Sombra de Sangre

El viaje del desconocido

Era una noche oscura, el bosque estaba en silencio, salvo por el canto lejano de los pájaros. Una sombra avanzaba por el sendero solitario, sus pasos apenas hacían ruido en el suelo cubierto de hojas secas.El aire fresco le hacía sentir un alivio momentáneo de la opresión de su pasado.

En su mochila llevaba pocas pertenencias, pero cada una de ellas estaba cargada de significado: un cuchillo desgastado, un viejo cuaderno lleno de garabatos y dibujos, y un frasco de vidrio con algunos objetos curiosos recogidos en sus tantos viajes.

Espero que este lugar sea diferente.”Pensaba a medida que se acercaba al pueblo demasiado luminoso para au gusto

El recordó la noche en que todo cambió: el hambre extrema que lo obligó a cometer actos inimaginables. Su padre, enfermo y débil, y su madre, temblando de desesperación. Los recuerdos eran como cuchillos afilados, siempre dispuestos a herirle.

A medida que se acercaba al pueblo de Vallehermoso, sus pensamientos se vieron interrumpidos por una figura en el sendero. Un hombre de mediana edad con barba prominente y con una chaqueta de cuero desgastada, lo miraba con curiosidad.

-¡Buenos días, joven! ¿Eres nuevo en el pueblo?- Preguntó el hombre.

-Sí, llegué esta mañana. Busco un lugar donde quedarme-Respondió él.

El hombre le ofreció una sonrisa amable y le indicó la dirección de la posada.

-Soy Don Pedro, el dueño de la posada. Si necesitas algo, no dudes en pedírmelo. ¡Siempre estamos encantados de recibir nuevos visitantes!-Le dijo con esa sonrisa que nunca borró de su rostro.

-Gracias, Don Pedro. Aprecio mucho su amabilidad-Dijo él antes de avanzar a su dormitorio pero antes de hacerlo se giró y le dijo-Por cierto me llamo Eros




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