Christopher Hwang observaba a su primo de reojo. Hyunjin estaba sentado en el sofá de dos plazas junto al árbol de Navidad, y su nuevo novio junto a él.
—Deja de mirarlos fijamente. —un brazo se envolvió por la cintura de Chan y suaves labios se presionaron contra su mejilla.
Chan se giró hacia su novio y arqueó una ceja.
—Yo solo te miro fijo a ti.
Félix sonriendo rozó sus labios contra los de su novio. Chan tuvo que frenarse para no profundizar el beso; no estaban solos.
—Recuérdame por qué invitamos a tanta gente.
—¡Oye, no es mucha gente!, solo son… como treinta. —Félix pestañeaba con sus ojos de manera inocente.
—Jodidamente demasiados. —murmuró Chan.
—Deja de ser un bicho tan antisocial. No te preocupes, nadie derramará nada sobre la alfombra.
Chan dio a su novio una mirada inexpresiva, pero Félix se limitó a sonreírle y le lanzó un beso.
—Además, —dijo Félix, enganchando el pulgar en el cinturón de Chan y apoyándose contra él— queríamos animar a Hyunjin, ¿recuerdas?.
Chan volvió a mirar a su primo.Hyunjin tenía a su novio completamente encima de él.
—Él no parece necesitar ser animando.
—Hmm… —Félix dijo.
—Kai parece un tipo agradable.
—Uh huh.
—Hyunjin está sonriendo. Él se ve feliz.
—Uh huh.
Chan frunció ligeramente el ceño y miró a Félix.
—Basta con el “un huh”, además no es de nuestra incumbencia.
Félix se mordió el labio.
—Probablemente. Pero no creo que sea una buena idea. Un poco demasiado pronto después de…
—Es mejor que quedarse en su casa y beber hasta que se acabe el mundo.
—Bueno, está eso. —dijo Félix y compartieron una mirada.
Chan hizo una mueca al recordar el primer mes luego del regreso de Hyunjin de Inglaterra. Estuvo… mal. Nunca había visto a su primo el “siempre tan entero” en ese estado. Hyunjin no se afeitaba, apenas comía y bebía demasiado. Ello continuó hasta que Chan finalmente tiró todo el alcohol que había en la casa, metió aYoongi en una ducha de agua fría, y le dijo que obtuviera algo de autocontrol y dejara de perder su vida a causa de un imbécil que no lo merecía.
Hyunjin le dio un puñetazo en la cara y lo echó de su casa, pero después de eso, parecía haberse rearmado: dejó de beber e incluso encontró un trabajo en algún club de fútbol. Chan se había sentido aliviado, hasta que descubrió que Hyunjin había empezado a dormir por ahí. Félix no lo aprobaba, lo que era algo divertido, considerando el pasado de Félix, pero en su opinión, había una diferencia entre tener mucho sexo porque a uno le gustaba el sexo y tener mucho sexo porque uno quería olvidarse de alguien.
Félix pensaba que no era saludable, pero Chan pensaba que probaba que Hyunjin al menos estaba haciendo un intento por olvidar y seguir adelante.
Cuando las fotos de Hyunjin y Huening Kai habían golpeado los medios unas pocas semanas atrás, Chan había estado aliviado. Habían sido fotografiados abrazados y parecían cariñosos entre sí. Claramente no era solo sobre sexo. Kai parecía totalmente enamorado y Hyunjin estaba…
Chan miró a su primo de nuevo. Kai estaba riendo y diciendo algo al oído de Hyunjin y éste lo escuchaba con una sonrisa algo indulgente.
—Realmente parece feliz. —murmuró Chan— Está sonriendo.
—Sí. Seguro. —dijo Félix.
Antes de que Chan pudiera decir nada, Lía echó sus brazos alrededor de ellos.
—¡Hey, chicos! —ella los besó en las mejillas y les dirigió una mirada apreciativa— Maldición, echo de menos los buenos viejos tiempos en que tenía todo esto en mi cama.
Félix se echó a reír.
—¿Estás segura de que deberías estar diciendo eso en frente de tu novio?
—El novio ya está acostumbrado a ello. —Luhan, su novio, dijo secamente.
Chan tuvo que darle crédito al chico; no todos los hombres estarían cómodos en presencia del ex-novio de su novia y de otro tipo con el que habían hecho un trío.
Lía miró Félix.
—¿Cómo te las arreglaste para convencer a éste tipo de dar una fiesta? Él siempre se negó de plano a hacerlo cuando estábamos juntos.
Félix le sonrió a Chan y le guiñó un ojo. Lía rodó los ojos y le dio unas palmaditas en el pecho a Chan.
—Estás dominado, dulzura. —ella le dijo y Chan no lo negó. Lo estaba.
El timbre sonó. Chan miró a Félix.
—¿Todavía estamos esperando a alguien?
Félix frunció el ceño antes de encogerse.
—No lo creo. Pero Hobi dijo que podría venir.
Asintiendo, Chan fue a abrir la puerta. No era Hoseok.
—Hola. —Yang Jeongin dijo, sus ojos verdes extrañamente brillantes mientras encontraban los suyos— Eh… ¿Feliz Navidad?
Chan lo miró fijamente por un momento antes de salir y cerrar la puerta rápidamente.
—¿Qué estás haciendo aquí?
Jeongin levantó las cejas.
—Es lindo verte de nuevo, también.
—¿Qué estás haciendo aquí? —Chan repitió.
Jeongin se metió las manos en los bolsillos de la chaqueta.
—Quiero hablar con Hyunjin. El detective que contraté dijo que tendría que estar aquí.
—¿El detective que… Olvídalo.—Chan negó con la cabeza— No lo verás.
Entrecerrando los ojos, Jeongin cruzó los brazos sobre su pecho.
—¿Por qué no?
Chan le clavó una dura mirada.
—¿No crees que ya has hecho suficiente? Él no necesita más de esa mierda. Tiene un novio ahora. Así que déjalo en paz.
Los labios de Jeongin se abrieron.
—Yo…
La puerta se abrió detrás de él.
—Channie, ¿Quién es él? —preguntó Félix.
—Nadie. —dijo Chan.
Félix puso su barbilla sobre su hombro desde atrás.
—¿Nadie? Pues el “Nadie” se parece mucho a un hombre para mí. ¡Hola, Nadie!
—Hey. —Jeongin correspondió al saludo.
Chan suspiró.
—Es el chico francés. El jugador de soccer.