3.Injusticia

Desperté, no quise abrir los ojos. Tal vez todo era un sueño.

-Buenos días. Dijo entrando a la habitación Marcela.

-Hola. Dije ya con los ojos abiertos.

-¿Ya ves el color verdad?

-Si. Dije soltando una pequeña sonrisa. ¿Para qué es todo esto? Pregunté.

-No te lo puedo decir. Ya, debemos hacerte la fase 2. Tranquila, está no será más dolorosa que la anterior. Solo un láser te marcará algo en el brazo izquierdo y en el derecho. Es un símbolo importante. Sentirás que te quemas, pero no duele tanto. Veo que eres fuerte. Tranquila.

-Mis brazos estaban inmóviles al igual que mi cuerpo. Aún en la camilla. No pude moverme a ningún lado. Marcela tocó en la computadora unos botones y el láser apareció. Quemaba. Quemaba. Me dolía. Grité. Grité lo más fuerte y horrible que nunca había gritado. No dolía más que la fase 1, pero en ésta, si podía gritar. El grito es algo que sirve para aliviar el dolor. Dolía mucho. Al terminar, quise verme pero no me podía mover.

-Muy bien. Dijo el hombre de antes, el Doctor Thin. Ya está la fase 2. La 3 será dolorosa, pero jajaj-Rio como un loco- la 5 es mucho más dolorosa.

-¿Ya pueden soltarme? Pregunté enojada.

-Bueno. Dijo Thin serio.

Él llamó a dos hombres, los cuales estaban armados y me acompañaron a una habitación un poco más iluminada.

-Aquí te quedarás hasta mañana. Dijeron ellos lanzandome dentro del cuarto.

Me paré despacio.

-Hola. Dijo un chico de ojos marrones, pelo negro, con pecas. Se llamaba Scott.

-¿Qué pasó? . Dijo una chica con ojos celestes y pelo pelirrojo, que estaba saliendo del baño. Se llamaba Marilyn.

-Hay una nueva.

Notó mi presencia. Me saludo. Luego me saludaron dos más, Mike y Crely, los hermanos. Ambos de ojos verdes, él, pelo con rulos, pelirrojo y ella pelo ondulado negro.

-Nosotros somos los que esperamos la fase 3. Dijo Crely.

-¿Alguien sabe cual es el fin de todo esto que nos están haciendo?

-Es para ser, otra cosa, por decirlo así. Según lo que escuché, no vamos a seguir siendo humanos normales. Dijo Marilyn.

-Yo no quiero llegar a la fase 5. Dijeron que dolía. Dijo Mike.

-No seas miedoso. Respondió Scott.

Estuvimos un ratito charlando. Desde unos parlantes que había en la habitación nos avisaron que debíamos dormir, al día siguiente la fase 3.

Me dirigí hacia una cama en la que nadie se había sentado, me acosté y quise dormir pero no podía. Extrañaba mucho a Will y a Stacy. Me hacían falta.

Mike me estaba observando.

-¿Qué pasa Ginna? Me preguntó.

-Extraño a mis hermanos. Respondí.

El se acercó hasta sentarse a mi lado y me abrazó.

-Tranquila. Seguro pronto los volverás a ver. Me dijo en el oído. Yo exprese una sonrisa débil.

-Vamos, ahora hay que descansar.

Me metí en la cama y me dio un beso de buenas noches, como si fuera Will quien me estaba cuidando. Lo abracé y luego yo le di un beso susurrandole un gracias que lo hizo sonreír.

Al día siguiente nos separaron. A la misma hora nos buscaron en la habitación y a cada uno nos llevaron a un cuarto diferente. Me pusieron en la camilla.

-Hola Ginna ¿Cómo pasaste la noche? Preguntó Marcela.

-He pasado mejores, junto a mis hermanos, no me importa donde duerma mientras este con ellos. Dije en un tono triste, enojado y algún otro sentimiento que se metió.

Ella no respondió solamente tocó un botón y el proceso inició.

-Este dolerá, eso, que está encima tuyo es como un sello de fuego, te va a grabar esa marca que viste en tu brazo. Pero te la va a grabar en el pecho. Dijo Marcela.

-Por favor no. Dije pidiendo que me sacara. Otra vez me habían amarrado a la camilla. Quería huir. Sin tocarme ya sentía el calor de ese aparato, de ese sello que me estaban obligando a tener.

Se acercó cada vez más. Y más. Yo ya sentía el calor igual al fuego de las fogatas que hacíamos con mis hermanos para calentar la comida.

Eso estaba apunto de tocarme. Y ya me dolía. De ese aparato salía un calor digno del infierno. Imaginen la cosa más caliente de todas, que se siente el calor cuando está a un metro (seguro más pero yo estaba a un metro, no comprobé si de más lejos sentía esa cosa insoportable) y cuando está a medio metro ya duele.

No podía soportarlo más, con todas mis fuerzas traté de sacarme del agarre de la camilla. Tiré, me moví, y pude salir. Caí al suelo, agotada, estaba totalmente cansada, dolorida. Luego sentí que me faltaba el aire y me desmaye.

(...)

Desperté al lado de dos señores que estaban hablando, a mi derecha también vi a el Doctor Thin.

-¿Qué pasó? Pregunté muy confundida.

-Eres menos fuerte de lo que pensé, eso sucede.

-Mire, yo tengo muchísima fuerza. Estoy muy segura que más que usted.

-Veo que te has mejorado. Bien. Dijo serio.

Entraron en la habitación 5 hombres armados y me trasladaron a la misma camilla que estaba antes. Sin previo aviso me clavaron algo en el cuello y me desmaye de nuevo.

Me desperté con un insoportable dolor, la máquina del sello me estaba tocando, dolía mucho. Yo no podía escapar, ya me estaba tocando, estaba poniéndome esa cosa. No aguanté y me desmaye. (Voy a terminar mareada de tantas veces que me desmayan o yo me desmayo)

Apareci en la habitación con los demás chicos, todos me miraban.

-Ginna ¿qué te pasó? Me preguntó Mike.

-Me hicieron la fase 3.

-Pero tu tienes otra marca en el pecho, es distinta a la de todos nosotros. Seguro debió doler. La nuestra no dolió mucho. Dijo Scott

En ese momento me sorprendí de que no sea la misma figura la que me habían puesto en el pecho. Tenía enojo acumulado... y con eso de que "la mía dolió más" estalle. Salí por la puerta y golpeé a varios hombres que vigilaban. Rápidamente con sus radios llamaron refuerzos. No me percaté de que mis puños golpeaban más fuerte que de costumbre (en las artes marciales). Antes de que más tropas llegaran me escabulli y corrí hacía una sala vacía, me escondí. Escuché ruidos en el exterior, me habían encontrado. Parecía que estaban rodeando todo. Se abrió la puerta. El Doctor Thin pasó acompañado de 10 hombres según lo que pude contar antes de que me dispararán con uno de sus dardos.