Solo un poco enfermizo ❃ Hyunin

♡ :  CAPÍTULO XX — ARRUINADO

Las manos de Jeongin estaban algo inestables mientras preparaba una cena tardía. Hyunjin no había regresado del trabajo aún, el personal médico estaba trabajando horas extras, pero estaba llegando tarde.

¿Seguramente Hyunjin regresaría pronto?

Jeongin se cortó el dedo y dejó caer el cuchillo, silbando. Maldita sea. Se apoyó en la mesa y se obligó a tomar algunas respiraciones profundas. No ayudó. El sentimiento de pánico no desapareció. Estaba asustado. No le gustaba la mirada en los ojos de Hyunjin, cuando se había alejado de él. Hyunjin se había visto como un hombre que decidió hacer algo muy desagradable pero necesario.

¿Había empujado a Hyunjin demasiado lejos?

Para cuando la cena estaba lista, Jeongin estaba cerca de enfermarse por la preocupación.

¿Por qué no había vuelto Hyunjin aún?

Por fin, apareció el ruido de un coche en la distancia, acercándose a la casa, y el corazón de Jeongin comenzó a golpear tan fuerte que podía sentirlo en todo su cuerpo.

Se limpió las manos, ignorando el escozor en su dedo, echó un vistazo a la mesa por última vez, asegurándose de no haber olvidado nada, y esperó a que Hyunjin viniera a su encuentro. Pero Hyunjin no lo hizo. La puerta principal se abrió y se cerró, y allí estaba el sonido de los pasos dirigiéndose hacia arriba. Y luego nada.

Diez minutos pasaron. Con su ansiedad creciendo, Jeongin dejó la cocina y se dirigió hacia el piso de arriba también. Encontró a Hyunjin en su dormitorio, recién salido de la ducha y cambiándose.

—Voy a salir. —dijo Hyunjin, poniéndose una camisa oscura.

—Pero… Pero ¿qué hay de la cena?

—No tengo hambre. —Hyunjin dijo, cerrando la cremallera de sus jeans. Agarró su chaqueta y se encaminó hacia la puerta pasando a Jeongin.

—Hyunjinnie… —Jeongin dijo, agarrando su brazo.

Hyunjin finalmente lo miró.

—Mira, esto está jodiéndome la mente. él dijo— Esto, nuestra relación, se ha vuelto algo totalmente desquiciante. Es demasiado y no es lo suficiente. —un músculo palpitaba en la mandíbula de Hyunjin— Quiero cosas de ti que nunca me podrías dar y, para ser totalmente honesto, no confío en mí mismo para no presionarte en algo que no quieres. Necesitamos algunos límites. Nunca pensé que diría esto, pero era más fácil para mí cuando fingía ser tu amigo y nada más.

Jeongin tragó. Tenía la sensación de que esto no le iba a gustar.

—¿Qué quieres decir?

Los labios de Hyunjin apretados en una fina línea.

—No más besos ni toqueteos excesivos. Voy a salir y voy a tener sexo. —suavemente, él retiró su brazo del flojo agarre de Jeongin y salió de la habitación, dejando a Jeongin congelado en su sitio.

Cuando la puerta se cerró abajo de golpe, las rodillas de Jeongin cedieron. Él se sentó pesadamente en la cama de Hyunjin y se quedó mirando fijamente a la nada. Bueno. Necesitaba pensar racionalmente.

Todo estaba bien. Esto era lo que habían acordado, ¿no? Esto era lo que él mismo había sugerido en los Estados Unidos; que a pesar de que trataría de hacer feliz a Hyunjin, éste tendría que conseguir sexo en otros lugares. Eso es lo que había querido, lo que todavía quería. No le importaba a quien follara Hyunjin. No era asunto suyo. Encuentros de una noche, que no podrían robarle a Hyunjin, no eran una amenaza; ellos no le importaban una mierda.

Excepto que su estómago se sentía como una dura pelota de hierro, arañando sus entrañas y tratando de subir a su garganta. Jeongin jaló sus rodillas al pecho y envolvió sus brazos alrededor de ellas. Respiró hondo, tratando de luchar contra la sensación de enfermedad repugnante en la boca de su estómago. Su pecho le dolía y no entendía por qué. ¿Qué estaba mal en él? Nunca se había preocupado demasiado sobre los encuentros de una noche de Hyunjin. Hyunjin lo amaba a él; eso era lo único que importaba. ¿No era así? Su mirada cayó sobre la camisa de Hyunjin que yacía junto a él en la cama.

Jeongin la recogió y la miró durante un largo rato antes de llevarla a su nariz. Olía a hospital y a Hyunjin. Inhaló ávidamente de nuevo, una parte de él encogiéndose. Si Hyunjin supiera…

Ya era bastante malo el que apenas había sido capaz de mirar a Hyunjin a los ojos después de la otra noche, la noche que se esforzaba en no recordar. Incluso pensar en ello ahora trajo un rubor a sus mejillas. Probablemente había sido un golpe de suerte. Sólo había estado caliente ese día. Quizás entrar y ver a Hyunjin simplemente lo confundió demasiado. Quizás. Pero no importaba ahora, ¿verdad? Hyunjin quería que ellos volvieran a ser solo amigos. Y probablemente él tenía razón. Era más fácil de esa forma. Mucho menos confuso. Menos íntimo e intenso. Esto, su relación, no era de ningún modo sano o normal. Estaban atrapados en tierra de nadie, entre ser amigos y amantes, platónicos y románticos. Algo tenía que dar. Era lógico que Hyunjin quisiera sexo. No podía esperar que él fuera un monje por el resto de su vida.

Jeongin no era tan egoísta. No podía ser tan egoísta. Él podría hacerlo. Podría. Era lo mejor. No más besos y toqueteos excesivos. Solo amigos. Hyunjin se follaría a alguien, volvería a casa, y entonces todo estaría bien y sin complicaciones. Un bulto se alojaba en su garganta, negándose a moverse. Se sentía como si algo estuviera royéndolo desde adentro, tratando de arañar una forma de escapar.

Su corazón.



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En el texto hay: hyunjin, jeongin, hyunin

Editado: 03.06.2023

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