Solo un Juego

Capítulo 1

Elody, Villa del Ángel

Viernes 16 de junio

 

Ayer recibí la primera carta indicándome estar aquí a las 9 de la noche. Bosques esquina con Quinta. Bajé una cuantas escaleras junto a lo que parecían ser unos departamentos un tanto descuidados, tomándome del barandal como consecuencia de la baja iluminación de la calle. El agua caía tan precipitadamente sobre mis hombros que, al entrar al lugar, empapé el tapete de bienvenida con los pies hechos un mar debajo de mí. Alcé los ojos para encontrarme con una pequeña tienda de regalos tan desolada como prácticamente todo en esta colonia. Parecía que el tiempo se hubiera detenido hace 20 años.

Casi enseguida, el fuerte olor a humedad me provocó un estornudo y no fue hasta ese entonces que una señora de mediana edad con cabello rojizo volteó en mi dirección. No obstante, no me dirigió una sola palabra.

Moví algunos objetos de la estantería con la intención de parecer interesada, pero pronto recibí de nuevo esa mirada inexpresiva de la encargada, impulsándome a salir de ahí cuanto antes. Todo parecía ambientado con el propósito de causar un escalofrío.
Un poco apenada porque mis zapatos seguían escurriendo, comencé a pasearme por la tienda tocando suavemente con el dedo índice uno de los aparadores. Al sentir el polvo cubriendo mi piel, lo aparté lentamente. En realidad, no estaba muy segura de cómo proseguir. Traje a mi mente la carta e intenté leer entre líneas. Esta era la primera vez que yo hacía esto y me recordé a mí misma que no iba a ser tan sencillo. Aunque, si de algo estaba segura, es de que estaba en el lugar correcto.

—Disculpe —me animé a preguntar por fin—. Estoy buscando al señor Henderson.

Al escuchar mis palabras, la pelirroja deslizó el periódico que leía sobre su regazo y fijó los ojos con amargura en mis temblorosos labios, haciendo más que evidentes las arrugas de su frente.

—¿Perdón? —soltó con molestia, incluso sorpresa.

—El señor Edgar Henderson —dije sin más.

La mujer realizó un movimiento sobre sus lentes que me impidió ver directamente sus ojos, pero justo después se aclaró la garganta haciendo de su voz algo totalmente lúgubre.

—¿Quién eres tú? —preguntó como si se hubiera quedado sin más palabras. Ahora estaba pálida y sus labios se habían tornado morados.

Lo único que necesitaba hacer era hablar con el hombre y regresar a casa. Una parte del juego consistía principalmente en recolectar pistas y respuestas en lugares públicos, donde el equipo las había escondido. De hecho, no creo que él supiera acerca del juego, simplemente me daría el nombre de un juguete que vendió hace unos días y yo tendría mi primera pista descubierta para recibir la siguiente. Cabe mencionar que esto en verdad me emocionaba, llevaba meses queriendo jugar y definitivamente estaba valiendo completamente la pena hasta ahora. Incluso aunque todavía no descubría qué caso me habían asignado, era impresionante lo real que esto se sentía, lo bien que todo estaba planeado. Supongo que hace unos días algún miembro de Guilty se había dado el trabajo de venir a comprar un juguete, para crear una pista tan solo para mí. Ahora todo lo que tenía que hacer era preguntar cuál había sido. Los encargados de la tienda ni siquiera notarían lo que estaba pasando. Era simplemente brillante.

Ahora entendía por qué había sido tan costoso.

—Me llamo Mara y estoy buscando al señor... —contesté para acabar con esto de una vez y poder irme cuanto antes. Pero fui interrumpida. Comencé a ponerme algo nerviosa.

—No me parece gracioso —dijo totalmente a secas y con dificultad en la voz, tomándome por sorpresa.

Tragué saliva y enredé mis manos con la esperanza de que este repentino mal presentimiento se fuera. Seguía lloviendo incontrolablemente allá afuera y no podía simplemente disculparme y salir corriendo. Además, no quería. En verdad necesitaba conseguir esa pista y ya había venido hasta acá.

—Escuche, solamente me gustaría hacerle una pregunta al señor —me arriesgué e intenté sonreírle—. Necesito hablar con él acerca de un juguete que vendió hace 5 días... —dije repasando la carta y sus palabras exactas.

—Yo no sé a qué estás jugando o por qué piensas que puedes entrar y preguntar por mi padre sin siquiera explicarme quién eres —me cortó bruscamente.

Después de sus palabras dudé por un momento si debía continuar con esto. Algo no estaba bien. Mis manos comenzaron a temblar.



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En el texto hay: misterio, asesino, suspenso

Editado: 25.07.2018

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