Solo una oportunidad

25

“EL DESPERTAR”

Me sentía cansada y me dolía todo, más aún así decidí levantarme y lo hice más por un horrible sonido, parecido a un pitido. Era detestable.

Lo primero que veo es una habitación con todo blanco y la dichosa máquina de la cual provenía ese sonido.

Cuando ajusté mi vista por todo lo blanco de la habitación, vi a mi madre en la esquina sentada leyendo una revista totalmente despreocupada.

—madre— llame su atención

—ya era hora— dijo mi madre.

—¿qué me paso? — pregunté aún no sabía cómo había llegado al hospital. Justo cuando me iba a responder alguien nos interrumpió.

—muy bien— entro un señor que supuse que sería un doctor por su vestimenta y reviso en una tablilla— señorita Smith ¿cómo se siente? — empezó a anotar cosas en esa tablilla.

—mareada y me duele mi cabeza, ¿qué hago aquí? — nadie me respondía aún el por qué estaba aquí y mi cabeza me estaba doliendo.

—se desmayó por una sobrecarga de estrés, le haré unos estudios más para ver qué todo esté en orden, pero como yo veo que ya se siente un poco mejor, en unos días se le dará el alta, pero necesitará mucho reposo, siempre y cuando sus exámenes salgan en orden—.

"Con qué eso me pasó, seguro esos ejercicios me consumieron mucho".

—muchas gracias— dijo mi madre. El doctor salió y un inmenso e incómodo silencio se hizo presente, una enfermera entró y me realizó unos exámenes y desconecto la máquina odiosa que no hacía otra cosa que hacer bip, bip.

—tengo sueño, quisiera descansar, podrías ir a casa, estaré bien— dije rompiendo el silencio, y mi madre me miró.

—¿descansar? No, ya dormiste demasiado— se le notaba molesta.

—pero si recién paso un día— dije sin importancia, la cabeza dejó de dolerme y solo quería dormir.

—¿un día?, pasaron dos semanas. Estoy empezando a creer que estas fingiendo, el doctor inclusive pensó que estabas en coma, pero ya te reviso y ya en unos días vuelves a casa y te pones a hacer tus tareas domésticas y ya luego regresas al colegio.

—pero el doctor dije que hiciera reposo, además de que ya salí de clases por si no lo sabías y que de que tengo una sobrecarga de estrés — me estaba molestando su actitud.

—no habrá reposo, ya te lo dije— dicho esto estaba por salir de la habitación, pero hablé.

—Pero... Tú no me entiendes, nunca lo haces y ya me cansé— respondí

—Pero nada, él puede decir muchas cosas, pero yo soy tu madre y tú nunca vas a descansar, eso tenlo por seguro— salió de la habitación dando un portazo

» Esta loca «

Cerré mis ojos y recordé el sueño con Karina, después de tantísimo tiempo supe algo de ella. Fue realmente maravilloso verla, su abrazo, la necesitaba mucho.

En eso tocan la puerta e inmediatamente se abre.

—¿se puede? — dijo Steven entrenado con un peluche de oso.

—¡Steven!, ya estas adentro— respondí riendo.

—¿cómo te sientes? ¿mejor? — se notaba preocupado.

—solo me duele mi cabeza, después estoy bien—

—hable con el tutor, ya no harás esos odiosos ejercicios— dijo rodando los ojos

—muchas gracias, pero ya terminé ese periodo, además ya son vacaciones de medio año, gracias por tu preocupación— respondí sonriente— y dime ¿qué hiciste estos días?

—pelear con tu madre— respondió indiferente y luego se puso a reír.

—¿con mi madre? ¿por qué? — lo mire

—no me dejaba verte, ni a mí ni a tus amigas—. Me sorprendió su respuesta, a tanto llega el cinismo de mi madre.

—esta vieja loca, debe ser por la edad, ya no le hagas caso, ya estás aquí— respondí sonriente y con un tono burlón.

—por cierto, vino un chico alto y guapo preguntando por ti— me miró y sonrió de manera coqueta

—¿Alto? — no sabía quién podría ser.

"—¡Es Matías ¡—" mi conciencia hablo y yo negué. Él no podría saber que yo estaba en el hospital y sobre todo para que me vería si ya tenía a su Barbie junto a él

—si alto y guapo— me volvió a decir él

—¿Quién habrá sido? No tengo ni idea, tal vez se confundió — no sabía quién podría ser y dudo que sea Matías

Y así se nos pasó volando las dos horas de visita. Steven me conto que conoció a una chica muy hermosa, solo le sonreí me sentía feliz por él, él se merece lo mejor y que pronto me la presentaría.

Una enfermera vino a hacerme el último chequeo y converso un rato conmigo.

—¿Como una adolescente tiene un cuadro de estrés severo? — se notaba su curiosidad por saber.

—tuve ciertos problemas con los estudios y tuve que realizar ejercicios de matemáticas y eso no se me da— le sonreí.

—¿a quién le gusta las matemáticas? Hasta a mí me costó ese curso, Espérame un momento iré por tu cena— solo asentí y luego de media hora regreso con una sopa.

Tenían razón, la comida del hospital es horrible, no tiene sabor, lo único que me gustó fue la gelatina y la enfermera fue muy amable conmigo me trajo como 3 depósitos más de gelatina.

Con el pasar de los días el doctor me dio de alta y ya en casa me esperaban Steven y Erica, mi hermano ni sus luces, dónde estaría, los chicos me acompañaron un rato y me ayudaron a distraerme, pero ya tenían que irse, mejor dicho, Erica tenía que irse, pero Steven decidió acompañarla, eso fue un bonito gesto, pero Steven prometió visitarme y traerme comida, en especial chocolates, yo adoro el chocolate. En cuanto a Erica, ella se iría de viaje por vacaciones, su padre ya se había recuperado y necesitaban un buen momento familiar.

Salí al balcón un momento y me fijé si Matías estaría con la vecina, no sabía nada de él. No sabía si seguían juntos o no.

"¿y si lo llamas?"— me dijo mi conciencia.

No, no podría llamarlo, me daba vergüenza y ¿si por mi culpa termino con la Barbie? Suspire resignada.

Ahora estaba por darme una relajante ducha y puede intentar dormir para ver si sueño con Karina, aunque después de ese sueño ya no me siento tan sola, porque sé que siempre estará conmigo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.