Solo Un Latido MÁs

Capitulo Treinta y Cuatro

 

Conseguir las cosas que deseamos a veces cuesta demasiado pero es más lo que sacrificas para estar con la personas que amas, en el caso de Atenea Grey y mi persona ¿Cuál era nuestro costo? ¿Qué tanto debíamos pagar para poder estar juntos? Y lo pe...

 

Eros Morón.

Conseguir las cosas que deseamos a veces cuesta demasiado pero es más lo que sacrificas para estar con la personas que amas, en el caso de Atenea Grey y mi persona ¿Cuál era nuestro costo? ¿Qué tanto debíamos pagar para poder estar juntos? Y lo peor ¿Qué tanto estábamos dispuestos a sacrificar?

—No más de nueve meses— la noticia eriza mi piel helándome la sangre en cuestión de segundos.

—Denme lo que queda de la semana para poder dejar todo listo— le suplico a la doctora Lexie para que ayude a Atenea a estar más cómoda. —Mikhaelo vamos que te necesito— Mi amigo asiente ausente como si respirará por fastidio y no porque en verdad lo necesita para vivir.

Salgo con Mikhaelo y Zeus pisándome los talones.

La idea de que sea mi esposa antes de que nos enfrentemos a lo que se avecina me eriza la piel pero me emocional el alma, ella será mía para toda la vida.

— ¿Qué cosas haremos? — Cuestiona Zeus respondiendo varios comentarios de sus seguidores en TikTok

—Me casaré con ella.

Ambos se detienen mirándome como si fuera una cosa extraña la que acabo de mencionar.

—No es tan difícil de decidir, la amo y daría mi vida a cambio de la suya si eso fuera necesario. No estoy dispuesto a renunciar a ella, y menos ahora que me necesita.

La vida es una jodida lunática, se empeña en joderme pero como siempre con la frente en alto le demostrare a la vida misma o al destino que puedo con todo esto y más.

Nuestra primera parada es en la iglesia local, Zeus menciona que es la favorita de Atenea y siempre ha soñado casarse en este lugar.

—Buenos días hijos míos, que la bendición de nuestro padre Dios este con ustedes— nos saluda el padre.

La iglesia se roba toda mi atención mientras Zeus se roba la del cura. Es sin duda el lugar perfecto para unir mi vida para siempre con Atenea, todo el muro de arte que se extiende por toda la pared y es fascinante los detalles que se reflejan en este.

— ¿Usted será el esposo? — No sé de donde carajos Mikhaelo saco una bebida solo puedo notar como se la escupe a Zeus en un ataque de ¿Locura quizás?

La escena me causa mucha gracia por lo que no me aguanto la risa apretándome el estómago.

—Seré yo, padre— aun en medio de risas alzó la mano para que el cura me observe.

Varias personas miran la escena con cierta gracia, respiro profundo caminando en pasos rápido al lado de cura quien me mira con una ceja alzada, lo miro y me reta con la mirada y por Dios que incómodo.

—Usted no puede casarse sin traerme la confirmación de que es virgen— Mikhaelo vuelve a escupir de su bebida tirándole todo al cura quien se molesta en nanosegundos mientras el color rojo cubre toda mi cara.

— ¿Pero qué? — antes de seguir me interrumpe Zeus, camina viendo a Mikhaelo y le arrebata la bebida que termina de bañar al cura.

Mikhaelo se burla de Zeus y el cura de pronto se empieza a burlar de mí, ¿Qué pasa aquí?

Una chica bastante decente cubierta de pies a cabeza le trae unas toallas limpias al padre para que se limpie y este le da una a Zeus para que se limpie.

—Bien ya hablando en serio ¿Dónde está tú certificado?

La risa de todos se paraliza mientras a mi la respiración me amenaza con causarme una convulsión.

—Yo..este— el cura mira a los dos tarados y seguido de esto todo se transforman en burlas hacia mi persona.

—Es mentira muchacho— el cura se limpia falsas lagrimas que me hacen gruñir —No aguantas presión— Zeus suelta nuevamente las risas ganándose un golpe de Mikhaelo.

—Padre ya que no ando de humor— se hace un silencio repentino cuando la madre de Zeus se toma la iglesia vistiendo una ropa de luto lo que nos pone alerta en cuestión de segundos.

— ¿Qué paso?

— ¿Que paso?

— ¿Que paso?

Me desespero cuando no dice nada y solo se ahoga con su propio llanto.

—Es que dicen que Atenea no pasara de nueve meses y Dios— no sé cómo y no sé de dónde me llega el aire tan repentino que me mueve el cabello y me llena los pulmones.

—No manches, Eros se te mueve el cabello como la Rosa de Guadalupe— Mikhaelo se merece un premio por ser el mayor pendejo

—Bien nos casaremos en dos días así que por pen...

—Hijo cuida tu vocabulario— observo al cura pero es Mikhaelo quien me quita las palabras de la boca,

—Ya no joda tanto cura malandro y vamos que debe decirnos que tenemos que traer— Mi risa muere cuando veo a la madre de Atenea pasar por nuestro lado arrodillándose delante del padre suplicando piedad para su alma.

—Vamos— me jala Zeus sacándome de la iglesia —No dijiste que debías ir a otro lugar.

—Yo nunca...

Me tira la puerta en la nariz golpeándome la cara, me sobo esta y cuando estoy por insultarlos se me viene la imagen de mi abuelo a la mente.

Camino anotando mentalmente que debo golpear a ese imbécil.

Me toma unos cuarenta y cinco minutos llegar al lugar donde se encuentra mi amado abuelo.

—Buenos días señorita, el señor Morón por favor— la señorita teclea en su pantalla moviendo la nariz de forma extraña como si fuera un animalito con mal del sambito, y lo confirmo cuando se le mueve todo el cuerpo de manera rara.

—Está en la biblioteca pero debo advertirle que pidió no ser molestado.




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