Matthew.
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Suspire frustrado, era la décima vez que leía la misma línea pero no lograba entender nada, en mi cabeza solo estaban los recuerdos del viernes con Hanna y la pregunta sin respuesta del si Hanna me escucho o no lo hizo.
¿Cómo debería comportarme con ella ahora? ¿Debería hablar con ella sobre lo que pasó en mi habitación? ¿Esto significa que le puedo llegar a gustar? ¿Le gusto?
–Oye ¿Estás bien? –preguntó Kate sentándose frente a mí. –¿Te preocupa algo?
–No es nada. –dije mostrando mi mejor sonrisa. –¿Quieres un helado? Hace calor. –digo en busca de zafarme de sus dudas.
–Oh… De acuerdo, si, quiero uno de… Uhm, coco.
–Iré por ello, ya vuelvo.
Camine hasta la cafetería, compre dos helados, uno de coco y otro de frutos rojos, volví con Kate le di su helado y seguí estudiando, esta vez con ayuda de Kate, esta vez pude prestar más atención, algunas cosas se me quedaron grabadas. Será perfecto, esta vez me irá mejor en el siguiente examen. Mi alarma suena, recojo mis cosas.
–¿Tienes que irte? –cuestiona viendo como guardo mis cosas, asiento. –Tienes que ir por ella ¿verdad?
–Si, el sabado cuando fui a entregarle la ropa que dejo en mi casa, Jackson–
–¿Ropa? –me interrumpió. –¿De qué hablas? –me tense al darme cuenta de mi error, me despedí de Kate y huí lo más rápido que pude. –¡Matt! ¡MATTHEW!
Salí corriendo lejos de Kate mientras esta me llamaba, llegue lo más rápido que pude al instituto de Hanna, esta ya se encontraba esperándome, al verme corrió a mi y me abrazo, sonreí correspondiendo a su abrazo, sentí como el corazón me latía a mil por hora y no solo era por el hecho de haber corrido minutos atrás.
–Hace mucho no venías corriendo. –comenzó a reír.
Su risa era diferente, ella se sentía diferente. ¿Qué sucedió?
–¿Sucedió algo bueno princesa? –pregunte tomándola de las mejillas. Sonreí. Muy linda…
–Vaya, hacía mucho tiempo no te escuchaba llamarme así… Es agradable.
–Eres una princesa, así que no hay nada de malo en llamarte de esa forma. –sonreí.
–Oye… Matt, yo… Yo tengo novio. –dijo sonriendo feliz, sentí un golpe en el pecho. –Es Joshua, Joshua… Él me pidió ser su novia.
Hanna hundió su rostro en mi pecho cuando termino de decir eso, en otras circunstancias me hubiera sentido feliz por esa acción, pero en este preciso momento no entiendo como diablos debería de sentirme. Ella es feliz, me agrada cuando ella es feliz, pero no me agrada ese tal Joshua, no lo conozco, pero aun así no me agrada.
¿Cómo me podría agradar alguien que ha lastimado una y otra vez a Hanna? Ugh, mierda.
–¡Matt! –el grito de Hanna me hizo volver a mi sentidos. –¿Estás bien? Te ves pálido.
–Si… Si, estoy bien, deberíamos irnos. –dije comenzando a caminar.
–¿No me preguntaras como sucedió? –dijo tomando mi mano y colocando esos ojos de cachorro a los que normalmente no me resistiría, pero es diferente.
–Estás feliz, eso es lo que importa.
El camino a casa fue silencioso por mi parte y ruida¡oso por parte de Hanna quien no paraba de hablar de su nueva relacion con Joshua, Joshua es esto, Joshua es esto otro, Joshua, Joshua, Joshua, era irritante escucharla hablar de ese idiota. Normalmente estaría triste por el corto tiempo que pase con Hanna, pero esta vez no sentí nada al dejarla en su casa.
–Nos vemos mañana Matt. –dice sonriente antes de entrar en su casa.
En vez de regresar a casa tomé el autobús y fui directo al bar de Steven, cuando entre vi a unos cuantos clientes, no estaba lleno, pero tampoco vacío. Divisé a Steven en la barra, sentado viendo los deportes, me acerqué a él y lo saludé.
–¿Qué haces aquí chico? Hoy no tenias que venir. –dijo dándome una sonrisa.
–Necesito mantener la cabeza ocupada y no puedo beber, tengo clases mañana.
–¿Quieres hablar de ello? –pregunta ofreciendome una lata de energizante. –Es lunes, el bar no se llenara mucho.
Niego, pero acepto la bebida, Stiven me sonríe, su rostro se arruga, no dice nada pero me mira esperando a que me quiebre y no pasa mucho para que comience a hablar.
–Hanna tiene novio.
–Oh vaya, eso es algo bueno para ella. –dice sonriendo, su sonrisa se desvanece. –Pero no es algo bueno para ti ¿O si?
–Steven, si fuese alguien más no me molestaría, pero ese imbécil no. La dejó esperando en una cafetería, se fue sin pagar en una de sus citas, la toco como si fuese un animal en celo y quien sabe cuanta mierda mas le ha hecho. –dije frustrado. –Cualquiera, pero ese no.
–Tienes que dejarla cometer errores Matthew, quien no comete errores no ha vivido en verdad, dejala vivir Matthew, no siempre podrás estar ahí para ella.
–Quiero estar siempre ahí para ella. –dije firme.
–Las personas son de carne y hueso Matthew, no son de hierro. –dijo golpeando mi frente con dos de sus dedos, eso duele. –No eres su niñero, no eres su novio, no eres su hermano, no eres su padre, eres su mejor amigo Matthew, estarás para ella solo cuando sea necesario, no todo el tiempo. ¿Comprendes?
Las palabras de Steven me molestaron, me molestaron aún más porque sabía que sus palabras eran ciertas, no soy nada más que su mejor amigo, y solo debo de estar para ella cuando me necesite, aunque normalmente siempre estoy ahí para ella.
¿Esto es lo que Kate siempre me ha querido mostrar? No lo sé.
Vi una cajetilla de cigarros en donde Steven pone las botellas de exhibición, la tome, tome uno de los encendedores en el mostrador y salí al patio trasero. Comencé a fumar.
¿Le dirá a Jackson sobre su noviazgo?
–Ah… Mierda, que dolor de cabeza. –dije pasándome la mano por el cabello.
Pase las siguientes horas en el bar, ayudé a Steven unas cuantas veces, cuando se hicieron las 10 me despedí de Steven y fui a casa directamente a dormir y dejar de pensar en todo lo que sucedió en la tarde. Al día siguiente fui a la universidad, pasé el día pensando en Hanna y en lo que había pasado ayer. Tenía la cabeza llena y no entendía que debía de hacer. Quiero que Hanna sea feliz, pero no con ese bastardo.
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Editado: 09.11.2024