DEDICATORIA²

A quien se atreva a invocar nuestros nombres:

Que las columnas tiemblen y el cielo se oscurezca, porque esta historia no es un eco del pasado, sino un fuego aún vivo bajo las ruinas del Olimpo.

Yo soy Afrodita, la que venció ejércitos sin empuñar lanza, la que convirtió la belleza en arma y el amor en destino.

Y esta vez, no pediré perdón por amar.

Yo soy Ares, nacido del estruendo y la furia,
el que nunca conoció la paz... hasta encontrarla en sus brazos.

Y esta vez, no lucharé por gloria, sino por ella.

Lector, abre estas páginas como quien abre un templo prohibido. Porque dentro aguardan dioses caídos, amores malditos, y una guerra que no se libró con espadas, sino con el alma.

—Afrodita & Ares
Testigos del amor que hizo sangrar al Olimpo.