Solo una oportunidad

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"TRISTE FINAL”

Estuve en el auto de Matías con unas ganas tremendas de llorar, él no decía nada y lo preferís así, sé que si me decía algo yo sería toda una Magdalena. Ni bien divisé al hospital sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo y cuando estacionó su auto bajé sin esperarlo.

Ingresé a la sala de emergencias del hospital, mis nervios que hasta hace unos segundos estaban encerrados bajo 7 llaves, por fin salieron a flote, tenía miedo, tengo miedo.

—señorita me puede decir ¿dónde está Steven Saldarriaga?— le grité a una de las enfermeras que se encontraba detrás del mostrador.

—señorita por favor, tiene que calmarse, no le puedo dar por ahora ninguna información, aún sigue en sala de operaciones así que por favor espere en sala de espera de emergencias, o de lo contrario llamaré a seguridad— dicho esto se fijó en Matías y le coqueteo y salió del mostrador y se fue moviendo sus caderas, de la rabia que sentí la tomé del brazo.

—no, no, no, yo no puedo esperar así que dígame si está bien— le apreté un poco el brazo.

—suélteme ahora mismo— su mirada era de furia, y la verdad me importaba un mendigo rábano.

—Elisa muñeca, ven Elisa debemos esperar— Matías tuvo que interferir y para calmarme me abrazó.

No podía creerlo, encontraron a Steven en un descampado casi muerto. Sentí desfallecer cuando me dijeron eso

—él, él tiene que estar bien— lloraba en sus brazos.

—él se pondrá bien, él es valiente y luchará— me dio un beso en la frente y nos sentamos en unas sillas.

Pasaron varias horas y salió un doctor.

—familiares del joven Steven Saldarriaga— ni bien dijo eso me levanté rápidamente.

—yo soy su mejor amiga dígame ¿cómo está por favor?

Simplemente me miró y negó.

—lo siento, pero el joven no sobrevivió, sufrió muchos golpes y eso le causó que sus costillas se rompieran y eso perforó uno de sus pulmones y sufrió un infarto, lo lamento— dicho se fue.

—¡no!— grité.

Steven había fallecido.

Matías me abrazaba.

Mi mejor amigo me dejaba.

Mi pecho dolía.

Mis ojos quemaban por aguantar las lágrimas.

Él me dejaba.

Mire a Matías.

—¿Cómo le voy a decir a sus padres?— le pregunté con miedo. —¿cómo les diré que su hijo falleció?— susurré.

—Shh tranquila, yo te voy a ayudar, pero tienes que estar tranquila cariño solo te pondrás peor—. Me abrazaba

—Matías, ¿Por qué me pasa todo esto?

—no lo sé— susurraba.

Luego de ello sentí como las lágrimas bañaban mi rostro.

Decirles a sus padres fue muy doloroso, sus padres tomaron el primer vuelo y cuando fui a recogerlos al aeropuerto fue la escena más desgarradora que vi, su madre lloró, maldijo y se desmayó.

–es mi culpa lo que le paso– le hablo al papá de Steven

–de ninguna manera Elisa, tu eres la mejor amiga de mi hijo y el te amaba como a una hermana, no digas eso– me abrazo, por primera vez no me culpaban.

 fue peor decirle a Erica, ella llevaba una relación amorosa con Steven, mejor dicho, estaban intentándolo de nuevo, es por eso que anteriormente estaban comportándose raros.

El día se su entierro me sentí desfallecer no podía creerlo lo que pasaba solo quería estar con él.

Una vez más la vida me quitaba lo más preciado.

—Elisa, si no es molestias, quisieras que hablaras en su funeral— solo asentí

Me tocó decir unas palabras frente a su ataúd a pedido de su padre.

Con mucho dolor me pase al costado del ataúd.

Steven

Steven es y será siempre mi mejor amigo

Todo aquel que lo conocía sabía cuan infinito era su bondad

Una vez alguien me dijo uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

Hoy me niego ante ese refrán uno piensa que las personas que más amamos siempre estarán con nosotros.

Steven nos dejó un gran vacío que nadie podrá llenar.

Gracias por ser mi amigo mi hermano.

Siempre estarás en mi corazón.

Miré una vez más su ataúd y sentí la mano de Erica tomando la mía dándome fuerzas.

Era el momento de decirle adiós, pero nunca lo sacaría de mi corazón, con él se llevaba una parte de mi vida.

—nena es hora de irnos, hace un poco de frío y te pondrás mal— susurro Matías.

—solo unos minutos, por favor— susurré.

—solo unos minutos— afirmó

Lo que fueron minutos se tornaron horas, ya las personas se habían ido, Erica se fue acompañando a los padres de Steven.

Las gotas de lluvia empezaban a caer y era momentos de ir a casa.

—vamos nena, empezará a llover— Matías me decía mientras me ayudaba a ponerme de pie.

—de acuerdo.

Al llegar a su casa un abogado nos esperaba.

—señorita Elisa esto es para usted, el joven Steven me pidió mejor dicho me ordeno que debía entregarle esto personalmente por si algo le pasaba, ahora con su permiso debo retirarme— Luego de darme un sobre se marcho

Tomé el sobre y lo abrí con cuidado.

Elisa sé que si llegas a leer esto es probable que yo ya no esté contigo.

Sé que todo lo que nos está pasando es por mi culpa, yo decidí indagar en tu pasado, sé que no debía pero lo hice, sé que siempre te culpaste de la muerte de Karina, pero no es así mi niña, no lo es, contrate unos investigadores y descubrí la cruda verdad, cuando Karina fue a la otra calle un tipo intento abusar de ella pero Karina corrió y fue ahí cuando la atropellaron, nunca fue tu culpa, tu tía siempre busco a quien culpar y lastimosamente tú fuiste la que pago por ello, tú eres inocente cariño, tu nunca le hiciste daño, no te sigas culpando sigue con tu vida sonríe ante la vida, enamórate, ríe, ten una familia, sé que no estaré contigo ahora pero siempre te voy a querer mi niña linda.

Con cariño y amor Steven.

Solté el sobre y miré a Matías su mirada me decía que él ya sabía lo que le pasó a Karina.




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