Solo un poco retorcido ❃ Hyunin

♡ :  CAPÍTULO XV

Jeongin estaba caminando a su última clase del día cuando vio a Hwang caminar hacia el lado contrario.

Sus pasos vacilaron por un momento antes de que él desviara la mirada y continuara caminando, determinado a ignóralo.

Excepto que Hwang no se lo permitió.

Él agarró el brazo de Jeongin mientras se estaban pasando uno al otro.

—Una palabra, señor Yang.

Jeongin se humedeció los labios, su corazón acelerado. Miró directamente frente a él.

—No creo que tengamos nada de qué hablar, Profesor.

El agarre de su mano se apretó.

—Una palabra.

Jeongin miró a su alrededor.

—Déjame ir. Estás llamando la atención.

Hwang quitó la mano y espetó: —Sígueme.

—Tengo una clase en unos pocos minutos.

—Te voy a escribir una nota.— Hwang dijo por encima del hombro antes de alejarse.

—Eso es abuso de poder—, Jeongin se quejó, pero lo siguió.

Hwang lo guió hasta un salón de clases al final del pasillo. Estaba vacío.

Jeongin cerró la puerta.

—Mira, esto es…

Hwang lo estrelló contra la pared y aplastó sus labios juntos.

Maldita sea, no esto otra vez. Pero él ya estaba devolviendo el beso y jadeando en la boca de Hwang. El beso fue desordenado y necesitado, Hwang presionando contra él como si estuviera tratando de empotrarlo en la pared.

Jeongin se quejó cuando el beso terminó tan repentinamente como había empezado.

Hwang enterró su cara contra el lado de la garganta de Jeongin, aspirando profundamente, su cuerpo tenso como infierno.

—Quiero follarte.— Hwang chupó con fuerza a un lado de su cuello, sus manos amasando el culo de Jeongin y empujando sus pollas juntas. —Necesito follarte de nuevo.

Jeongin cerró los ojos, tratando de pensar, tratando de recordar cómo respirar porque no parecía como si estuviera recibiendo ningún oxígeno en su cerebro y toda su sangre parecía haber sido drenada hacia su polla y su cabeza estaba felizmente vacía. No podía, ni por su propia vida, recordar por qué era una tan mala idea.

—¿Por qué Jeongin estaría aquí… Oh?

Jeongin se congeló. Hwang se quedó muy quieto, con los labios todavía en el cuello de Jeongin.

Luego ambos volvieron las cabezas.

Seungmin estaba en la entreabierta puerta, con la boca abierta.

—Él no está aquí—, dijo en voz alta, dio un paso atrás y cerró la puerta.

Con su rostro caliente, Jeongin suspiró.

—Yo debería irme.

Pero él no se movió.

Hwang apoyó su frente contra la pared al lado de la cabeza de Jeongin. Sus manos estaban todavía agarrando las caderas de Jeongin, sus pulgares sobre la piel desnuda del bajo estómago de Jeongin.

—Esto es todo tu culpa.— él dijo, su voz lacónica.

Jeongin resopló, hundió la mano en el pelo de Hwang y tiró.

—¿Cómo es esto culpa mía?

—No deberías haber decidido terminar temprano—, dijo Hwang irritado, colocando codiciosos, besos húmedos en el cuello de Jeongin. —Si no hubieras hecho eso, te habría jodido unas cuantas veces más hasta que se tornara lo suficientemente aburrido.

—Encantador—, dijo Jeongin secamente — o más bien, lo intentó, pero su voz salió un poco entrecortada.

Hwang levantó la cabeza de su cuello. Sus pupilas estaban completamente dilatadas mientras su mirada alternaba entre los ojos y la boca de Jeongin.

—Voy a ir a tu casa esta noche y vamos follar.— Eso no fue una pregunta.

Jeongin se humedeció los labios.

—¿Ya te olvidaste de las gemelas?

Respuesta equivocada. Debería haberse negado rotundamente.

Hwang se quedó mirando sus labios, sus pulgares acariciando el vientre desnudo de Jeongin.

—¿No se supone que los niños deben irse a dormir temprano?

—Yo… no puedo dejarlas solas. ¿Qué pasa si se despiertan?

—Seremos silenciosos.

Jeongin no estaba seguro de poder ser silencioso. No cuando él ya tenía que tragarse sus gemidos sólo por tener las manos de Hwang sobre su estómago.

—Pero…

—Voy a ir esta noche—, dijo Hwang firmeza. —Y vamos a follar.

Comenzó a inclinarse para besar a Jeongin otra vez, pero se detuvo, miró hacia otro lado y salió de la habitación.

Jeongin golpeó su cabeza contra el muro y tuvo que esperar un tiempo hasta que su excitación se desvaneció y él pudo pensar  y moverse  de nuevo.

—Es usted muy amable de dignarnos con su presencia, señor Yang.— la profesora Song dijo cuando entró en el salón de clases. —Sólo veinte minutos tarde.

—Lo siento, profesora.— dijo Jeongin, tratando de no retorcerse bajo su aguda mirada. A la Profesora Song nunca le había agradado particularmente, pero en su clase era en realidad uno de los mejores, por lo que por lo general no tenía razón para criticarlo. Hasta ahora.

—¿Tiene usted alguna explicación, Yang?

Jeongin se frotó la parte de atrás de su cuello.

—De hecho, sí. El Profesor Hwang tenía una tarea urgente para mí. Él me dijo que le pidiera disculpas a usted en su nombre. Él es la razón por la que llego tarde.

Las cejas de la mujer se elevaron.

—¿El profesor Hwang?

—Sí.— dijo Jeongin, tratando duro de no reírse. No podía imaginar a Hwang disculpándose por nada, y mucho menos con esta mujer. —Lo siento mucho por mi tardanza, pero si usted tiene un problema con ello, usted debería dirigirlo hacia el profesor Hwang.

Como el infierno que lo haría.

La Profesora Song todavía parecía desconcertada, pero asintió con la cabeza.

—Muy bien. Siéntese, Yang.

Jeongin se dirigió a su asiento habitual junto a Seungmin.

—Una tarea urgente, ¿eh?— Seungmin murmuró tan pronto como Jeongin tomó su asiento. —¿Cómo chuparle la polla?

Jeongin sintió que se sonrojaba.

—Vamos…

—Mira.— dijo Seungmin silenciosamente, con sus ojos marrones mirándolo intensamente. —No estoy juzgando. Pero tú no deberías haber mentido. Se terminó, mi culo.



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En el texto hay: hyunjin, straykids, jeongin

Editado: 01.06.2023

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