La ciudad estaba envuelta en un silencio tenso, roto solo por el eco de pasos sobre el asfalto y el murmullo de las sombras de Alex. Cada movimiento estaba calculado; cada sombra obedecía sin titubear. Por primera vez, Alex sintió que podía anticipar a Luminar.
Desde lo alto de un edificio, Luminar observaba, evaluando cada acción. Por un instante, sus ojos se suavizaron, revelando un pasado que pocos podían imaginar: antes de ser Luminar, él también había sido un joven con ideales, protector de los cristales, alguien que había perdido mucho para mantener el equilibrio que ahora exigía.
—¿Ves, Shard? —dijo Luminar, con voz menos fría—. Todo lo que hago tiene un motivo. Antes de tu llegada, yo protegía lo que debía… y muchos pagaron el precio de mi elección.
Alex lanzó un ataque rápido, combinando látigos de sombra con movimientos evasivos que bloqueaban y desviaban los rayos de luz de Luminar. Esta vez, no solo reaccionaba; creaba oportunidades, aprovechando los vacíos que había detectado en el patrón de ataque del enemigo.
Luminar retrocedió, sorprendido por la precisión de Alex. Un destello de luz iluminó su rostro parcialmente: no de enojo, sino de reconocimiento silencioso.
—Estás mejorando… demasiado rápido —murmuró—. Tal vez… demasiado.
El capítulo termina con Alex observando a Luminar desde la distancia, respirando con dificultad pero con una chispa de confianza. Sus sombras, aún vivas, giraban a su alrededor como un recordatorio: ahora no solo era fuerza; era control y conocimiento.
La pregunta queda:
“¿Logrará Alex descubrir completamente las debilidades de Luminar antes de que el pasado del villano se interponga en su camino?”
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Editado: 21.10.2025