Hoy me he dado cuenta que un mes es demasiado tiempo.
Estoy acostada en mi cama después de terminar mis tareas del día y pensando qué hacer con mi vida ahora que he perdido el rumbo.
Pasaron tantas cosas que, de alguna manera, debía suceder.
Si quieres puedo darte un resumen de lo sucedido y la razón por la que ahora estoy acostada en mi cama durante un día laboral sin nada más que hacer… es porque fui suspendida de mi trabajo.
Sucedió una semana después de mi día de permiso de inasistencia. Fui a llevar un reporte por el acoso que recibía de un subjefe de la empresa. Es el tipo de hombre que se cree “el macho” porque lo siguen las mujeres pero la que él quiere es difícil de conquistar, el caso es que, esa fui yo, la brava que no se deja domar.
Según él, yo respondí a sus coqueteos y mensajes enviados en medio de la noche por lo que dio entrada a su comportamiento pero jamás lo hice, lo prometo. Obviamente nadie iba a creerme así que lo denuncie por acoso laboral y hostigamiento a las autoridades pero cuando el proceso llegó a manos de la empresa donde trabaje, querían resolverlo todo con un diálogo entre ambas partes tratándolo como un malentendido. No importaron los mensajes llenos de insinuaciones, las fotos no solicitadas ni los intentos de tocamientos que quedaron grabados en las cámaras de seguridad, solo querían que retirara la denuncia y presentara mi renuncia con la etiqueta de empleada problemática.
Claro que terminé pensando en renunciar pero en su lugar, trataron de despedirme así que no retiré mi denuncia, incluso se metieron en varios asuntos legales por despido injustificado y estoy aquí esperando que mi caso avance.
Esto será largo, estoy suspendida en cualquier caso y necesito trabajar.
Todo este problema puso tensa a mi familia pues no podían creer que con solo veinticinco años ya estuviera desempleada, tanto le afectó a mi madre que me duplico las tareas en casa además de prohibir la comida que claramente compre yo, en sus palabras, si no es estricta conmigo, me echaré a perder. He comenzado a llevar solicitudes de empleo y decidí actualizar mi CV, pienso descansar algunos días antes de buscar vacantes aunque sean informales o trabajos eventuales en casa.
Solo es un breve descanso, técnicamente termine de estudiar y comencé a trabajar. Dedicar un tiempo para mí, debería ser mi prioridad al menos una vez en mi vida.
Además del tema del trabajo, mi novio vino de visita. Es el chico más guapo y adorable que tuve la fortuna de conocer, aunque es un poco serio, tiene una sonrisa que ilumina al mundo. No sé en qué momento me enamoré tanto de esta persona pero ahora no me imagino mi vida sin su presencia. Nos conocimos cuando iba a graduarme de la preparatoria, él tímidamente me pidió mi contacto y no sabía qué hacer. Platicamos solo por aplicaciones de mensajería, salimos a algunas citas, compartimos sueños y metas que cuando lo noté, él era una de las pocas personas en quien podría apoyarme y sentirme bien conmigo misma que convertirnos en pareja solo era una manera de presumir antes todos cuan enamorados que estamos.
— Vine con algo para cocinar... Adoro tu comida — anuncio en cuanto entro a la casa.
— ¿Solo vienes a comer?
— No, vine a verte y a comer contigo
Sus palabras podrán parecer poca cosa pero me alegro de escucharlas. Ray es un actor de teatro que empieza a tomar roles secundarios en series y películas de directores o productoras cada vez más reconocidos. Su agencia de gestión ha hecho un gran trabajo al promocionarlo como nuevo talento. Me lleve una gran sorpresa cuando me dijo hace años que tomaba clases de interpretación y aunque tuvo un debut con tropiezos, estuve allí para alentarlo. Las cosas van bien entre nosotros pero su presencia saca de quicio a mi madre quien se queja de él a cada momento, cree que estar en medio del espectáculo es una pérdida de tiempo. Incluso nos dijo algo más o menos así.
— Ray, estás aquí... ¿De nuevo?
— Buenas tardes. Vine a visitar a Lily
— ¿Todavía no te cansas de ella? ¿No te dijo que se quedó sin empleo por no soportar un pequeño problema?
— Lo menciono pero no creo que sea algo pequeño.
— Ese es el problema, no aguantan nada. Y tú, espero que consigas un empleo pronto porque no podemos mantenerte más. Ray, también deberías buscar alguien mejor que esta floja desempleada. Soy su madre y la conozco, quedarte con esta hija mía que malcríe solo te hundirá. Solo mírala, cuando nadie la ve, comienza a descuidarse.
— Mamá, no creo que debas decirlo así. Pronto tendré un nuevo trabajo.
— Eso espero, recuerda tu deuda. No puedes dejar de cubrir ese dinero solo con la excusa de no tener trabajo.
Mi mamá salió de la cocina y a mí me quitó el apetito. No sabía que tenía una deuda pendiente, tengo ahorros y no uso tarjetas de crédito para comprar a lo loco por lo que no se a quien le debo dinero o que es lo que compre que ahora debo pagar; en todo caso, me arreglare con ella.
Llevamos años juntos pero la manera en que mi madre me trata frente a él me pone nerviosa. Ni siquiera sé si me veo bien con él o quizás soy la pantalla de humo y él sale con alguien más.
— Lily, ¿Estás bien?
— Si, no pasa nada... — respondí con un nudo en la garganta
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Editado: 15.12.2025