La boda, se celebraría en la iglesia local al día siguiente. Todos estaban absolutamente emocionados y felices; todos menos yo. Sin arrepentimiento, sólo eran mis nervios, los cuales –y también fue culpa del bebé- hicieron que vomitara a mi hermana menor justo cuando me estaba peinando.
-¡Acabas de arruinarme la vida!- me gritó al ver su ropa llena de vómito.
-Pues tu vida va a seguir siendo miserable si no te vas a bañar ahora mismo- le contesto. Ella da me da una mirada seria y se va de la habitación.
-Demonios, pudiste haber avisado- dice Sandy.
-Claro ¿porqué no lo pensé antes?
-No te decía a ti- me jala un mechón de cabello con fuerza- le decía al bebé.
-¡Ouch! Pues yo soy su representante ahora mismo, ¿quieres saber cuál es su respuesta?
-No te pongas insoportable de nuevo. Estoy tentada a dejarte sola ¿entiendes? Sólo es un día demasiado importante como para que lo arruines enojando a todo el mundo.
-No deberías maltratar a una embarazada- dice Jesse entrando con mi vestido en brazos.
-¡Tú no le des órdenes a una embarazada!- le grita.
-Pero si yo no-
-Escuchen, hay algo que deben saber- dice Sandy poniéndose seria de repente- Aún no se lo he dicho a nadie pero- me mira directamente- Justo ayer descubrí que dentro de unos ocho meses podrán conocer a mi hija.
-Tú no tienes- Jesse se detiene- ¡No! ¿También estás embarazada?
-Sí. No podía dejarte pasar por esto sola- me dice tomando mis manos entre las suyas y sonríe- es como cuando se sincroniza el período entre amigas, es algo emocionante ¿no te parece?
-Lo del período, no. Pero qué alegría que estés embarazada también ¡Felicidades!- le digo antes de unirnos en un abrazo grupal.
-¿Cómo sabes que será una niña?
-Será una niña Jesse. No me cuestiones o te arrepentirás.
-¿Y cuando les darás la noticia?
-Probablemente mañana, no se lo esperan así que va a ser una bomba.
-Ustedes dos están embarazadas al mismo tiempo- dice Jesse- No va a haber nadie que las aguante.
-¿Crees que podamos dar a luz el mismo día? Incluso podría programar una cesárea el mismo día que tú.
-Deja que se cocine bien tu hija ahí adentro- la regaña Jesse- o saldrá igual de loca que tú.
-Sería lindo si nacieran el mismo día, sería mejores amigas igual que nosotras.
-Creo que hay que esperar- le digo- hasta que nazcan. Yo no quiero saber el sexo del bebé hasta que ya esté afuera.
-Bien, ya veremos eso después. Primero hay que ir a tu boda.
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La iglesia estaba decorada con rosas. Mi flor favorita no es la rosa. Mi familia ocupaba un poco más de la mitad del espacio disponible para ellos. A la familia de Ethan a penas y le alcanzó el espacio. Mi papá y mi padrastro se pusieron a llorar. Mi mamá los tuvo que sacar antes que pudiéramos decir los votos. Tuvimos que repetir los votos porque los dos estaban demasiado ocupados llorando y se lo perdieron. Mi abuelo se durmió en la ceremonia. Sus ronquidos me sacaron de quicio y antes que me bajara del altar para gritarle, recibió un codazo de mi hermano.
A pesar de algunos detalles, todo fue bastante bien porque no hubo tantas interrupciones, no hubo muchas molestias, por lo menos no de la familia de Ethan. La ceremonia fue rápida y en cierto modo, divertida.
Una vez que estuvimos listos para ir a la recepción, mi mamá recibe una llamada, le dijeron que nos habían cancelado la recepción por error y se lo habían dado a otras personas. Mi mamá amenazó al encargado y consiguió que nos re ubicaran en otro lugar.
-Voy a demandarlos. Jamás van a volver a estafar a alguien de nuevo ¿me escucha?- le gritaba mi mamá a quien quiera que sea mientras yo intentaba razonar con ella.
-Mamá, sólo deja que nos reubiquen, no me importa. Sólo quiero sentarme un momento a-
-Espera un momento querida, ahora mismo lo soluciono.
La solución fue todo lo contrario.
Nos enviaron a una sala de eventos llamado “Afrodita Palace”. El dueño, un tipo griego llamado Alekos Stasinopoulos a penas y consiguió tener lista una decoración decente cuando llegamos.
-¡Bienvenidos al Afrodita Palace!- dijo al vernos llegar, nos dio la mano y un beso en la mejilla a cada lado del rostro a todos y cada uno de los asistentes hasta llegar a Ethan y a mi.- Ustedes deben ser la pareja de recién casados. Vengan conmigo, vamos a ofrecer una ofrenda antes de comenzar la fiesta.
-Escuche, mi esposa necesita-
-Necesitan justo lo que voy a mostrarles muchacho.
Nos condujo casi a la fuerza hasta una enorme estatua griega de una mujer semi desnuda, pintada completamente de blanco. A sus pies, había una pileta del mismo color.
-Tómense de las manos, cierren los ojos y pidan un deseo- nos dijo, ambos intercambiamos una mirada preocupada y lo hicimos. Mi deseo, fue poder hacer feliz a mi nueva familia.
Una vez que pedimos los deseos, Alekos -no se qué- nos dio a los dos un pedazo de pan y un racimo de uvas.
-¿Para qué es esto?- le pregunta Ethan.