Capítulo 3.

Seguimos a Daniell por unos quince minutos en taxi, a medida que avanzábamos mi miedo crecía aún más por lo que pudiéramos encontrar... Quizá ahora sea un vago y no tiene donde vivir o quizá yo estoy imaginando cosas demasiado rápido y me estoy dejando llevar por nuestro encuentro de hace un rato.

El taxi se mantuvo a una distancia prudente, no tan lejos pero tampoco demasiado cerca. Me concentré en reconocer donde estábamos; Un barrio cerca de los suburbios, a simple vista no parece que Daniell esté viviendo en la calle. Es más, su apariencia no me da a entender eso.

Es solo que no está actuando como él mismo y eso es suficiente para saber que algo malo le está sucediendo.

-Explíquenme ¿Exactamente qué hacemos aquí?- exige Jesse un poco nervioso.

-Seguimos al ex de tu mejor amiga ¿Qué te parece?- le contesta Sandy sarcásticamente.

-¡Ex! Pero si me habías dicho que...

-No es mi ex - le aclaro- El es solo un... buen amigo. Y necesito asegurarme que está bien.

El taxista se detuvo, nos mira por el retrovisor serio y dice:

-Señorita ¿Desea que continúe o permanezca estacionado?

No comprendo a lo que se refiere pero al ver más allá, Daniell ya se está bajando de su taxi, lo veo caminar hasta un condominio que se ve que es bastante tranquilo y lujoso al mismo tiempo, eso me calma un poco hasta que la camioneta blindada nos rebasa y minutos después que Daniell ya ha entrado, se detiene junto a la acera del condominio por un par de minutos y se va.

-Lo ves, él está bien. No vive en un basurero y tampoco se ve que necesite dinero urgentemente- dice Sandy.

-Quizá... pero aún no me convenzo que él está bien...- La verdad es que esa camioneta me tiene un poco preocupada. No creo que sea ninguna coincidencia verla tan seguido- Quizá deba ir y buscarlo a su-

-Será mejor que regresemos- me dice Jesse poniendo su mano en mi hombro- recuerda que sólo viniste a asegurarte donde vive y ya lo hiciste, no intentes hacer más de lo que puedes. Será mejor que regresemos. Además no puedo dejar que tu amiguito me conozca vestido así- hace un ademán para mostrarse así mismo como si estuviera andrajoso.

El taxista se da la vuelta y comienza su camino de regreso a la ciudad. Yo aún tengo ese presentimiento en mi estómago de que algo no está bien por aquí.

Más tarde, cuando ya estaba en mi casa me quedé pensando en las palabras que él me dijo...

- No deberíamos estar hablando.

-Me siento mejor sabiendo que me perdonaste pero algunas personas jamás salen de su pasado.

Dos días después de meditar sus palabras, decidí que buscaría las respuestas por mí misma ya que Sandy no volvió a tocar el tema y para evitar que yo siguiera pensando en él, se llevó a Jesse a su casa para que no me hiciera las preguntas de su interrogatorio los siguientes tres días. Así que eso quiere decir que estoy sola en esto.

Salté de mi cama y me vestí con un jeans viejo, una chamarra gris y bajé a escondidas al garaje para sacar mi auto. Si mi mamá se entera que me escapé de casa a las siete de la noche se enfadará mucho pero mientras no se entere no le hará daño.

Conduje despacio, intentando recordar las calles ya que de noche no es lo mismo. Llegué unos veinte minutos después, me estacioné del otro lado de la acera y entré al condominio.

El vigilante de turno estaba muy concentrado viendo la televisión y no se percató cuando yo entré.

-Disculpe quiero saber si mi- pensé en una mentira que suene más que convincente- hermano vive en éste edificio. Verá, yo acabo de regresar del extranjero después de tres años y recién me entero que mi único hermano se mudó de casa por una absurda pelea con mi papá es por eso que pensaba darle una sorpresa. Usted sabe...

-Seguro ¿Cuál es su nombre?- dijo sin dejar de ver la televisión.

-Daniell Alexander Ollmer.

-Por supuesto, vive en el número doce, pero no va a regresar hasta mañana.

-¿Hasta mañana?- dije incrédula.

-Sí. Salió de viaje hace tres días, no dijo exactamente a dónde, sólo que regresaría mañana- osea, que se fue el mismo día que lo seguimos hasta aquí- No tengo duplicado de su llave porque el lo pidió así pero si quiere lo puedo contactar para ver si podemos abrir su apartamento con su clave.

-No. No creo que sea necesario- le dije para que no me delatara- regresaré a mi casa y no le diré a mis padres que lo encontré. Si usted pudiera no decirle que pregunté por él, le estaría muy agradecida.

-No se preocupe señorita, me imagino que lo hace por el bien de su hermano.

-Le agradezco mucho.

Regresé a mi casa en silencio, nadie notó que no estuve y nadie notó que entré a escondidas. Sin embargo, regresé con más dudas que respuestas. Es posible que mañana regrese para ver que sí regresó a salvo.

Al llegar a mi habitación, me tumbé en mi cama, estaba por quedarme dormida cuando una llamada me despierta. La tomo y escucho a Ethan decir muy contento: