-¿Estás segura que... no te hicieron nada durante tu encierro?- me mira a los ojos muy seriamente.
-Por supuesto que sí. ¿Por qué lo preguntas?
-Porque éstos exámenes apuntan que, estás en cinta...
-¿En cinta?- le digo sorprendida- Eso no puede... ¿Cómo es posible que esté... embarazada?
-Supongo que ya recibiste la charla de cómo vienen los bebés al mundo ¿cierto?
-Por supuesto. Cubren eso en la escuela, además ¡Mi mamá es doctora!- le espeto asustada, sobre todo porque mis padres van a enloquecer pero de furia.
-No es que sea de mi incumbencia pero... ¿Sabes quién es el padre?
-Sí. Mi novio y yo vamos a casarnos pronto. Pero con ésta noticia... dudo que él siga vivo para el día de la boda.
-Eso es bueno- dice rascándose la cabeza y con cierto tono de alivio- Pero, te pediré el favor más grande. No le digas a tu madre que yo te di la noticia ¿quieres? Deseo jubilarme en un par de años.
-No te preocupes, no le pienso decir nada... Me tengo que ir- él digo empezando a recoger mis cosas.
-Espera. ¿Estás segura que te sientes bien? Ahora que ya sabes lo que sucede no es bueno que te alteres, tienes que ponerte en control con un obstetra pronto.
-Sí. Lo sé. Primero quiero hablar con mi novio y luego pensaré como darles la noticia a los demás- digo apurada. Me acerco a la puerta y la abro. Afuera hay un chico junto a su madre. Ambos se ven un poco tensos y preocupados. Les sonrío y me dispongo a salir del consultorio cuando tío Boris me dice:
-Andrea, por favor no le digas a tu madre que yo te di la noticia o me quedaré sin trabajo- volteo a verlo más tranquila, sonriendo le digo:
-No te preocupes, no le contaré.
Luego de eso, me dirijo a casa pensando demasiado rápido. Primero paso por una farmacia y compro cinco pruebas de embarazo caseras. Ya sé cuál es la verdad de mis malestares pero siento que necesito hacerlo. Así que me apresuro a llegar a casa, dejo mi auto aparcado en el sótano y subo corriendo por las escaleras de emergencia para no esperar el ascensor.
Al llegar, lanzo mi bolsa a la sala y me voy directo al baño con las pruebas. Media hora después, las tengo alineadas en el lavabo, quizá por los mismos nervios me entran unas enormes ganas de vomitar. Apenas y alcanzo a llegar al inodoro, luego de limpiarme regreso a ver de nuevo las pruebas.
Todas positivas.
Escucho una puerta abrirse. Debe ser Ethan. Lo escucho decirme algo ero no le contesto, él se acerca hacia mi y me vuelve a preguntar cómo estoy. Me doy la vuelta y en un momento impulsivo lo abrazo, él me lo regresa y me mira confundido.
-¿Sucede algo malo?
-No exactamente. Ven, necesitamos hablar- le digo seria. Salimos del baño y nos quedamos de pie, frente a frente- Ethan... No sé cómo decirte esto pero...
-¿Pero?
-Cielos, no sé cómo tomarlo- le digo preocupada- No es que sea algo malo, es que no lo sé. Aún no es tiempo...
-¿De qué? ¿Te estás arrepintiendo de casarnos?- su agarre se vuelve más tenso y su mirada preocupada.
-¡No! No es eso. Yo sólo... Ven conmigo- lo tomo de la mano y lo conduzco de nuevo al baño, señalo las cinco pruebas positivas. Él las mira sin decirme nada por varios minutos, estamos en silencio total hasta que lo rompo diciendo:
-Estoy embrazada... Hoy fui por mis resultados pero no había nadie que me atendiera así que fui con el tío Boris de oncología, él me lo dijo...- silencio. Ethan sigue parado sin siquiera verme- ¿Ethan?- voltea a verme tan sorprendido como yo y grita.
-¡Tu papá va a matarme!- sale del baño y se sienta en la cama agarrándose la cabeza con ambas manos- Tu abuelo, tu hermano, tu padrastro. Todos me van a matar... Él me dijo que te cuidara...
-Ethan, Maldición. ¿Eso es lo que te preocupa?- le digo molesta golpeándolo con una almohada en la cabeza- Vamos a tener un hijo, deberías estar enojado, o feliz. Yo qué diablos sé. No deberías estar preocupado por si mi padre va a matarte o no- él levanta la cabeza, me mira a los ojos y dice:
-Golpéame- Lo miro confundida y retrocedo un paso más- Golpéame de nuevo- Le dejo ir lo más suave que puedo en el rostro, aunque le queda la marca de mi mano en la mejilla, él se pone de pie- Muy bien, ahora dímelo de nuevo.
-¿Qué cosa? ¿Qué estamos esperando un hijo?
-¡Oh por Dios! Esa es la mejor noticia que me has dado- me abraza y me levanta.
-¿Necesitas otro golpe?- le digo levantando mi mano.
-Oh no. Se me va a caer medio rostro sólo con el primero. Pero tienes razón- me dice bajándome al piso- Toda la razón, en éstos momentos sólo debe importarnos él ó ella... Después hablaremos con nuestros padres-dice esto ultimo un poco preocupado.
-¿Estás seguro? No crees que nosotros podamos ser-
-¡Por supuesto que no!- me interrumpe- Demonios, sólo imagina a una niña correteando por aquí, con tus mismos ojos, vamos a ser buenos padres. Un poco jóvenes pero-
-El problema es que... ¿Qué va a pasar conmigo? Tenía planeado regresar a la universidad, sólo me falta un semestre de mi carrera- me alejo un par de pasos sin verlo- Estar embarazada en la universidad no es algo que me emocione demasiado. No voy a ser la estudiante más joven del curso.