Capitulo Diecisiete 19-11-2021
Eros
Por ti mi pequeña dama.
El lugar queda solo cuando todo termina, Bruno no se ha querido ir hasta que informen el estado de Atenea, se lo agradezco con la mirada y veo que ya no estoy solo que ya no soy solo yo el que lucha por este amor porque mis amigos están aquí.
— ¿Podemos hablar? — Zeus se me acerca con cara de pocos amigos, me levanto del sofá aceptando caminando con él hasta el balcón.
—Por favor traten de no matarse, timón y pumba— le saco el dedo corazón a Mikhaelo, necesito preguntarle si se sabe todas las películas de Disney.
—Escucha no te odio— ruedo los ojos.
—Solo detesta que respire el mismo aire que tú.
—Es justo eso— se cruza de brazo —Atenea me dijo lo que hiciste por ella. —Intento hablar pero alza la mano interrumpiendo —no me agradas pero escucha solo quiero decir gracias.
—Lo haría mil veces más porque ella me importa y me importa tanto que voy a cambiar por ella.
—Gracias por quererla, sé que aún no sabes que tiene así que te lo explicare porque creo ya es el momento de dejar la guerra a aun— asiento —Por ella es el momento.
—No sabes cuánto le alegrara saber esto— asiente sentándose en el sofá e invitándome a sentarme con él.
—Escucha, Atenea padece de SDFE, que se conoce como Síndrome de Fisher Evans— lo escucho atentamente —Es un síndrome de la sangre que no tiene cura, ella no nació con él pero si lo contrajo por un químico que en la actualidad no sabemos que fue, la cosa está en que sus propios glóbulos rojos se atacan a si mismo pensando que son una amenaza para el cuerpo.
No sé por qué pero en este momento quiero abrazar a Zeus porque todo suena tan horrible que siento que él tampoco ha pasado por cosas buenas y necesita de un amigo.
No me cohíbo porque estoy en la edad de pasar pruebas y crear reto y no quedarme con las ganas de nada.
Abro los brazos y el anticipa mi movimiento.
— ¿Qué crees que haces?
—Solo quiero darte un abrazo porque ella se lleva la peor parte pero tú eres quien más esta con ella y sabes cómo es vivir con ese miedo de que en cualquier momento puedes perderla y quiero que sepas que puedo ser tu amigo Zeus, baja las barreras y solo respira profundo.
—Pueda que tengas razón— me levanto abrazando al primo de la chica que más quiero en esta vida, de enemigos a amigos es una gran paso.
Y esto, no es ser débil, esto no es elegir una preferencia sexual, esto simplemente es ceder ante la pesada carga y saber que a veces soltar también es bueno, lo escucho llorar y por más que me esté partiendo el alma lo abrazo con las fuerza para que sepa que ahora podrá compartir la carga conmigo, la carga de los feos sentimientos que debemos reprimir delante de Atenea.
Porque mi dama siempre nos vera con una gran sonrisa aunque nos estemos muriendo por dentro.
—Gracias por eso— asiento volviendo a sentarnos.
—Cómo te decía, ella está mal porque pese a que se le detecto a tiempo esta enfermedad un día esta inactiva y al otro ya se ha activado sin vuelta atrás. — están probando todo tipo de medicamento pero nada parece funcionar, en este instituto se pagan millones de dólares para poder conseguir una cura pero aun no dan con ella.
— ¿Pero no probaron con las celular de algún familiar?
— ¿Qué dices?
—Cuando estoy en mis tiempos libres investigo sobre la química sanguínea y ahora entiendo porque mi subconsciente me recriminaba que aprendiera de ello— el hace señas para que siga —Lo que digo es que prueben con la sangre de todos sus familiar para conseguir una posible cura, ¿la enfermedad de Atenea es como un virus?
—Sí, eso dicen, porque tampoco saben que es.
—Si es un virus, pueden crear otro virus a partir de la sangre de cualquiera de sus familiar que sea compatible e inyectarlo en la sangre de Atenea, es decir un virus desactiva el otro dando así un resultado limpio que la dejaría sin enfermedad, en el caso que vuelva solo repetirían el procedimiento.
Zeus me jala de la mano corriendo por los pasillos como loco, me hace subir dos pisos al trote hasta llegar al laboratorio de pruebas sanguínea.
—Sáqueme sangre— le dice al enfermero que lo mira con cara de pocos amigos.
—Tiene cita, alguna consulta, alguna enfermedad o qué demonios tiene— Zeus lo mira irritado.
—Disculpe ya nos vamos, se acaba de escapar del loquero— Zeus me da un golpe en la cabeza.
—Idiota.
—Así no se hacen las cosas, yo no sé cómo se hace pero puedo aprender si cursos la carrera de medicina ¿Cuánto tiempo tiene Atenea?
—Debemos preguntarle a la Doctora.
Volvemos al piso donde esperamos por dos horas más, la doctora Lexie aparece con semblante cansado.
—Está fuera de peligro, pero usted señora por su rabieta casi mata a su hija, le causo una hemorragia que podría dejarla sin voz— está muy molesta y yo con ella.
—Pero si todo fue culpa del drogadicto.
—No, todo fue su culpa porque si Eros es drogadicto como usted le dice pero le recuerdo que eso en este país está aprobado y también quiero recordar que ese drogadicto que usted menciona trajo a su hija cargada casi siete cuadra sin importarle nada para que la atendieran— habla muy enojada —Señora ese drogadicto le cerro todo este instituto por su hija y ese drogadicto como usted le dice le regalo la tarde más mágica del mundo a su hija tarde que usted arruino con sus idioteces, este es mi instituto y aquí mando yo así que hasta que no se calme no pasara a ver a su hija y no tiene derecho a reclamar porque por su culpa casi muere.
Respira profundo, me observa con rabia en sus ojos pero igual me toma del brazo y me saca del lugar.
—Ella necesita tener a alguien cerca cuando despierte, por favor.
Asiento besando la frente de la doctora que sigue respirando con enojo.
Editado: 11.02.2022