La ciudad parecía más oscura que nunca. Las calles vacías se llenaban de charcos que reflejaban luces distorsionadas, y cada farola era una amenaza o un aliado, todo dependía de cómo Alex decidiera usar la luz y la sombra.
Desde la noche del accidente, algo dentro de él había cambiado. Podía sentir las sombras, como si tuvieran vida propia. Su reflejo en los charcos ya no le pertenecía por completo, la sombra lo seguía, lo obedecía, incluso cuando él cerraba los ojos.
Algo en su interior le decía que aquel poder no era casual, había sido despertado… y estaba siendo observado.
Caminaba por un callejón estrecho cuando escuchó un grito. Una mujer joven, acorralada por dos tipos con cuchillos. Sin pensarlo, Alex corrió, pero no de forma normal. Su cuerpo se movía como un borrón; sombras oscuras surgieron del suelo y los envolvieron, deslizándose silenciosamente hasta cubrir los rostros de los atacantes.
—¡¿Qué demonios…?! —gritaron, tratando de apartar esa oscuridad que parecía tener voluntad propia.
Alex se detuvo, jadeando, y notó algo aterrador: las sombras reaccionaban antes que él, casi como si supieran cómo protegerlo y atacar al mismo tiempo. Extendió las manos y, por primera vez, pudo formar una especie de látigo de sombras que golpeó a los atacantes, lanzándolos contra las paredes del callejón.
La mujer lo miraba con ojos abiertos, aterrada y fascinada a la vez.
—¿Quién… quién eres tú? —preguntó.
Alex tragó saliva, dándose cuenta de que aún no sabía cómo explicarse.
—Alguien… que debería haberte protegido antes —dijo, su voz temblando, mitad miedo, mitad asombro por su propio poder.
Pero no había tiempo para explicaciones. Desde lo alto de los edificios, un destello de luz intensa iluminó el callejón. Alex se giró justo a tiempo para ver una figura encapuchada con un arma que parecía disparar rayos de energía. Las sombras que había convocado para proteger a la mujer se retorcieron, inquietas, como si percibieran un peligro mayor… algo más antiguo que la propia ciudad.
Alex comprendió algo de inmediato, la ciudad no estaba vacía, y él no estaba solo. Su poder era fuerte, pero también vulnerable ante la luz. Y ahora, alguien lo observaba… preparado para cazarlo.
—Esto no va a ser fácil —murmuró, mientras las sombras se arremolinaban a su alrededor, listas para pelear.
Un rayo de energía lo alcanzó, y el capítulo termina con Alex siendo lanzado contra la pared del callejón, mientras su sombra se contorsiona intentando absorber el impacto.
“¿Logrará sobrevivir? ¿Quién es realmente este enemigo, y qué quiere de él?”
“¿Por qué sus sombras reaccionan como si tuvieran memoria propia… y un propósito?”
#105 en Ciencia ficción
#1735 en Otros
#314 en Acción
superheroes, accion con poderes, acción aventura ficción crimen misterio
Editado: 21.10.2025