Ciudad De Luz

Alex avanzaba por las calles mojadas, cada paso resonando en charcos que reflejaban los letreros de neón. Había dejado atrás los callejones conocidos; ahora caminaba en territorio controlado por Luminar, donde la luz intensa no era solo iluminación, sino una trampa viva.

Los edificios reflejaban destellos que amenazaban con deshacer sus sombras. Cada esquina podía esconder enemigos entrenados para contrarrestar sus habilidades. Alex sentía la presión, pero también un fuego interior que lo impulsaba a seguir adelante.

—No puedo fallar… —susurró, extendiendo las manos mientras las sombras formaban un manto protector.

De repente, un grupo de agentes apareció sin previo aviso. Eran rápidos, coordinados, con trajes blancos y armas de luz concentrada. Alex saltó, giró y bloqueó ataques con sus sombras, formando látigos y escudos improvisados. Cada movimiento lo agotaba, pero recordaba lo que Cenit le había enseñado: equilibrio, anticipación, control.

En medio del enfrentamiento, un rayo de luz mucho más intenso iluminó la calle: Luminar estaba allí. No solo como un enemigo, sino como el cerebro detrás de todo.

—Alex… —dijo con calma, su voz metálica y distante—. No solo estás aquí para sobrevivir, sino para que vea de qué eres capaz.

Alex comprendió algo: Luminar no atacaba solo por fuerza, sino para probar, estudiar y debilitar. Cada movimiento suyo estaba medido, cada ataque diseñado para que Alex cometiera un error.

Concentrando toda su energía, Alex lanzó un ataque masivo de sombras, pero Luminar lo bloqueó con un escudo de luz concentrada. En la colisión, la ciudad se iluminó como un relámpago, edificios vibraron y los charcos reflejaron destellos cegadores.

—Veo… potencial —dijo Luminar mientras retrocedía, manteniendo la calma—. Pero aún no entiendes lo que está en juego.

Alex respiraba con dificultad, sus sombras aún a su alrededor, debilitadas pero firmes. Por primera vez, comprendió la magnitud del poder de Luminar: no solo era fuerza bruta, era estrategia, conocimiento y obsesión combinados.

El capítulo termina con Alex refugiándose en un edificio abandonado, observando la ciudad y reflexionando:
“Luminar no es solo un enemigo; es alguien que ha dedicado años a esto, que entiende los cristales y la luz mejor que yo. Si voy a sobrevivir… necesito aprender, crecer y entender todo lo que está detrás de él.”