Solo una oportunidad

02

“LA TRAGEDIA”

Era una tarde de marzo, un día bastante soleado, era aparentemente un buen día. Tenía solo 7 años en ese tiempo, solo era una niña ingenua que soñaba con algún día, salir a jugar en la calle, mis padres son muy sobreprotectores y casi nunca salía a parques o a la calle. Aproximadamente a las 02:30 pm del 6 de marzo.

Como casi todos los días, mi prima Karina vendría a jugar conmigo. Karina es mi prima por parte de mi mamá, Éramos muy unidas, éramos hermanas. Tan solo ella me llevaba un año y era mi compañera de juegos, de aventuras y de miles de travesuras.

Yo la esperaba con mi muñeca favorita "Lupe", así le puse, por una novela que veía mi mamá. Tenía esa muñeca desde que tengo uso de razón y la quería mucho. Había preparado galletas junto a mi abuela. Me encantaba preparar galletas, era algo que disfrutaba mucho. Mi abuela compartía muchos secretos culinarios conmigo, decía que tenía un don con la comida.

Cuando tocaron el timbre, sabía que Karina ya había llegado, lo sentía, teníamos una gran conexión. Así que corrí a abrir la puerta.

—no abras la puerta— grito mamá desde la sala, pero ya era tarde, ya había abierto la puerta y efectivamente era ella.

Mi tía vino a dejarla y Junto a ella está "Kimi" su osa de peluche, ella le puso así por una película que vio en el cine y siempre la llevaba a todos lados.

—te dejo hija, voy a trabajar, no hagas travesuras y no salgas a la calle, después vendremos con papá—. Le dijo mi tía.

—si mamá, ya se— sonrió Karina y se despidió de su mamá.

—con cuidado, adiós Elisa— me dijo mi tía

—adiós tía— le respondí

Jugamos por mucho tiempo, comimos galletas, reímos cuando la abuela hacia muecas graciosas, tanto así que de tanto reírnos nos dolía la barriga.

Vi a mis padres conversando con la abuela, estaban distraídos y me quedé mirando a la calle, la esperanza de salir era grande, hasta que se me ocurrió la mejor idea que una niña de 7 años se puede imaginar.

"Jugar en la calle"

Era algo que nunca había hecho, así que sentía mucha emoción, sentía la adrenalina a mil por hora.

—Karina, Karina juguemos en la calle— le dije en voz baja

—no Elisa, no podemos, a mi mamá no le gusta y a tus papas tampoco— respondió.

—vamos no será por mucho tiempo, solo un rato— insistí.

—no Elisa, sabes que eso está mal, a mi mamá no le gusta que salga— me seguía diciendo.

—por favor casi nunca salgo, por favor Karina solo un rato, ándale si por favor— le decía

—está bien, solo un rato— me dijo Karina.

—¡si! — le respondí feliz y empecé a dar saltos, Karina me sonrió y con mucho cuidado fuimos a la puerta.

Cuando salimos Karina y yo a la calle. Corríamos por todos lados, era tal y como siempre lo imagines, nos sentíamos como mariposas en el prado, nos sentíamos libres, todo era magnífico. Jugamos a las escondidas.

En una de esas, ella me dijo que yo contara, ya que ella se escondería.

Muy mala decisión. La peor decisión.

La busqué y la busqué, pero no la encontré. El miedo se hizo presente y las lágrimas corrían por mi rostro.

Inmediatamente corrí hacia mi casa para buscar ayuda. Sentía muchísimo miedo.

Mi madre y abuela salieron disparadas la buscamos y buscamos, pero no la encontramos.

Papa se quedó conmigo tratando de calmarme, el miedo se apodero de mí y de lo tanto que estaba asustada corrí hacia la otra calle. Sentía miedo, mucho.

—Elisa vuelve aquí— grito mi padre

y la vi y todo se detuvo, deje de correr y solo me quede mirando

Papá la vio tirada en el pavimento, toda pálida, no tenía expresión alguna. Trato de ayudarla pro no pudo hacer nada.

Recuerdo perfectamente que grite con todas mis fuerzas para que mi madre y abuela me escucharan, y efectivamente lo hicieron.

La abuela lloraba y mamá estaba asustada, los vecinos miraban desconcertados la escena.

—¿Qué hice? — esa pregunta rondaba en mi cabeza.

Cuando llegaron a mi lado y vieron a mi prima inconsciente, intentaron ayudarla, pero no pudieron y llamaron a una ambulancia. Está no demoró en llegar. Mi madre fue junto a mi abuela en la ambulancia y yo me quede junto a mi padre y él dijo que nos alcanzaría en el hospital y se encargaría de llamar a mis tíos.

—papi ¿Karina se pondrá bien? — pregunté

—No lo sé Elisa, ¿Por qué salieron a la calle? Sabían perfectamente que no podían salir a jugar a fuera — me preguntó

—No lo sé papi, solo queríamos jugar— papá solo negó y tomamos un taxi

Al llegar al hospital yo quería estar con ella, no podía dejar a mi prima, pensé que podría sentir miedo, era mi prima, mi hermosa prima y de una manera me sentía culpable, por lo que le pasaba. Aunque en ese tiempo no sabía lo que pasaba realmente, porque me lo ocultaron por qué solo era una "niña.

—mami ¿y Karina? ¿ella estará bien? — pregunte llegando a su lado, pero no respondía. —¿mami? — volví a llamarla

—no lo sé Elisa, ¿por qué salieron sin permiso? — me dijo.

—solo queríamos jugar— volví a responder con temor

—sabían que no deben salir y sin embargo lo hicieron, Elisa ¿Por qué desobedeciste una orden? — me regaño y empezó a alzar la voz.

—ya déjala tranquila— le hablo papá. —son solo niñas, no saben que es lo bueno y lo malo, solo esperemos que este bien Karina por favor— pidió papá.

Mamá se levantó enojada.

—ven aquí— susurro mi padre. Me senté en sus piernas y poco a poco me estaba ganando el sueño

—ni se te ocurra dormirte— hablo mi abuela

—señora por favor, es solo una niña, está cansada— hablo mi papá

—una niña que lastima a su prima, si a mi nieta le pasa algo no te lo voy a perdonar— esta vez lo dijo para mi

Empecé a llorar sentía miedo, papá trato de consolarme y mamá no hacía nada, solo se quedó mirando a un punto fijo




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.