Solo una oportunidad

26

“OTRA VEZ NO, OTRA VEZ LO MISMO”

Al día siguiente después de que llegué a casa me fui a dar una ducha, aun me dolía todo el cuerpo, y aun no creía que ya había estado dormida por 2 semanas, pero aun así con todo y dolor me puse a hacer mis tareas domésticas. Lo bueno es que ya eran vacaciones, adiós colegio por un mes. Y ya solo me quedaban 2 semanas. Maldito estrés, me jugo una mala pasada.

Como de costumbre preparé el almuerzo, pero como estaba cansada hice más y ya para la cena calenté lo del almuerzo, mis ánimos estaban bajo el subsuelo

Ya muy de noche, salí al patio, necesitaba respirar aire fresco, y no hacia tanto frio, tomé una colcha, bueno dos y las coloqué en el suelo, me acosté y pude ver como la luna brillaba junto con las estrellas. Si bien no había muchas estrellas, estas le daban un toque muy hermoso. La naturaleza es hermosa. Uno de mis sueños es tener una casa de campo.

Cerré los ojos y dejé que mi mente se concentrara solo en lo hermosa que es. Sin pensar en nada más, solo en ella

Una vez me pregunte ¿por qué los lobos aúllan en luna llena? Y descubrí una posible respuesta, una vez leí en un libro que tal vez el lobo está enamorado de la luna y que llora cada mes por un amor que nunca podrá tener, suspiré.

El amor es un arma de doble filo, o te salva o te destruye.

Y así me pase la mayor parte de la noche pensando en lobos y lunas. Regresé a mi habitación por que empezó a lloviznar y me dormí.

///dos semanas después///

Los rayos del sol daban directamente a mi rostro, sin embargo, no quería despertarme.

—Elisa despierta— dijo mi madre.

—Uhmm— dije media adormitada.

—levanta ya, no me hagas enojar— dijo saliendo de mi habitación.

De mala gana me levante, me duche, las dos semanas restantes se pasaron en un dos por tres. Fui a la cocina y prepare panqueques y los aliste, ya era un poco tarde y llegaría con las justas al colegio

—¡Elisa! — grito Steven al ubicarme donde estaba. Siempre el primer día de clases daba una especie de charla y eso aburría.

—¡hey! — dije saludándolo —¿paso algo en estas vacaciones? ¿algo interesante?

—no nada interesante, ya te extrañaba, pero sabía que en el colegio te vería más seguido— me dijo con una sonrisa.

—solo fueron dos semanas— dije sin importancia y luego recordé a mi madre.

—igual, eres mi mejor amiga y tu madre no copero para que te vaya a visitar—. Y es verdad cuando Steven quería venir a verme mi madre se negaba y le prohibido la entrada.

—hola chicos— dijo Erica

—hola— respondimos al unísono.

—amiga mía, pero que preciosa te ves, ese bronceado te queda de maravilla— le dije riendo, al parecer las vacaciones le acentuaron bien, su cuerpo se desarrolló por completo y estaba más que hermosa, ella solo sonrió. Algo le pasaba.

—traje panqueques— los 3 comimos en silencio para que los profesores no nos llamaran la atención o algo por el estilo y sonó la campana dando así el inicio de las clases.

—vamos a clases ya Elisa—dijo mientras se ponía de pies, me pareció raro que ella se mostrara indiferente con Steven, pero no le daré tanta importancia, ya luego hablaría con ellos, algo tenían estos dos y lo averiguaría.

Y así se pasó toda la mañana, con los profesores anunciándonos que como estábamos cerca de graduarnos las cosas serán más estrictas.

Cuando llegue a casa, como siempre estaba en silencio. Prepare el almuerzo cena, macarrones con carne molida.

Me pase la mayor parte de la tarde haciendo tareas, para ser el primer día de clases si nos dejaron muchos trabajos y por el cansancio me dormí.

—¡Elisa!, ¿cómo es posible que no hagas la limpieza?! ¿de nuevo estas de haragana? Cuando cambiaras, cuando será el día que hagas algo bien —dijo mi madre haciendo que me levantar de un susto.

—me quede dormida, lo siento— aún seguía con sueño y no sabía que decirle exactamente.

—me quede dormida, me quede dormida, no tienes otra cosa que decir, saliste del hospital solo a joder, ahora que ya tienes clases de nuevo te quedas dormida, me tienes harta muchacha, ojalá te hubieras muerto y así ya no me estarías jodiendo— dicho esto salió de la habitación, dejando me más rota de lo que estaba.

—No otra vez, no de nuevo— mi conciencia sabía lo que pasaría.

No entiendo el por qué me trata así y creo que nunca lo entendería y sin esperar más sentí como las lágrimas inundaban mis ojos, sabía que en cualquier momento saldrían y solo así me di cuenta de que vivo entre lágrimas y no hay nada que pueda hacer.

Salí a mi balcón y deje que el aire me golpeara el rostro, necesitaba despejar mi mente y sólo así logre calmarme.

Fije mi mirada en la calle y vi a la Barbie y Matías discutiendo aparentemente muy fuerte, no sabía el motivo y por alguna extraña razón, yo quería saber por qué discutían y creo que era muy obvia ya que ella se dio cuenta que los miraba y con una sonrisa torcida y arrogante, lo beso de manera apasionada, como si marcara su territorio, y  él le correspondió el beso con la misma intensidad, pero a los pocos segundos se separaron, como si él ya no quisiera besarla. Pero a los segundos se volvieron a besar. Ese beso de alguna manera me dolió.

Matías, Matías. Algo está pasando, algo me estaba pasando. Me gustas y mucho, pero ¿por qué te acercaste a mí? porque luego sonreíste y ni siquiera sabias los sueños que me hiciste ver con esa sonrisa, ahora mi corazón ni está despierto ni duerme que puedo hacer ahora, que hare ahora.

No lo sabía.

No tenía sueño, con todo lo que paso, el sueño se esfumo y si pensarlo ya siendo de madrugada, el cielo se despertó ya que vi como el cielo tenía tonalidades azules, anaranjadas y moradas, un hermoso espectáculo que jamás olvidaré.




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