, ella se quedó quieta, como si estuviera desconcertada por mis palabras, abrió la boca, se quedó así unos segundos, luego la cerró y preguntó.

–¿Mostrarte?

–Si, tocate como lo hizo él. –dije sin titubear, quiero saber como esa basura se atrevió a tocar a Hannie.

–B-bueno el… Toco mi cintura… Mis pechos. –dijo señalandolos. –Y luego…

–No. –la detuve, me pase la mano por el cabello y relamí mis labios. –No dije que me lo contaras, dije que me lo mostraras, muéstrame con el te toco, tócate de la misma forma.

Hanna se veía confundida, pero aun así hizo lo que le pedi, se bajo del capo del auto y comenzó a tocar su cintura y luego subió sus manos a sus pechos tocandolos de manera torpe, como si no supiera qué hacer con ellos, bajo una de las manos que tenía en su pecho y la bajo hasta su trasero en donde se quedo inmovil.

Fruncí el ceño.

–¿Se detuvo ahí? –formule cruzando mis brazos.

–Èl… Él me besaba y pasaba su lengua por mi cuello mientras me tocaba. –parecía estar recordando. –Luego de eso lo empuje y salí corriendo de la habitación. –susurro.

–¿No te gustó su toque? –pregunté aun cuando ella ya había respondido a eso.

–No, se sentía extraño y no me agradaba. –apretó sus puños y me miró. –Él dijo que era porque era una sensación nueva y que me acostumbrarìa a ella. ¿Eso es cierto?

Su pregunta me hizo enojar más, está bien que ella nunca haya experimentado eso pero ¿Que acaso no les dan clases de educación sexual a los estudiantes? Suspiré con pesadez y negué con la cabeza.




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