Solo un poco más

12. Destrucción

La vida da muchas vueltas a veces demasiadas, la sensación de cuando tu vida cambia completamente es de un miedo que te deja paralizado, una curiosidad alarmante, un absoluto pánico de no saber que te deparara en un futuro, o simplemente si tendrás futuro, pero lo que si se es que todo ha cambiado y no hay vuelta atrás, desde que salté de la azotea, ese día morí, no físicamente, pero si mentalmente, dando paso a lo que soy hoy, Luka Miller, ya no soy el huérfano borracho del instituto.

Ahora soy Luka amigo de una vampira y un brujo, con el poder de destruir a un ancestral y en un futuro espero que un vampiro. Se que a Acacia no la hace gracia la idea, pero entiende que es mi decisión, la decisión más importante de mi vida, quiero mucho a Acacia, es mi amiga la única que tengo, siento que puedo confiarla mi vida, cuando desperté en su casa estaba aterrado pensé que iba a morir, en parte ya hubiese muerto si no fuera por ella, pero sentir como la vida se va lentamente de tu cuerpo es algo angustioso y aterrador

Pero luego de escucharla y ver lo que he visto, su mundo, su forma de vida; me intriga y me aterra pero no puedo dejar que le miedo se apodere de mi y eso evité lo que quiero, se que Acacia hará todo lo posible para que no me convierta, pero desde le primer momento que descubrí su mundo supe que esta destinado a pertenecer a él, quiero ser algo más que un chico de pueblo que llora la muerte de sus padres y el saco de boxeo de unos matones con aires de grandeza, mi decisión esta tomada.

Y esta maravillosa reflexión la tengo mientras me sacan un montón de sangre para el contra hechizo que le harán a Maus

Odio que me saquen sangre

Acacia ha desaparecido, volvimos a discutir y se fue, no entiende que no quiero ser humano, que mi yo humano murió cuando salté del edificio cuando me tiré decidí dejar de vivir y ella me salvó

Pero eso no influye en que ese día yo morí y quiero cambiar mi destino y eso... ni ella ni nadie lo podrá cambiar

Cuando German terminó de sacarme sangre, estaba bastante mareado, ninguno me ayudo a moverme, todos se fueron con la sangre a la cocina a preparar el contra hechizo, la dos ancestrales se quedaron mirando mi sangre, sus ojos estaban rojos, eso no me tranquiliza desde que están aquí no puedo estar cómodo, tengo la sensación de que en cualquier momento van a saltarme al cuello

Fui lentamente hacía la puerta del jardín, estaba todo lleno de cristales, esquivándolos conseguí salir, vi a Acacia sentada en un banco un poco alejada, se la veía molesta, pero a su vez relajada, me senté a su lado, el sol daba de frente en mi cara sintiendo el leve calor del sol y la suave brisa en mi rostro

-Es increíble ¿verdad?- dijo Acacia sin más

Yo me quede viéndola, ella estaba con los ojos cerrados me quedé unos segundo observando su rostro, sus ojos verdes estaban cerrados, era de cara muy fina y nariz respingona, sus labios eran carnosos y hoy tenían un tono rojo, se notaba que había estado nerviosa, siempre que lo esta se muerde el labio

-¿El que?- estaba curioso de por donde iba la conversación

-La sensación del sol en tu cara y como va calentando tu cuerpo levemente

Yo seguía mirándola, ella continuaba con los ojos cerrados y eso me ponía nervioso, odiaba que me miraran fijamente a los ojos, pero ella era diferente necesitaba que me mirara con esos ojos, era como si me mirara una pantera negra

-Si...- no se porque pero no me daba buena sensación el rumbo que llevaba la conversación

-Ojala poder sentirlo una vez más, solo una más

-¿No lo sientes?- dije asombrado

-Si, noto como el sol me molesta, pero no su calor, ni el frió ¿eso no te gusta verdad?

Yo me estaba comenzando a enfadar, no puedo tener una conversación normal con ella sin que salté con alguna cosa

-Acacia...- intente decirla que dejara el tema, pero ella me interrumpió

-Lo ves todo demasiado fantástico e increíble, pero nadie te cuenta lo malo, la sed, la muerte que te perseguirá toda tu vida, tanto la tuya, la de tus seres queridos y las que tu provoques, tus sentimientos serán mas intenso, pero a su vez no saborearas las pequeñas cosas de esta vida, como el calor o el frío

-Acacia...- estaba la borde de la ira, di un par de respiraciones y la miré a esos ojos, ella me miraba como una pantera a punto de comerme -Tomé mi decisión, se que tienes dos meses, pero el día que salté de la azotea morí, no tengo seres queridos, nada me ata a mi antigua vida, deja que termine de cambiar, se que es mi destino

-Luka, se que da igual, pero debes ver como es este mundo en realidad, es una decisión que te cambiará la vida y no habrá vuelta atrás y es para siempre, literalmente

-Se como es este mundo, se como es el mundo humano y por lo visto a ti se te ha olvidado lo que es perder a tus seres queridos- sus ojos se pusieron más oscuros casi volviéndose negros

Con el tiempo, he aprendido varias cosa de Acacia, cuando tiene hambre sus ojos se vuelven rojos y se le hinchan las venas de los ojos y cuando se enfada sus ojos se vuelven casi negros, esto me ha evitado alguna vez ser su comida

-¡Claro que lo se!- estaba fuera de si -Y es aun peor siendo vampiro, estuve 100 años asesinando a sangre fría a gente inocente, porque estaba dolida y me daba igual, mataba a todo el que me placía por diversión- me agarró del cuello levantándome -Vi como arrancaban la cabeza a mi padre y como a mi madre la aplastaron el corazón, como la vida se iba de ella, vi al borde de la muerte a mi hermano y tuve a mi hermana muerta entre mis manos, no me hables de dolor, básicamente vi al amor de mi vida morir ante mis ojos y como ha vuelto de entre los muertos para matarte y a mi tambien y esta vez ¡Voy a matarlo yo! ¡Así que no me hables de dolor!

Sus ojos estaban negros, a mi me faltaba el aire

-¡Acacia!- Malia la empujó lejos de mi y yo caí al suelo




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