Solo una oportunidad

14

“¿NUEVO AMIGO?”

Es sábado por la tarde y estoy caminando rumbó al colegio.

Si, al colegio, ya que a al director se le ocurrió organizar una reunión un sábado por la tarde debido al aniversario. Mamá casi no me dejo venir y yo ya estaba feliz por ello, pero al final me dijo:

—anda, no quiero tener problemas con el director— bufo y se fue a trabajar.

—viejo cacatúa— hable en voz baja.

A quien se le ocurre citar a sus alumnos un sábado por la tarde, a nadie, pero al director se le nota que quiere marcar la diferencia.

No tenía muchos ánimos, es sábado, el sábado descanso un poco.

Cuando ya estaba por entrar me topé con un chico, parecía ser de mí misma edad.

—¡ay! — me queje.

—lo siento, discúlpame— me sonrió, es guapo, pero no tanto como Matías.

—descuida— respondí.

—hola, disculpa ¿tienes hora? — me preguntó con una sonrisa de nuevo.

—son— miré mi reloj —las 3:00 pm— respondí con una sonrisa, bueno con un intento de sonrisa, no estaba de humor y el hecho de verlo sonreír tanto, me asustaba. No entendía porque sonreía tanto.

—gracias— respondió sonriente y se marchó.

a este chico sí que le gusta sonreír

La jornada pasó, nos hizo socializar con todos, hasta hizo dinámicas y resulta que el chico que me preguntó la hora, está en el colegio y cursa el mismo año, pero tenía cursos diferentes, es por eso que nunca lo veía, ni en los recesos, ni en los talleres.

Llegue a casa y revise mis redes sociales, no estoy tan pendiente de ello, pero bueno, me fije y tenía un mensaje de Darwin, aun mantengo comunicación con él, aunque es un tanto dramático, extrovertido como quieran llamarlo dice sufrir por amor y solo conoce a la dichosa chica por un mes, además ve los errores de los demás y los de él, ni los ve, es un tonto a mi parecer.

/// CONVERSACIÓN///

-hola

-hola

- ¿qué tal?

-bien y tú

-pues un poco triste.

— aquí vamos con lo mismo — pensé

- ¿qué pasó?

-lo mismo de siempre

-es por la chica verdad.

-sí, es por la chica y pues ella tiene a su enamorado, pero no sé porque me incómodo tanto, estuve triste y emocionado por ella como 2 meses, pero no pasó nada.

-Al menos no estuviste jodida todo un año por alguien que nunca te mirara de la misma forma como tú lo miras-

 respondí recordando loa sueños con Dan, así le decía yo en esos sueños.

- ¿qué quieres decir?

-olvídalo.

///FIN DE LA CONVERSACIÓN///

No debo decirle nada a un completo extraño y no confió de todo en él.

***Días después***

—¡yo quiero ser un pavo gallina de verdad o plastilina!

—¡¿QUIERES GUARDAR SILENCIO?!— le grite a mi amiga Ana, pocas veces converso con ella, pero si es grato conversar con ella.

Ella me miro y...

—¡YO QUIERO SER UN PAVO GALLINA DE VERDAD O PLASTILINA! — cantamos las dos a la vez y nos empezamos a reír como desquiciadas.

—tú sí que estás loca Elisa— me dijo Ana — ojalá hubieran venido Christina y Erica

Ana y Christina son unas de las pocas amigas que hice en los talleres, son como gemelas, todo hacen juntas.

—si ojalá hubieran venido— dije abrazándola — oye tengo que contarte algo, pero no le digas a nadie.

— cuéntamelo todo y exagera nena— respondió.

—conocí a un chico se llama Steven tiene 17 años y siempre lleva una sonrisa es su rostro y eso me asusta. ¿Quién se ríe a cada rato?

-uhhh, entiendo... ¿te gusta? — soltó de repente y me quedo mirando pícaramente.

—tú estás loca ¿verdad?, no claro que no, no quiero saber nada del amor ni de las ilusiones ni nada, eso solo existe en los libros y él es solo un buen amigo — respondí indiferente. —además que quiero saber por qué sonríe tanto.

—entiendo, pero si es raro que sonría a cada rato — dijo confundida.

¿gustarme él?

No, nada que ver. A mí no me gusta nadie, solo los personajes literarios.

—¿y Matías?, ¿él no te gusta? — replico mi conciencia.

—no— respondí en voz alta.

—¿qué dices? — me pregunto confundida.

—no nada, ya me voy cuídate.

—adiós— me respondió.

Decidí ir caminando y cuando estaba en casa, Salí a mi balcón y decidí mirar al cielo

—Karina, ¿dónde estás? — me dije a mi misma, con la esperanza de que me respondiera.

—no tienes derecho a nombrarla— dijo mi madre y estaba por marcharse.

—tengo derecho— replique.

—perdiste tu derecho cuando la convenciste de jugar en la calle y sobre todo porque ella murió y tu estas vivan— dicho esto se marcho

—no tengo derecho— susurré.

Recordé el poema de la maestra y busqué entre mis apuntes hasta que los encontré y leí la frase que resalte

«No te rindas, aún estás a tiempo de abrazar la vida y comenzar de nuevo, aceptar tu sombra, liberar el peso y retomar el vuelo. No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir los sueños, abrir las esclusas, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo. Aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se acalle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y porque yo te aprecio, porque existe el vino y el amor es cierto, porque no hay herida que no cure el tiempo.

No te rindas, por favor, no cedas.

Mario Benedetti

Oh señor Mario Benedetti, si tan solo fuera tan fácil, si tan solo sintiera que en realidad puedo hacer todo lo que me proponga

Lloré y lloré hasta más no poder.

—llévame contigo— le dije al cielo esperando una respuesta y como siempre no las obtuve.

Cerré los ojos y pensé que tal vez mi felicidad este en otro lugar, en uno muy pero muy lejos de aquí, lejos de todo y de todos, no me imagino como será empezar una nueva vida. Qué hacer cuando todo pasa que hacer cuando la vida pasa sin más, Sin saber que hacer no logro entender que, aunque aquí todo está aparentemente muy bien mi mente no deja de correr y sé que solo necesita calma. Un momento de paz es lo único que necesito.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.