Capitulo Uno. 2021, 29 de octubre
Atenea
Comienzo
— ¡Que sople, que sople! — Sonrió disimulando mi mejor cara de felicidad, agarro mi cabello con delicadeza y medio me inclino para soplar la vela y pedir mi deseo. "Deseo", sonrío cuando pido mi deseo y disimulo uno totalmente diferente cuando me piden que les diga que pedí.
Es mi cumpleaños número 18, y como cada año toda mi familia se reúne para celebrar que puedo respirar y que sigo viva después de todo.
Reviso mi celular y la alegría se multiplica por mil cuando veo miles de notificaciones de mis seguidores, son esas personitas que no me conocen en persona, pero, sin importar qué, me dieron una oportunidad y me apoyaron, sin juzgarme o rechazarme, y trato de responderle a todos, pero son demasiados cada día. Me siento en el sofá de la sala cuando la respiración empieza a fallarme nuevamente, busco mi maletín de oxígeno, pero no está donde lo dejé, toco mi pecho con demasiada fuerza tratando de buscar aire, pero nada funciona, caigo al suelo y mis manos se vuelve heladas por la falta de aire, los ojos se me cierran con la imagen de mi padre tomándome del suelo.
— ¡Vamos Atenea! — una voz masculina se escucha a lo lejos —Un carro rojo rápido— ahora son muchas voces que se escuchan y no logro entender ninguna, mis ojos me pesan y por más que lo intento no seden a mis órdenes.
Una descarga eléctrica choca en mi pecho y se extiende por todo mi cuerpo doblándome de dolor, suplico que paren cuando lo intentan una vez más, pero mis gritos no son oídos. Como si nuevamente recuperara el mandato de mi cuerpo, abro los ojos por el impacto de un nuevo choque de electricidad, veo una sala blanca y una luz que me fastidia la vista, cierro y abro los ojos varias veces seguidas notando a los muchos médicos que tengo encima. Volteo a mi derecha y observo a la Doctora Lexie escuchando mis pulmones, respiro con dificultad y el dolor de una abertura bajo mi seno me impacta devolviéndome a la cama, vuelvo a doblarme por el dolor y nadie parece explicarse porque estoy despierta.
Soy Atenea Grey y padezco Síndrome de Fisher Evans, descrito por primera vez en 1951, es un desorden autoinmune caracterizado por la presencia simultánea o secuencial de anemia hemolítica, trombocitopenia inmune y, en ocasiones, neutropenia inmune; con una prueba de antiglobulina directa positiva.
Lo sé, ni siquiera yo logré entender eso la primera vez que lo escuché, pero básicamente se trata de un síndrome de la sangre para nada contagioso, pero que tampoco tiene cura, los idiotas de mis glóbulos rojos se atacan a sí mismos antes de madurar y eso crea tal síndrome, de un millón de personas le da a uno, una sola excepción y heme aquí, soy yo esa jodida excepción.
Soy diferente al resto de paciente que lo padecen puesto que mientras más bajos son mis valores más hiperactiva estoy, pero desde hace un par de meses me colocaron oxígeno para que pueda respirar mejor, la doctora Lexie dice que es temporal.
Una vez más el cansancio me toma y mi cuerpo pide a gritos poder dormir solo un poco y eso hago, me rindo, me dejo llevar por el dolor que se siente cuando se relaja tanto el cuerpo que la columna te advierte el cansancio que tienes acumulado. Despierto no sé cuántas horas, días, o meses después, creo que solo exagero. Volteo a todos lados y veo a mi madre dormida en el sofá y las luces apagadas, lo que me indica que es de noche, estiro la mano y alcanzo el teléfono y me sumerjo en el mundo naranja ese que me hace olvidar por un instante mis problemas y me llevan a mundos que desearía que existieran.
Según filósofos, el amor consiste en que la persona que ama no va a amar la belleza simple; se va a concentrar en buscar lo bello de quien ama. Pero si hablamos de "amor platónico", por el contrario, se queda en lo físicamente bello, idealiza y cree que el amor es inalcanzable.
Según el diccionario es aquel sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
En mi experiencia como lectora, y basándome en los comentarios de mis seguidores, puedo decir que el amor es vivir por la otra persona, porque el amor está en momentos intensos de adrenalina donde la cara de tu pareja se ilumina de felicidad, pero el amor también está en esos momentos grises donde el cielo amenaza con una tormenta y las lágrimas inunda la cara de esa persona especial, el amor es vida, poema, risas y corazón. El amor es hacer sonreír a esa persona cuando está enojada solo para quitarle su momento de dramatismo, y muy por sobre todo, el amor es dar lo mejor de uno por la otra persona porque después de todo recibimos lo que damos.
Tengo una enfermedad, pero tengo dos brazos y dos manos, tengo dos piernas y dos pies izquierdos ambos, tengo una cabeza sobre mis hombros y tengo una mente que idea planes macabros pero que también ideas planes románticos para sus amigos.
Soy normal con un toque de exclusividad, y muyen el fondo deseo tener ese amor que tanto defiendo y describo. Mi propia historia de amor.
Editado: 11.02.2022