20. Ángeles

Me curé las heridas de la cara con cuidado, escocían demasiado, ayer fui a ver a Cia un rato pues tenía que volver con mi hermana a ayudarla con su problema, lleva semanas entrenando con German, pero mi hermana no tiene aquelarre e igualmente tiene la misma fuerza que German

Sabas sin embargo vino a conocer a Larissa y su nuevo sucesor Octavio mi sobrino, todos estos días he tenido que estar ayudándola y controlando no me ha dejado salir de casa y cuando estamos solos solo discutimos y acaba dañándome con su fuego, es bastante peligroso pero es mi hermana y mi sobrino

-¡Luka!- apareció la reina

-¿Qué pasa?- me levanté del sofá

-Tráeme agua

-Acabas de pasar por la cocina- ella me puso su sonrisa de angelito

-Se me ha olvidado y me duele mucho la espalda- ya tenía un embarazo de tres meses y digamos que no era partidaria de hacer las cosas por ella misma

-Esta bien- fui a la cocina llene un vaso de agua y se lo lleve al salón, la pillé con mi móvil en la mano

-¿Que haces?- deje en la vaso encima de la mesa y la quite le móvil

-Solo estaba mirando la hora tranquilo- dijo levantando los brazos, cogió el vaso y se lo bebo tranquilamente

-Pues coge el tuyo, la próxima vez- la puse mala cara

Me senté en el sofá de al lado y me puse a mirar el móvil, 0 llamadas, 0 mensajes, buzón de voz vació, nada absolutamente nada de Acacia, es como si no la importara que hubiera desparecido, antes estábamos todo el día juntos y me fui y es como si se hubiera olvidado de mi, no me lo puedo creer, durante estos meses no nos hemos separado y desde que ha llegado mi hermana, ni un simple mensaje

-¿Otra vez pensando en la vampira?

-¿Y a ti que te importa?

-Pues eres mi hermano y si estas pensando en otras cosas no estas pendiente de tu sobrino

-Muchas gracias por tu interés Larissa, pero no pienso contarte nada de mi vida privada, desapareces dejándome solo y llevándote la herencia, haciéndome la vida imposible y ahora me tengo que preocupar por ti, pues no lo único que me interesa de ti es que mi sobrino no nazca muerto porque lo abrases

-Te ha hecho mas fuerte esa al Acacia, ya no te da miedo enfrentarme

-Me ha hecho darme cuenta de que importo, a alguien por lo menos le importo

-Pues no debe ser cierto cuando ni si quiera te manda un mensaje, la fuiste a ver antes de ayer, casi muerta y ni se ha preocupado por ti

-Larissa cállate no tengo ganas de oírte

-Yo no digo nada y lo digo todo

-Pues mejor no digas nada

-Oye, no pagues conmigo que tu novia no te haga caso

-No es mi novia, no me gusta

-Y yo no estoy embarazada- se señalo la barriga

-Pues ojala no lo estuvieras así podría mandarte a la mierda

-Cállate imbécil- levantó la mano y me lanzó contra una pared

Se levantó del sofá y fue caminando hacia mi, se paró a mi lado y se agachó a mi altura

-No eres nada, papa y mama ni siquiera querían tenerte, eres un niño huérfano que no le importa a nadie, porque no vales nada, solo me tienes a mi que por lo menos te quise en su tiempo, un niño estúpido y borracho que va dando pena allá donde va, normal que Acacia se haya ido, se habrá dando cuenta de lo poco que vales como hacemos todos, como hizo Irene que seguramente se suicido porque se quedo sola por tener a un "amigo" como tú y ahora tu querida vampirita que habrá hecho que es tu amiga por pena, no eres nadie y no le importas a nadie- yo estaba ya con lagrimas en los ojos -Y ahora te vas aponer a llorar como cuando murieron papa y mama, eres débil, nadie quiere a alguien débil a su lado- se levantó y se fue in decir nada

Me levanté como pude del suelo y salí de casa corriendo, sin quererlo entré en el bosque del pueblo, sin quererlo acabe en el ojo de Dioses, el precipicio desde donde se ven todos los pueblos de alrededor y los ríos en un valle verde, por lo único que este pueblo de mierda no esta muerto, sin quererlo me acerqué demasiado sin pensarlo hasta que pude ver el rió que cruzaba montañas, podía notar el fuerte viento en la cara, me senté al borde del precipicio

Larissa tenía razón a nadie le importo, German me dice que Cia no ha preguntado por mi, esa sera la verdad que le di pena por que casi me mata y no quiere saber nada de mi realmente, pura lastima como me han tenido todos desde que murieron mis padres, antes porque era el niño inadaptado, mis padre estaban fuera, luego por a muerte de mis padres, pobre huerfanito y ahora porque soy un chico triste y alcohólico

Note de repente un tirón que me echo hacia atrás haciéndome rodar a pies del bosque, había un gran lobo blanco mirándome, yo no pude evitar gritar de la impresión,porque aunque supiese que Kion era un hombre lobo nunca lo había visto, vi como el lobo se alejo un poco de mi y surgió una chica hermosa de raza negra tenía la piel como el chocolate negro mas puro del mundo me miraba con ojos salvajes y...

Estaba desnuda, yo aparté la vista apresuradamente un lobo marrón se puso delante de ella para tapar su cuerpo a mis ojos, la muchacha agarró lo que el lobo portaba en el hocico, era una túnica negra ligera, el lobo marrón despareció y volvió siendo Kion con pantalones, los dos se acercaron a donde estaba tirado, al pie del bosque, donde no me había movido por lo sobrecogedor de la situación

-No deberías acercarte tanto, la caída podría matarte- dijo la mujer acercándose a mi junto a Kion a quien yo, temía y odiaba

-Luka ¿que haces aquí?

-Lo que me de la gana- a la chica se le pusieron los ojos amarillos y me gruñó de forma agresiva

-Annya, vuelve con la manada- la dio un beso en la frente y antes de que se convirtiera agarró la túnica

La gran loba blanca se perdió entre los arboles, Kion no podía dejar de mirar hacia donde se había ido, luego me ofreció la mano que yo acepte algo temeroso, cuando estaba de pie comenzó a andar sin decir nada, íbamos alejándonos más del camino que yo conocía de regreso, bueno que acababa de descubrir, iba a buen ritmo y me fue difícil no perderle, pronto llegamos a un claro lleno de flores que me pareció precioso y sin decir nada se tumbó y se quedó mirando las estrellas, yo me senté a su lado algo distanciado y durante 20 minutos estuve esperando a que dijera nada hasta que me desesperé