Matthew
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Viernes, sábado, domingo, lunes, martes, miércoles y nuevamente jueves. No faltaba mucho para el cumpleaños de Hanna y con cada día que pasaba mis nervios crecían.
Mamá me dijo que no me metiera en ello, solo he estado hablando por encima con Jackson, quien no parece entender muy bien lo que digo, por lo que no he profundizado en ello.
—¡Matthew! —gritó Kate abalanzándose sobre mí. —¡Mira, mira, mira!
Dijo enseñándome un panfleto, lo tomé y lo leí mientras ella me daba información adicional.
“Intercambios a Inglaterra, se aceptan estudiantes de ingeniería industrial y civil, medicina, abogacía y contadores. “
—La señora que los estaba dando dijo que no importaba el nivel en el que estás, cualquiera puede entrar, solo necesitas inscribirte, llenar un formulario, mantener buenas calificaciones y obtener una carta de recomendación por cualquier profesor ¿No te parece buena idea entrar en la convocatoria? —preguntó emocionada.
Eché mi cabeza hacia atrás, suspiré y miré a Kate quien borró su sonrisa al ver mi expresión.
—No me digas. —ríe sin gracia. —Hanna ¿Verdad?
—¿De qué hablas Kate? No es–
—No. —golpea la mesa. —¿Te has visto en un maldito espejo Matthew? Desde el jueves pasado estás así, como si no tuvieras ganas de vivir.
—Kate.
—Ten, por si llegas a cambiar de opinión.
Dijo, dejó el panfleto encima de mi libro de etimología, lo cerró con fuerza y se fue dejándome solo nuevamente. Suspiré dejando caer mi cabeza hacia atrás, el pequeño dolor de cabeza que había sentido desde la mañana comenzó a crecer a un paso agigantado hasta que mi teléfono vibró en mi bolsillo, rápidamente lo tomé.
Jackson
¿Ya le has comprado un regalo a Hanna? Si no es así, vayamos más tarde a comprar unos.
“No creo que Hanna quiera un regalo mío” Respondí.
No creo que sea de esa forma, igual mamá enviará una invitación a la fiesta de Hanna, vendrás ¿Verdad?
“No quiero que Hanna me odie más de lo que lo hace en estos momentos.”
Salgo de clases de 2 y paso por ti.
No pude responder más, eso fue una afirmación, y como es Jackson, entonces él hará lo que dijo. Metí mi libro en la mochila y fui a mi siguiente clase, tenía muchas cosas en la cabeza por lo que no pude concentrarme correctamente.
Llegó la hora dicha, me encontré con Jackson fuera de la universidad, y como lo dijo me arrastro por el centro en busca de regalos para Hanna, él compró muchas cosas, perfumes, ganchos para el cabello, joyería y un bonito bolso en forma de fresa.
—Creí que estabas enojada con ella por todo lo que ha pasado.
—Lo estoy, en verdad lo estoy. —comenzó a decir. —Aun así es mi hermana ¿Sabes? La amo sobre todas las cosas, ella es una tonta por pensar que ese bastardo de Joshua la quiere de alguna manera. —bufó con rabia.
No dije nada, solo asentí y seguí escuchando.
—Mamá ha estado sobre ella, la vigila aún más, sigue sin poder utilizar su teléfono, mamá va por ella todos los días, la lleva y la recoge, Hanna no dice nada, se siente como si no tuviera vida, he intentado hablar con sus amigas, pero ellas no saben mucho.
—Ellas… Ellas una vez me dijeron algo, me dijeron que a veces es bueno chocarse con una pared.
—Pues espero que esa pared no le cause tanto daño. —me miró. —¿En verdad no le comprarás nada?
Reí y negué con la cabeza. Realmente mi regalo para Hanna lo tenía comprado desde junio, un bonito collar doble de plata, la parte del collar más pequeño era una pequeña mariposa y la parte del collar más larga era un corazón con un bonito zafiro rosado incrustado en el centro.
Me había costado 3 meses de salario de lo que me paga Steven, fue duro, pero creí que le gustaría, ahora no estoy seguro de nada.
No dijimos mucho regreso a casa, cosas triviales de nuestro día una que otra cosa sobre la universidad. Cuando nos despedimos y llegué a casa me sorprendí al ver que mamá estaba ahí viendo uno de sus programas asiáticos.
—Vaya… No esperaba verte aquí, creí que tenías turno. —dije dejando mi mochila en el sofá junto a ella.
—Hubo cambio de turno, una de mis compañeras se partió una pierna, ella está bien. —respondió de manera tranquila. —Tengo turno de 4 de la mañana a 2 de la tarde.
Levante las cejas por el horario, pero no dije nada, entré en la cocina y me serví de la comida que mamá había hecho, volví a la sala de estar con ella quien me miró asombrada mientras sostenía el folleto que me había dado Kate.
—¿Te inscribirás? —preguntó asombrada, negué. —¿Qué? ¿Por qué? Puedes cumplir los requisitos fácilmente cariño.
—Si, pero no lo haré.
—Es una excelente oportunidad para ti, si es por dinero puedo pedir un préstamo, hipotecar la casa, hacer turnos triples si es necesario.
—Mamá…
—En todo caso es un intercambio y tienes beca completa, ellos podrían cubrir…
—¡Mamá! —ella hizo silencio cuando levanté la voz. —No, no lo haré.
—¿Por qué? Dime por qué no lo harás.
—Mamá…
—No, mamá nada. —me detuvo. —¿No lo quieres hacer? Dime por qué no quieres. —me quedé en silencio y ella comenzó a negar con la cabeza. —No, no, no, no, no. Ja, no, no otra vez esa niña, no.
—Mamá escuchame…
—No. —levantó la voz. —Matthew Evan Johnson. —me congelé. —Tenías 10 años cuando decidiste que querías estudiar medicina, no vacilaste durante todo este tiempo, fuiste firme, me pediste enviarte a campamentos para aprender primeros auxilios, maneras de supervivencias, y ni una sola vez vacilaste.
Su voz llena de furia, cada palabra que decía me golpeaba más fuerte que la anterior, se notaba su enojo.
—Mamá ella me necesita, el bastardo ese le quiere hacer daño y–
—¡¿Y qué?! Esa niña tiene a sus padres, ellos deberían de encargarse de ella, y no me malinterpretes, me agrada Lana y Elijhan, también Jackson y Hanna, pero ella no ha estado tomando buenas decisiones y tú dejas que te arrastre con ella, pero está bien, está bien. Arruinate y ahogate, espero que no sea tarde cuando te des cuenta.
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Editado: 09.11.2024