"EL PASADO SIEMPRE VUELVE"
El tiempo paso y a su paso llegó el día de la dichosa fiesta en todo el tiempo que paso, decidí no pensar en este día me dediqué a estudiar e informarme mucho, decidí la carrera de negocios empresariales. Me gustó mucho y eso estudiare.
Erica vino a ayudarme, pero por alguna extraña razón sabía que está fiesta no acabaría bien.
—ven siéntate aquí, te ayudare con el maquillaje.
—ya no quiero ir Erica, no me siento bien— y era verdad, estaba nerviosa.
—deja esa cara de amargada y sonríe, hoy estas hermosa y debes captar la atención d todos— dijo Erica.
—no puedo, algo no me cuadra, ya no quiero ir.
—estas exagerando como siempre, te ves bien, estas hermosas y ya vamos es algo tarde y yo como madre luchona te pasaré a dejar.
A Erica le dieron un auto por sus excelentes calificativos.
—bien dulce madre, vamos.
Le indique la dirección y verifique en mi bolso que hubiera dinero, mi celular y algo de maquillaje por si se estropeaba como dijo Erica, aunque no sabía utilizarlo, pero igual.
Cuando estábamos por llegar divisé una enorme casa que parecía una mansión completamente decorada elegantemente.
Sí que tenía buen gusto su madre.
Mis nervios aumentaron.
— Erica yo no encajo aquí— dije muerta de los nervios. Suspire pesadamente.
—claro que sí y no le des tantas vueltas y llama a Matías, demuéstrales a todos que eres Elisa la más sensual y la nueva Barbie.
—no empieces con lo de la Barbie, ya engordare y ya lo voy a llamar.
Llamada telefónica
-hola
-hola Matías ya llegué, ¿vienes por mí?
-oh claro si dame un minuto voy para allá
-bien
Fin de la llamada
—wao más cortante no puedes ser.
—ay calla, sabes porque lo hago.
—si lo sé, el sabrá lo que se perdió y cualquier cosa me llamas, no dudes en hacerlo, vendré por ti lo más rápido posible.
—perfecto gracias muchas gracias.
Al divisar a Matías baje del auto, se veía extremadamente guapo con ese traje él se detuvo en seco me observó y continuó.
Mi vestido era elegante, tal y como él lo pidió.
—esta bellísima— dijo apenas llego a mi lado
—gracias— dije algo sonrojada.
—¿me permites? — dijo mientras me daba su brazo para que lo tomara.
—por supuesto.
Entramos y mis nervios aumentaron, todo es hermoso, la decoración, es bellísimo.
—vamos te quiero presentar a alguien.
Caminamos entre muchas personas, les sonreía a algunos a manera de saludo, hasta que llegamos a una señora de no más de 45 años. Supuse que sería su madre.
—madre, te quiero presentar a Elisa.
Su mamá volteo y me observó de pies a cabeza hizo una mirada de superioridad y hablo
—hola, gusto en conocerte, lindo vestido.
—gracias, su vestido es precioso y el lugar también— dije respondiendo.
—bien, y dime Elisa, ¿De qué familia provienen? — dijo toda una señora arrogante.
—bueno tengo dos linajes, mi familia paterna proviene de México y la materna de España.
—ahora entiendo— dijo rodando los ojos.
—¿disculpe?
—me tengo que ir hijo, ya te encargas de ella, pensé que me presentarías a alguien mejor.
—madre por favor, te pido que te comportes — dicho esto su madre se marchó.
—te dije que mi madre es especial— dijo mirándome.
—ni que lo digas—. Suspire
—¿quieres algo de beber?
— si por favor, agua nada más.
—ya regreso— lo vi que se marchó e incómoda por cómo estaba me ubiqué cerca de un arreglo florar que era parte de las decoraciones.
Observe mi celular y ya habían pasado como 15 minutos y Matías ni sus luces.
Me sentía como una hormiga dentro de una jaula de elefantes.
Decidí ir a buscarlo y lo encontré. Y de qué manera lo encontré
Sabía que no debía venir, él estaba besando a la chica de la librería.
Ella estaba con un vestido que dejaba poco a la imaginación, pero si era elegante.
Di la vuelta y choque con alguien que me hizo emitir un sonido de dolor que llamo la atención de la parejita aquí presente.
—Elisa— intento llamarme
—no, no hay problema yo me voy, ya no tengo nada que hacer aquí.
El no dijo nada y la chica jirafa solo me miraba con superioridad.
Le mandé un mensaje a Erica y dijo que no tardaría.
Cuando ya estaba por llegar a la salida algo llamo mi atención.
Pero me tomaron del brazo bruscamente.
—¿Qué miércoles haces tú aquí? Infeliz.
—¿Tía? — oh no, eso significaba problemas.
— te pregunté ¿Qué haces aquí? — dijo elevando la voz.
—solo vine un rato ya me voy, no armes un escándalo por favor— lo último lo dije en voz baja
— te dije que no te quería volver a ver nunca más y mírate estás aquí, como siempre malogrando todo.
— tía me invitaron...— trate de explicarle, pero no me hizo caso y sus gritos llamaron la atención de todos.
—ya me enteré que falleció mi hermana, seguro tú la mataste y eso mato a mi madre.
—¿mi abuela está muerta?
—la noticia la destruyo, con el paso de los días murió y juro que tú la mataste— grito
—¿Qué está pasando? — Dijo la mamá de Matías.
—metiste a tu fiesta a una asesina.
—¿De qué estás hablando? — dijo sorprendida.
Matías decidió interferir
—Elisa no es ninguna asesina que te hace querer decirle eso— dijo abrazándome, mis lágrimas caían, mi abuela falleció y yo no lo sabía.
—tengo todo el derecho del mundo de llamarla como se me dé la gana, esta de aquí, mató a mí hija.
—¡no! — Grité, no quería que se repita la historia.
Erica al llegar y escuchar los gritos entro, me abrazó dándome su apoyo.
—vámonos— me tomo de la mano, pero Matías se interpuso, lo mire extraña.
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Editado: 16.01.2021