♡ :  CAPÍTULO VII — MENTIRAS QUE NOS DECIMOS A NOSOTROS

UN MES DESPUÉS.

Seungmin sería el primero en admitir que él no tenía ningún problema en doblar un poco la verdad para conseguir lo que quería. La mayoría llamaría a lo que él hacía “deshonestidad”; Seungmin lo llamaba “inteligencia”. Además, tenía una gran ventaja; desde que él era bueno en pretender ser lo que no era, podía reconocer fácilmente cuando otras personas trataban de hacer lo mismo.

Seungmin se apoyó contra el casillero, viendo a Jeongin sacarse su camiseta empapada en sudor. Él continuó ignorando a Seungmin, aunque la sonrisa sosa que había entrenado antes, durante el entrenamiento, no estaba a la vista.

Ladeando la cabeza, Seungmin lo estudió.

—¿Cómo está el bebé? Niki, ¿no?… Bonito nombre. Siempre he sido partidario de los nombres que empiezan con “Y”.

Las manos de Jeongin se frenaron por un momento antes de que él le diera la espalda y se pusiera una camiseta limpia.

Seungmin apretó los labios.

Jeongin solía ser más divertido. Pero en éstos días, él parecía que no se importaba un carajo de nada. Y eso le molestaba a Seungmin, y le molestaba que le molestara.

Normalmente era divertido cuando su llamado “hermanito” estaba teniendo un día de mierda, pero el desinterés continuo de Jeongin por todo era francamente aburrido. Le quitaba toda la diversión al asunto.

—¿Entonces vas a hacer una mujer honesta de Wonyoung? —Seungmin dijo.

Jeongin no mordió el anzuelo.

—Solo di por qué estás aquí y piérdete.

—Solo quería decirte que ví un artículo interesante ayer en el Daily Mail. —Seungmin dijo, mirando a Jeongin como un halcón— Era sobre un Futbolista estadounidense, Huening Kai.

Sin reacción. Seungmin sonrió. Ahh, Jeongin realmente no lo sabía. Eso lo hacía incluso mejor.

—Yo nunca he oído hablar de él antes. —Seungmin continuó— Pero, de nuevo, ¿Quién se preocupa por los jugadores estadounidenses? Pero de todos modos, el chico salió del armario cuando fue fotografiado besándose con un médico deportivo muy conocido… ¿Adivinas quién?

Los hombros de Jeongin se pusieron rígidos. Finalmente. Una reacción. Pero era una reacción muy previsible, teniendo en cuenta la rara relación de Jeongin con Hwang Hyunjin.

Seungmin hizo una mueca ante la idea.

Antes de su parálisis, Jeongin solía ser más como él, pero luego de su regreso del centro de rehabilitación, era prácticamente una persona diferente. Seungmin no podía creer lo pegajoso que Jeongin se había vuelto en torno a Hyunjin. Jeongin era terriblemente posesivo con el chico y no quería compartir la atención de Hwang con nadie.

Si Seungmin no lo conociera tanto, pensaría que Jeongin sentía algo por Hyunjin o algo así, pero él lo conocía mejor. A diferencia de suya, Jeongin era tan heterosexual como se podría ser, así que su apego por el tipo era más que raro.

—Huening estaba completamente sobre Hyunjin. —dijo Seungmin— Parecían muy felices juntos.

Jeongin permaneció inmóvil, de espaldas a él. Seungmin no podía ver la cara de Jeongin, pero no lo necesitaba.

—Estoy tan contento por él. —Seungmin dijo casualmente— Hyunjin se merece un descanso después de ser tu niñero por años y no tener una vida personal de la que hablar.

Dándose la vuelta, Jeongin se metió en su chaqueta.

—¿Por no te largas y me dejas en paz? —él dijo, abotonándola. Su rostro era inexpresivo, pero sus dedos estaban inestables, temblorosos.

—Lo lamento, ¿Toqué algún punto sensible? —dijo Seungmin con una dulce sonrisa.

Jeongin frunció el ceño.

—Piérdete.

—Oye, solo decía. —Seungmin levantó sus manos de una manera conciliadora— Yo no pretendía… molestarte.

—No estoy molesto.

—No necesitas poner buena cara. —Seungmin dijo, luciendo su expresión más sincera— Somos Familia, después de todo.

La sonrisa que recibió de Jeongin fue positivamente asesina.

Seungmin dejó caer su máscara y se encontró con los ojos de Jeongin.

—En Serio, Jeongin contrólate. Me estás aburriendo. No es divertido patear a alguien que ya está caído. No representas ningún desafío en éstos días.

—No tengo ni idea de lo que hablas.

Seungmin soltó una carcajada.

—Has estado comportándote como un cachorro apaleado durante meses. Un cachorro sin su dueño. Eso es triste y patético. —un músculo palpitaba en la mejilla de Jeongin. Seungmin se burló— Tu rara pegajosidad por Hyunjin era bastante patética de por sí, pero esto, la depresión sin sentido, es caer aún más bajo para tí. Si realmente lo quieres tanto de vuelta, ¿Cuál es el problema? Tráelo de vuelta.

—Él no quiere regresar. —Jeongin escupió.

Seungmin levantó las cejas.

—¿Entonces? Si yo quiero algo, camino sobre cualquiera para conseguirlo, en lugar de deprimirme y no hacer nada. Solías ser del mismo modo…

—Solía ser. —Jeongin mordió— Ya no más.

Seungmin ladeó la cabeza.

—¿De verdad? Puedes engañar a todos los demás, pero ¿tú y yo?… No Jeongin, ambos sabemos la verdad. Estamos cortados por el mismo patrón. En el fondo, eres la misma codiciosa mierda egocéntrica que eras de niño. No me digas que nunca cruzó por tu mente; hacer lo malo, lo egoísta, y al carajo todos los demás. —la manzana de Adán de Jeongin se movió— Tienes… —Seungmin dijo en voz baja— Puedes pretender ser el chico bueno todo lo que quieras. Pero tú no eres el chico bueno. No eres mejor que yo. —él rio— Pero ¿sabes la diferencia entre tú y yo? A veces yo podría decir una pequeña mentira piadosa para conseguir lo que quiero, pero por lo menos soy honesto conmigo mismo. Yo sé lo que soy, y estoy bien con eso. Yo soy un hijo de puta y soy impresionante. —él sostuvo la mirada de Jeongin— Y yo definitivamente no necesito una cerca blanca para estar mejor conmigo mismo.

El rostro de Jeongin palideció. Abrió la boca, pero nada salió. Sonriendo, Seungmin se fue, contento de que había tenido la última palabra.