Solo un poco más

9. Confesiones

Me levante despacio de la cama intentando hacer el menor ruido posible, sabía que Acacia estaba en la otra habitación y al mínimo ruido que hiciera ya sabría que estoy despierto

Ayer me han pasado demasiadas cosas, desde estar al borde de la muerte unas tres veces, hasta enterarme que Acacia es un vampiro, cosa que al principio me impacto, para ser sincero estaba muerto de miedo, pero no se confió en ella, pero aun así me da miedo que quiera comerme, la verdad es que me gustaría ser como ella, rápido, fuerte, poder borrar recuerdos, vivir para siempre y ser lo que yo quisiera, se lo he intentado explicar, pero ella se puso como loca, diciéndome que no sabia lo que decida que eso lo decía por decir, que no soportaría la vida que tiene ella, acabamos discutiendo muchísimo, pude ver sus ojos inyectados en sangre y la verdad me asusté, pero eso no quitaba toda la curiosidad que tenia por ella, por lo que era, después de la discusión me fui a mi cuarto, llevamos una semana sin hablarnos casi, yo no salia del cuarto por miedo a verla, pero todos los días me traía comida la habitación y me daba las buenas noches, pensando que estaba dormido

Baje lentamente las escaleras hasta la cocina y empecé a buscar en los armarios algo que comer, en el frigorífico vi unas cuantas bolsas de sangre que me dejó bastante impactado esa escena y más cuando una sombra apareció a mi lado

-Los cereales y las galletas están en el estante de arriba, el alcohol en ese armarito- señaló uno al otro lado de la cocina

Ella abrió el frigorífico y cogió una bolsa de sangre y se sentó en el sofá, llevaba el pelo recogido en un moño, iba descalza y su pijama era negro de tirantes y pantalón corto, tenía el maquillaje corrido alrededor de los ojos, que combinado con le blanco de su piel y el pijama parecía un oso panda, yo no pude evitar soltar una risilla

-¿De que te ríes?- su mirada era brusca pero a su vez brillante, como si quisiera sonreír pero el orgullo no le dejara

-Pareces un oso panda- las palabra salieron solas de mi boca

Ella, me miro durante unos segundo y me lanzó la bolsa vacía que antes contenía la sangre, dándome en toda la cara

-Y tu pareces gilipollas, tráeme otra bolsa antes de que te desayune- yo me quede por unos momentos quieto sin saber muy bien si lo decía con humor o era una amenaza, pude ver una pequeña sonrisa asomando en la comisura de sus labios

Cogí la bolsa y la deje encima de la mesa, junto con la caja de cereales, agarré todo incluido una botella de ron y me senté a su lado en el sofá. le pasé la bolsa de sangre, mientras yo abría los cereales y me los comía a puñados bebiéndome a su vez el ron

-Acacia quería hablar de lo de ya sabes- dejó de beber sangre y me miró

-Ya te dije lo que pensaba Luka, es un no, no voy a convertirte

-Pero...

-Pero nada, es un no, estas vivo, algo por lo que muchos mataríamos

-¿Te incluyes?

-No lo se, me gustaría volver a ser humana, pero al mismo tiempo no, supongo que estoy acostumbrada

-Yo también quiero, tiene que ser increíble

-No lo es tanto como piensas, tener que beber sangre, no poder tener una familia, son muchas cosas Luka no tengo ganas de hablar de ello

-Pero tu te convertiste

-Yo estaba muerta, la sangre no me ayudo y morí

-No lo sabía- me quede mirando a los cereales, no podía mirarla a los ojos

-Me arrancaron la vida, yo no tuve elección, y no voy a dejar que tomes esa decisión así a la ligera, porque será para siempre, literalmente

-Pues lo pensaré, pero Acacia escúchame, nada me ata a mi vida humana, no cambiaré de opinión

-Ya lo veremos, hay muchas cosas que no conoces de mi especie y no te va a gustar

-Tienes 3 meses para convencerme de que siga siendo humano ¿Trato? - la extendí la mano -Diciendo toda la verdad, no me mientas

-Trato- dijo muy decidida apretando mi mano

-Muy bien y cual va a ser tu primera medida, para convencerme

-Echar flores de espino en todo lo que comas

-¿Y eso de que va a servir?

-De que si mi collar se rompe, no te mate- me quede un poco cortado, tenia razón si en algún momento su collar se rompía me mataría

-Me parece una buena medida ¿Y la siguiente?

-Ya lo pensaré mañana, por ahora ¿cuanto hace que no te cortas el pelo?

-No me vas a cortar el pelo- me levanté corriendo del sofá

-Si te vas a convertir en vampiro, tienes toda la vida para dejártelo crecer

Me levanté y empecé a correr por toda la casa, era obvio que me iba a atrapar pero aun así yo seguía corriendo y como no me alcanzo y ahora estábamos en el cuarto de baño cortándome el pelo, mi melena me llevaba por los hombros, yo solo pude cerrar los ojos no quería ver como me iba a dejar, escuché el ruido de la maquinilla demasiado cerca de mi oreja, después de un rato la deje de oírla y de notar tijeretazos

-Ya puedes abrir los ojos

Cuando los abrí me quede bastante sorprendido, mi pelo estaba rapado a los lados y mas largo en la parte de arriba, la verdad me veía por primera vez en muchos años atractivo

-No soy tan mala peluquera, yo te veo bastante guapo- al escuchar eso me sonroje y ella se empezó a reír

-Lo admito te ha quedado bien- pase la mano por mi cabeza casi calva, era una sensación bastante agradable

-Claro que me ha quedado bien, soy fantástica en todo lo que hago, ahora vístete vamos a ver a German

-Yo me quería quedar en casa

-No voy a darte la inmortalidad para que te quedes todo el día en casa

-¿Me la vas a dar?

-No, ahora vístete

Subimos cada uno a su habitación, por alguna razón mi armario estaba lleno de ropa de hombre, tenía que preguntarla luego, me decidí por un pantalón corto y una camiseta blanca con unas letras, me calcé y baje a la plata de abajo, donde me esperaba Acacia, seria como siempre, llevaba un short vaquero roto y un top, por encima una especie de chaquetilla de encaje que caía hasta sus rodillas




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