Capitulo Ocho, 15-11-2021
Eros
Podría quedarme aquí todo el día.
Era el silencio, la oscuridad, los latidos de su corazón y ella, todo era perfecto, escuchar como su corazón latía despacio y como su pecho subía y bajaba dándome la sensación de tranquilidad que busque durante años, sentí sus manos acariciarme el cabello con tanta suavidad que aquello poco a poco empezaba a dolerme. Necesitaba salir de ese lugar antes que todo fuera tan tarde que me acostumbrara.
Intente hablar, pero, su silencio y su respirar más despacio me confirmo que ya se había quedado dormida.
—Podría quedarme aquí todo el día, la noche y mi vida entera Atenea— Suspire cuando vi la hora en el reloj de la pared, media noche ella seguía dormida y yo debía irme.
Me fui tal y como entre, sin ser visto y desde entonces siento que algo me falta, como era de esperarse ese día mi padre me esperaba en la sala y con una copa de vino celebro que llegue a media noche porque según él venía de acostarme con una prostituta, enfurecí tanto, él no lo sabía pero yo estaba escuchando el corazón de la chica más hermosa del mundo, golpee su mejilla en un ataque de rabia y termine peor con heridas en los brazos que aún me duelen cuando me coloco la chaqueta.
—Esta noche fiesta en mi casa y obvio todos están invitados— Hermes Hidalgo, el niño más patético de todo el instituto creyéndose la gran cosa porque su padre es Raúl Hidalgo un multimillonario fundador de la marca de tenis más famosas.
—Perdón me equivoque, todos menos, los Grey y el único Morón de mierda aquí presente— se pasea entre las filas de los compañeros entregado tarjetas de entrada —No quiero que su mala vibra arruine mi fiesta.
Todos hacen una bulla como si la desgracia ajena les encantara, Atenea esta aun débil y se le nota cuando no dice nada al respecto, Zeus está a su lado y no la deja sola por nada, estoy ansioso contando los segundos para la hora del receso.
Zeus se levanta y sale del salón quien sabe dónde pero la deja sola, sus amigos la vigilan así que no tengo más opción, rompo un pedazo de papel de mi libreta escribo rápido antes que regrese su escolta digo primo y se lo tiro.
Atenea se toca el cabello cuando lo siente y se quita la pequeña bolita mirando a mi dirección, sonríe tiernamente y abre la nota asintiendo, miro a otro lado para que no note el rojo fuego que se toma mi mejillas "Que pena" me recrimino tapando mi cara con la parte de atrás de la chaqueta.
—Como sigas de ridículo juro que vomitare— Mikhaelo se sienta a mi lado, parece alguien diferente desde que entro aquí ya casi no sonríe como lo hacía conmigo en el callejón y por más que Zeus quiera ser su amigo él no se lo permite.
En el fondo me duele verlo así porque le tengo cariño, es mi amigo y daría todo por él, sé que fue quien me condeno a ser adicto pero la decisión fue mia, porque puedo solo sentarme a verlos fumando, volando alto y aun así no fumar yo, pero si lo hago porque mi decisión siempre fue sí ante todas las cosas que me permitían olvidar los huracanes de mi casa.
—No entiendo que dices Peter Pan— me mira serio y eso asusta.
—Digo que pareces idiota viendo a Atenea así querida Wendy— le meto un golpe en la cabeza.
— ¿Por qué Wendy y no otro nombre? — se ríe negando
—Prefieres que te diga campanita— ambos nos reímos como un par de amigos que llevan tiempo de sana relación.
El profesor llega y con él la aburrida explicación de porqué un positivo y un negativo se atraen, a medida que lo explica lo voy entendiendo y deja de ser aburrido.
—Una carga positiva y una carga negativa se atraen entre sí. Si se atraen, deben ser de distinta carga. Las cargas negativas repelen a las cargas negativas. Las cargas positivas también se repelen entre sí— Dios cada vez me parece que Atenea y yo nos atraemos pero al mismo tiempo nos repelemos por nuestras familias que estupidez
Suena el timbre y soy el primero en salir, veo al Capi esperándome donde le dije y trae consigo mi encargo.
—Pensé que nunca llegarías— me cuestiona —Estaba por irme.
—Estaba en clases idiota— le doy la mano como viejos amigos a lo que él me jala dándome un abrazo —Ahora vete que nadie puede verte.
Lo veo darme la espalda y perderse de mi vista, termino de cruzar el campo de juegos y llego al árbol donde cierta pelirroja me espera.
—Pero miren— me observa desde arriba del árbol —Mi dama está más hermosa que nunca.
Me regala una sonrisa que me deja embobado, termino de subir y me siento a su lado entregándole el girasol.
—El vagabundo es detallista, que sorpresa— sonrió bajando la mirada y sin esperármelo siento sus labios en mi mejilla —Muchas gracias.
El corazón se me acelera, el tiempo se me paraliza y siento como el mundo deja de girar.
—Tu— ella ríe mientras por mi mente no paro de decir que es la sonrisa más hermosa del jodido mundo.
— ¿Algún día estarás lista para decirme que tienes?— de inmediato se le borra la sonrisa y se pone pálida.
—Pronto, por el momento solo puedes saber que dependo de un respirador— como si todo conspirara su teléfono se activa sonando la canción de Spirit Lead me, el pecho se me encoje ante la canción y siento que es un presentimiento.
— ¡No es justo!— ella niega intentado tomarme, pero me aparto porque tengo miedo, ella no lo ve pero tengo mucho miedo de estar sintiendo algo por ella que muera cuando ella lo haga. — ¿Puedo escuchar tus latidos?
Editado: 11.02.2022