Solo Un Latido MÁs

Capitulo Diecinueve

Capitulo Diecinueve 20-11-2021

Atenea

Bienvenida al callejón del beso

 

—Hola hermosa dama— entra Eros con un girasol el cual deja en mis manos. —Bruno— saluda con un abrazo a mi cantante favorito.

— ¿Dónde fuiste? — Le pregunto —Tardaste mucho

—Al baño— repite siguiéndome la corriente

—Mentira ¿Quién es ella? — Empiezo a reírme saliéndome del papel —Dime lindura.

—Yo me largo porque ustedes me darán diabetes— Mikhaelo sale de la habitación y Bruno detrás de él.

—Necesitamos hablar pequeña— asiento acomodándome de medio lado dejando que él se acueste conmigo.

—Atenea te quiero tanto que sería capaz de muchas cosas por ti.

Verlo a los ojos así de cerca, me trae a la cabeza el negativo más positivo, creo que él es mi negativo y yo su positivo, somos cargas opuestas pero joder sí que nos atraemos como imanes.

— ¿Pero qué es lo que te pasa mi pequeño vagabundo? No es que te conozca increíblemente bien pero quiero presumir que si te conozco y tu mirada me dice que algo escondes

—Tengo que irme por cinco meses— Lo dice tan rápido que me siento de un solo golpe, me le quedo viendo y el parece perdido en lo que acaba de decir.

— ¿Por qué? — Me toma del brazo para que vuelva a la misma posición nuestros ojos son dos puntos que se atraen por la fricción en nuestro caso por el sentimiento que nos une.

—Es algo que tengo que hacer y solo serán cinco meses te lo juro mi Atenea vitamina— Sonrió por el apodo.

— ¿Que se supone que hare todo este tiempo?

—Extrañarme mucho y...

Empieza hacerme cosquillas, sube encima de mí y yo parezco estar sufriendo un ataque de epilepsia por la forma en la que me muevo en medio de risas que se unen a las de él.

—Te quiero demasiado como para irme ansiando y contando cada segundo que falte para volver a verte— Me besa la mejilla y me ayuda a sentarme abriéndome los brazos obsequiándome uno de sus abrazos que tanto amo. — ¿Prometes esperare?

— ¿Bromes?

—Jamás lo haría

—Es obvio que te esperare y lo hare con cada latido de mi corazón que ira dedicado a ti— Toma mi cara entre sus manos y siento que esta no es forma de querer mi primer beso así que aparto la cara dejando que bese mi mejilla.

— ¿Te escaparías conmigo?

—Estás loco ¿a dónde? — sonríe ayudándome a levantar, se da la vuelta mientras me coloco la ropa normal y luego se voltea viendo con ojos de amor y lo sé porque tienen ese brillo especial que aparece cuando está feliz.

—Hoy conocerás un lugar muy especial para mí— me besa la frente y me toma de la mano guiándome por los pasillos del instituto de especialidades.

—Eros mis padres— me agarra súper rápido y se mete conmigo detrás en lo que parece ser un cuarto de descanso, uno ruidos nos distraen, Eros toma mi mano cuando los ruidos se vuelven gemidos. Ambos volteamos viendo a una pareja de lo que parece ser médicos en su hora de descanso.

—Están haciendo el delicioso— me susurra Eros al oído mientras me tapa los ojos —Y tu estas muy pequeña para ver eso.

Lo medio golpe saliendo del lugar donde la pareja de enamorados no se dio cuenta que estuvimos.

Me toma de la mano y caminamos por las calle de la ciudad, el frio empieza hacerme estragos en los huesos por eso Eros se quita su chaqueta cubriéndome con ella, ya sus cicatrices están a nada de sellarse casi en su totalidad.

Lo observo de reojo y es la sensación más hermosa del mundo, verlo cerca de mí, ambos tomados de la mano es increíble por eso siento que en cualquier momento mi pecho explotara.

— ¿Ya acabaste?

— ¿Qué? — cuestiono curiosa.

—Pues de acosarme, sé que soy guapo pero por favor me acosas— estoy por protestar cuando Eros me jala pegándome de su pecho, una moto pasa a toda velocidad, de no ser por lo reflejos rápidos de Eros la historia seria otra.

— ¿Estas bien?

Cierro los ojos sintiendo sus dedos sobre mi mejilla derecha y luego ambas manos en mi cara acariciando apenas mis labios.

—No soy bueno para ti Atenea— abro los ojos viendo ese brillo que tanto me emboba.

—Tienes razón no eres bueno, eres el mejor— lo abrazo fuerte para que sepa que yo lo necesito —Las cosas pasan por algo y si tardamos tanto en descubrir la existencia del otro fue precisamente para que disfrutáramos cada instante de nuestras vidas.

Sonríe y besa mi frente.

—Atenea Grey, te beso la frente primero y no los labios para que sepas que te estoy besando la mente, la inteligencia, tu imagina e intelecto pero al mismo tiempo estoy besando tus sueños y tus metas para que cuando bese tus labios bese tus sensaciones y tus sentimientos por mí, porque un beso explica las cosas mejor que mil palabras— No puedo evitar abrazarlo, pegarlo contra mi pese a que es más alto que yo porque sus palabras me llenan de tantas formas pero todas logran reconfortar mi alma.

—Eros déjame darte un beso de esos que nunca se olvidan, ni probando otros labios ni viviendo otra vida porque simplemente te besare el alma.

Me toma de la mano y sale corriendo conmigo, no sé qué pretende pero le sigo la corriente cruzando las calles como dos locos, de pronto se detiene lo que causa que pegue mi frente con su espalda.

—Eros tú...

—Bienvenida al callejón del beso Atenea Grey— Me hago a un lado, subo la mirada escuchándolo, y de pronto mis ojos no pueden creer lo que están viendo.

—Que me perdone el tiempo por querer detenerlo en este mismo ínstate, porque todo es perfecto la vista y tú a mi lado— le tomo la mano cuando voltea a verme jalándome al centro del callejón.

Los colores son tan electrizantes que logras sentir la magia que existe en este lugar, la fascinación corre por mi pequeño cuerpo cuando a lo lejos veo una pared que resalta sobre las otras, me acerco alejándome de Eros que viene pasos más atrás de mí con una sonrisa que quisiera tuviera siempre.




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