Vallehermoso despertaba con el sol. Las casas de madera estaban adornadas con flores y el aroma del pan recién horneado llenaba el aire. Eros se sentía un poco fuera de lugar, pero también esperanzado de tener un nuevo comienzo.
Esa mañana había decidido explorar el pueblo así que mientras se dirigía de vuelta a la posada, observó a los habitantes del pueblo realizando sus tareas matutinas. Iba tranquilamente caminando cuando alguien le llamó la atención en la tienda de la esquina, y es que allí se encontraba Missy organizando frutas y verduras por lo que valientemente se acercó.
-¡Buenos días! ¿Puedo ayudarte en algo?- Preguntó ella con la sonrisa mas bonita del mundo según Eros
Hola.-Respondió él algo nervioso- Solo estaba explorando el pueblo. Me alojaré en la posada y pensé en venir a conocer el lugar.
-¡Qué bien! Me llamo Missy. Si necesitas recomendaciones sobre qué hacer en el pueblo, estoy aquí para ayudarte.-
-Encantado, Missy. Me vendría bien algo de orientación. Es mi primer día aquí.-Respondió tratando de alargar la conversación
Ella le dio una breve descripción del pueblo y le habló de los eventos locales. La conversación entre ellos fluía de manera natural, y Eros comenzó a sentirse más a gusto.
-¿Te gusta la tranquilidad?-Preguntó ella-Vallehermoso es perfecto para relajarse.
-Sí, es muy bonito.-Respondio- Lo necesito, especialmente después de todo lo que he pasado.