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El DIASP es una organización secreta destinada a combatir las fuerzas malignas que han intentado destruir a la humanidad por siglos. El nacimiento exacto de la orden es desconocido, pero algunos eruditos dentro de la misma organización señalan que se remonta a finales del siglo XVIII.

El Cuartel General, como se llamó desde sus inicios, se encuentra ubicado en París, Francia. En la actualidad el DIASP cuenta con diferentes oficinas esparcidas por todo el mundo que extienden su radio de acción a casi cualquier parte del planeta.

Pierre, indagador del despacho que tenía como trabajo investigar los distintos sitios de Internet que trataran sobre experiencias paranormales, había encontrado un blog que denunciaba varios casos en Santo Domingo sobre posesiones diabólicas y asesinatos. Entre los sucesos que encontró publicado, leyó sobre cosas misteriosas que ocurrían en una propiedad conocida como la casa Alberti. Hacía años atrás, Lucio Alberti, quien había sido uno de los hombres más buscados por el DIASP y algunas agencias federales, vivió en esa comunidad. Según fuentes y reportes del departamento de inteligencia del Despacho, Alberti llegó a poseer un objeto muy poderoso que podría desequilibrar la balanza de los planos existenciales que hay entre nuestro mundo y los otros a todo lo largo y ancho del universo. Los efectivos del DIASP pasaron años tratando de atrapar a Alberti, pero nunca lo consiguieron. Mucho tiempo después bajo situaciones extrañas, Alberti murió en un accidente en alta mar. Su cadáver y el objeto de poder nunca fueron encontrados, aunque hasta la fecha se seguía tras su búsqueda.

Pierre llevó la información al John Bloch, supervisor de investigaciones del Despacho para determinar si el blog, al hablar sobre el tema de los Alberti, pudiera ser de interés al DIASP. Bloch estudió el caso y lo llevó con el director Lovestone. Después de leer el expediente determinaron que deberían mandar a alguien a Santo Domingo para investigarlo personalmente.

David Marco, uno de sus jóvenes agentes, fue el seleccionado a infiltrarse entre los habitantes con el fin de recabar información verídica sobre los supuestos fenómenos paranormales que se estaban manifestando entre sus ciudadanos. Marco llegó a Santo Domingo indagando entre las gentes del lugar sobre Miriam Salander, creadora del blog que Pierre había encontrado. Investigó todo el día hasta que al caer la tarde, en la cafetería de Odalis, encontró una mesera que le dijo cómo encontrar a la autora de dicho blog. También dijo que ella había escrito esos artículos luego de ser despedida del restaurante donde trabajó por varios años, porque había tenido “problemas de nervios” desde que su hijo casi fue poseído por el ser maligno que mora en la casa Alberti.

—Pero eso de la posesión lo dice ella —explicó la mesera de la cafetería—. Yo creo que su hijo es sonámbulo y caminando dormido vino a parar frente a la casa Alberti por pura casualidad. No sé cómo hay gente creyendo en esas cosas. Darle tanta cabeza a esa fantasía la volvió media lunática. Algunas personas no deberían ver películas de terror e ir más a la iglesia. Usted me entiende, ¿Verdad?

El agente Marco le agradeció con una buena propina por el servicio prestado, salió a la calle y vio la muralla metálica clausurando el terreno de los Alberti. Esa misma noche le hizo una visita a la familia Salander para terminar de evaluar el caso.

Los rumores eran ciertos, cosas extrañas estaban sucediendo en aquella localidad. Marco descubrió las típicas señales de un caso de nido de Merodeadores al visitar la casa Alberti, luego de hablar con los Salander.

El DIASP procedió a enviar a uno de sus mejores hombres. El ejecutor Solomon Price arribó a Santo Domingo un día después, con la finalidad de frenar la maligna actividad paranormal que se estaba manifestando. Marco lo puso al día de la situación, pero al ejecutor le gustaba hacer las cosas por sí mismo. Esa noche visitó a los Salander interesado en saber si el hijo del matrimonio había sido infectado por un Merodeador, pero al parecer el niño no correría peligro. La conexión psíquica no había terminado en posesión de cuerpo.

Price entró en la propiedad de los Alberti luego que Miriam lo buscara en el Hotel Thalarion. Cruzó la porquería con firmeza y decisión. Otra lucha contra las fuerzas del mal estaba a punto de iniciar y Price estaba contento con ello. Enfrentar a los moradores del Mundo Negativo era lo único que disfrutaba de la vida. (Eso y ver películas con Clint Eastwood) Él había nacido y entrenado para ese trabajo, un trabajo que sólo en el DIASP eran capaces de realizar.

Encontró la destartalada puerta principal abierta de par en par. Pasó el umbral y contempló los escombros de lo que antaño fue un majestuoso hogar. Escuchó a alguien susurrar y se acercó sigilosamente a donde provenía esa voz balbuceante. Se tropezó con dos personas que rondaban torpemente entre la ruina.