Solo un poco más

30. Sentimientos

Todo eran besos, caricias, jadeos, sensaciones extraordinarias, la ropa desgarrada encima delos muebles, la cama rota, toda la casa estaba destrozada, sus caricias resbalaban por mi cuerpo, me retorcía en mi mismo, jamas había sentido algo así, era la primera mujer que ponía las manos sobre mi cuerpo, era suyo, ahora y siempre, el sudor de nuestros cuerpos, el suyo desnudo sobre el mío, haciéndome disfrutar de ella, besando cada centímetro de su piel, descubriendo cada uno de sus puntos de placer y ella abriéndome a un mundo de lujuria y deseo, como su roce hacía que mi cuerpo reaccionara que gimiera, que jadeara, que me retorciera de placer, la humedad de su  lengua en mi entrepierna me hacia retorcer y agarrar las sábanas con mucha fuerza, estaba extasiado, caliente, maravillado por esta mujer que me vuelve loco, la supliqué, la rogué entre gemidos que me hiciera me amor, que quería sentirla que me poseyera y me hiciera sentir pleno, pero ella se  negó diciendo que no me lo daría todo tan rápido, sus ojos eran hipnóticos, lujuriosos y ardientes como si el mismo infierno se escondiera dentro de ella y el paraíso en su entrepierna   

Su melena esta repartida por toda la almohada, se encontraba desnuda entre mis brazos, su olor a frutos rojos y sexo me invadía las fosas nasales, la luz entraba por la ventana, iluminando su espalda tatuada, me apoyé en su espalda agotado y dolorido, pero no era un dolor horrible sino un dolor agradable y deseoso, era la primera vez que me encontraba así con una mujer; la seguía abrazando con fuerza mientras miraba la habitación que estaba totalmente destrozada, Cia se tuvo que contener porque es posible que me hiciera daño, no es lo mismo el sexo entre vampiros: bruto, desesperado, ansioso que con un humano que pudiera ser demasiado fuerte y llegar a romperme un hueso

Tocó mi cuerpo, disfrutó de él y me hizo disfrutar como nunca lo hubiese imaginado, haciendo que estallaran miles de sensaciones en mi cuerpo, solo me dejo tocar algunas partes de su cuerpo, pero se auto complació prometiéndome que otro día me enseñaría a complacerla, como quitarme un caramelo de la boca, haciendo que me frustrara pero calentándome aun más al verla como se masturbaba delante de mi, recordaba cada minuto de la noche anterior, verla celosa, furiosa y lujuriosa, cerraba los ojos y podía visualizar cada centímetro de su piel, cada tatuaje y marca de su cuerpo se grabó en mi cabeza como un mapa

Se giró en la cama quedando con la cara escondida en mi pecho , sus ojos verdes se fueron abriendo camino entre sus preciosas pestañas negras, una sonrisa asomo por su comisura y su mirada fue directa a la mía

-Buenos días- la apreté un poco contra mi pecho y la di un beso en la frente 

-Buenos días ojitos- me abrazó con fuerza

-Se te ve de buen humor esta mañana- la comenté con gracia

-La abstinencia es muy mala- me besó rápidamente

-Yo nunca la he sufrido- giré con ella en la cama para dejarla debajo de mi- Aunque si fuera por ti viviría toda mi vida sin sexo- me sonrió con malicia y volvimos a girar quedando yo debajo de ella, sus piernas se aferraban con fuerza a ambos lados de mi cadera, irguiéndose con la espalda recta sobre mi dejándome ver perfectamente la curvatura de sus pechos 

-Tú nunca has tenido sexo, así que no puedes sufrirla, pero puedes... sufrir de otra manera 

Se agachó a besarme lentamente, yo cerré los ojos acercando mis labios a los suyos esperando el beso con ansia, pero cuando se estaban rozando se separó bruscamente de mi dejándome atontado y deseoso 

-Eso no se hace- la agarré de la espalda girando nuevamente en la cama quedando encima de ella y agarrándola las manos por encima de la cabeza 

Junté nuestros labios con fiereza explorando su boca y embriagándome de ella, de su olor, de su tacto y de su sabor que me enloquece; con la fuerza que caracteriza a su raza, consiguió quitarme de encima suyo  y con un movimiento me tenía contra la pared deborandome , nuestra piel rozándose desnuda, hacía que ardiera que mi cuerpo entero quemará, Cia se puso de rodillas ante mi, arañando mis costados mientras bajaba, haciéndome gemir, notaba cada una de sus uñas clavándose en mi cuerpo haciendo que mi autocontrol se fuera, notó que intentaba moverme y agarró mis muñecas pegándolas a las pared inmvolizandome y quedando desprotegido ante ella

Me besaba la zona de la V mientra bajaba; mordiendo, lamiendo  y besando toda mi zona baja sin llegar a rozar mi miembro que se alzaba duro ante su sensual caricia, sus manos se despegaron de las mías; fueron a mis cadera y la zona baja de la espalda

Sonreía de forma  maliciosa sabía lo que hacía, como lo hacía y lo que provocaba en mi; un calor inaguantable y pasional que me hacía perder los sentidos y la cordura; verla arrodillada ante mi, tenía una perfecta visión de su trasero y sus pechos redondos y jugosos, la agarré la cabeza para atraerla más pero inmediatamente me agarró de nuevo las manos poniéndolas contra la pared, haciéndome jadear, lamió suavemente apenas rozando mi miembro haciéndome soltar un fuerte gemido 

-Cia no seas mala, por todos los dioses-hice fuerza para poder liberar mis manos pero apretó más

-Esto es sufrir cachorrito- me llamaba así debido a mi poco conocimiento, bueno nulo, sobreel sexo

No más que lo que he podido ver en el porno, pero según Cia el sexo no es como te lo enseñan en esas paginas 

Se separó de mi y desapareció de mi vista en un segundo, abrí los ojos de par en par, estaba demasiado caliente sentía que iba a explotar 

-¡Cia!- a llamé saliendo de la habitación -Te voy a matar- estaba en el sofá sentada, bebiendo una bolsa de sangre, con los ojos rojos haciendo que la sensación empeorara y notará como si mi miembro ardiera 

-¿Qué pasa?- me sonrió con ternura y los dientes manchados de sangre, se veían sus colmillos tan desafiantes, tan magníficos...




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