Solo Yo

La chica nueva

Capítulo dos

Cristopher Evans

Hoy fue un día... Particular...

Me levante como siempre pero muy feliz, me había ido de intercambio hace dos años y ya por fin he vuelto a Ecuador aunque si extraño España a veces.

Me vestí, me lave los dientes y me fui a desayunar con el resto de mi familia, en la mesa para desayunar esta mi padre listo para irse a la compañia, mi madre que no estaba comiendo más que un batido verde, supongo que hoy tendra una pasarela por que solo los toma cuando tiene una y mi hermano mayor. Él y yo no somos muy unidos pero nos queremos, casi.

- Hola Cristopher- me dice mi padre sin levantar la vista de su teléfono.

- Hola papá, hola mamá- les dijo pero cuando me intento acercar a mi madre ella sale de la mesa por lo que me siento.

- Hola pequeño demonio- me dice despeinandome Zack, mi hermano mayor, Dios, con lo que me costo peinarlo hoy.

- Un nuevo año ¿Eh?- dice mi papá mirándonos.

Si y la verdad estaba muy emocionado ¿Comó cambiaron mis compañeros? ¿Qué habra pasado estos dos años que estuve en Europa? ¿Habrá alguien nuevo? Me entere por mi hermano que ahora están dando becas a los colegios Fiscales por lo que me imagino que eso ahora es una catástrofe ya que los colegios privados (Como el Menor) no se llevan con los públicos (Cómo el Espejo).

- Ya vas a segundo Cristopher?- me pregunta mi padre.

- Si, voy a segundo solo me queda este año y tercero y por fin, la Universidad- le dijo algo ilusionado ya que estoy contando los días para entrar a la Universidad pero debo quedarme aquí ya que mi hermano es tan egoista conmigo que decidio que él se iba y yo me quedara. Mis padres no pueden quedarse solos por lo que tendre que estár aquí para cuidarlos. Zack es demasido egoísta por lo que tampoco quiero que se quede con ellos, no vale la pena, solo yo.

Solo Yo...

***

Ya llegando al colegio mi hermano se encontró con su mejor amigo Max García, el hijastro del hombre con más dinero en el mundo. No entiendo porque no se fueron a Suiza ya que ese es un país primermundistas pero según se: Samuel García quería que sus hijos crecieran afrontando los problemas de una vida en un país tercermundista, mi papá también tenía ese pensamiento y por eso no vivíamos en Canadá.

-¡Zack!- lo llama Max- ¿Dondé te habías metido?- le dijo dandole una palmada en el hombro y luego se dio cuenta de mi- Oh, pequeño Evans- me dijo con ese tonto sobrenombre que me pone- Tú también desapareciste ¿Dondé estaba?- me dice.

- Estuve de intercambio en España pero decidi volver para los últimos años de colegio- le digo.

- Muy bien ¿Estás en el segundo "B" No?- me dice, bueno, al menos sabe que estoy en segundo.

- Estoy en segundo "A"- le dijo, no me gusta mucho el "B" ni tampoco muchos me quiere ahí, solo una persona.

- Ah que pena, hubieras ido con mi hermano- me dijo.

Conocía a su hermano, era el típico chico que le gustaba presumir y ese tipo de cosas.

Me voy a la formación, donde está mi curso más bien dicho, y estando ahí parado alguien llama mi atención.

Esta hablando con alguien, creo pero lo que me llama la atención de esa chica era su largo cabello rubio pero en las puntas literalmente se había pintado el arcoíris, ja, que raro.

Si creí que eso era raro no me imagino ahora que me doy cuenta de con quién esta hablando. Nada más y nada menos que con Stéfano García, el hermanastro de Max.

Stéfano es el único hijo de sangre que tiene Samuel por lo que es el heredero de casi toda la fortuna García, claro que sus hermanastros también reciben pero el es el más afortunado de alguna forma.

Él es como su padre, un chico frio, no suele demostrar sentimiento ni esas cosas, ese semblante serio hace que literalmente todas las chicas se enamoren de el, es un chico alto de cabello castaño y rubio con ojos azules, es la persona más seria y fria que eh conocido y ahí estaba, sonriendo como un completo idiota enamorado con esa chica.

La chica no era nada fea, en realidad, era muy guapa pero no era el tipo que me gustaba, aunque ya no se que tipo me gusta. Una chica alta pero lo suficientemente pequeña para que el ego de Stéfano se eleve aún más, como ya dije, de largo cabello rubio con puntas de colores, no traia vestido ni falda como otras chicas, tenia un calentador negro entubado y unos tenis blancos con un suéter demasiado grande para ella, será de su novio supongo.

Alguien más llama mi atención y son esos ojos color celeste que me atormentaban sin piedad cuando era pequeño. Valeria Sánchez, la hija del poderoso empresario, Leonard Sánchez, él tiene dos hijos, Tomás Sánchez y Valeria Sánchez. Al ser Valeria su única hija mujer es la niña más consentida del mundo, el señor Sánchez es el segundo hombre con más dinero en el mundo pero al igual que Samuel, comparte ese mismo pensamiento de que sus hijos deben crecer afrontando los problemas en un país latinoamericano, aunque no lo logra cuando me entere que Valeria por sus 15 recibió un auto del año y encima con una pequeña nota de felices 15, dios que mimada.

Valeria es una chica muy guapa, la más linda del colegio en realidad, tiene un cabello color oro-dorado, unos bonitos ojos de color celeste y una buena figura, yo salgo con su mejor amiga, Daniela Torres, es también hija de un gran empresario y su madre es modelo. La mayoría de estudiantes de este colegio son hijos de empresarios y modelos (me incluyo), son muy pocos los que no cumplen esa característica.

***

Después de la formación decidi ir a mi curso a dejar mi mochila, luego iría a ver mi horario y por último buscar a Daniela quién si no me equivoco aún no llegaba. Pero en el camino para ir a ver mi horario me percate de una chica, una chica muy bonita.

Por alguna razón me recordó a la chica con la que estaba Stéfano, era alta como la chica rubia solo que ella tenia un precioso cabello negro ondulado con las puntas rojas que le quedaban muy bien, al igual que la chica rubia, tenia un calentador pero ella tenia un calentador blanco que le quedaba perfecto con ese top negro de mangas largas que tenia puesto y unos tenis negros, por alguna razón quería hablar con ella por lo que no me moleste en quitarme cuando venía directamente hacía mi, chocamos y cuando levanto la mirada para pedirme disculpas me perdí, me perdí enserio y no era broma.




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