El precio del poder

La revelación sobre la hermana perdida había agitado el reino de Aeloria, creando una atmósfera de incertidumbre y expectación. Elara y Dorian, ambos conscientes del impacto de este nuevo descubrimiento, se preparaban para lo que podría ser una de las etapas más críticas en su lucha por el trono. La búsqueda de la verdad y el manejo de las implicaciones políticas se convertían en el enfoque principal, mientras cada uno trataba de obtener la ventaja necesaria para asegurar su posición.

Elara, junto con Maren y Lord Cedric, intensificó la búsqueda de información sobre la hermana perdida. Los documentos descubiertos revelaban que la hermana había sido apartada de la vida real por razones de seguridad y que había sido criada en secreto fuera del reino. La búsqueda ahora se centraba en rastrear su paradero y descubrir más sobre su historia y su estado actual.

Mientras tanto, Dorian, que había decidido no esperar a que Elara lo hiciera primero, movilizó a sus propios espías y agentes para encontrar a la hermana perdida. La competencia entre ambos bandos se volvió feroz, con cada uno tratando de ganar la delantera en esta carrera crucial.

Después de semanas de investigación y seguimientos, Elara recibió una pista importante. Una antigua criada de la familia real, que había servido en el pasado en la residencia de Eveline, había sido encontrada y estaba dispuesta a hablar. La criada, anciana y con una memoria frágil, proporcionó detalles sobre el paradero de la hermana perdida.

"Recuerdo haber oído rumores sobre ella," dijo la criada con voz temblorosa. "Ella fue llevada a un convento en las tierras del norte, donde fue criada bajo una identidad falsa para protegerla."

Elara, con esta nueva información, decidió enviar una delegación al convento para confirmar la verdad. La misión era delicada, pues el convento estaba en una región remota y de difícil acceso, y el riesgo de encontrar oposición era alto.

Dorian, al enterarse de la pista que había obtenido Elara, redobló sus esfuerzos para encontrar a la hermana antes que ella. Sabía que si lograba presentarla primero, podría usarla como una herramienta poderosa en su lucha por el trono. Movió sus hilos para obtener información sobre el convento y preparó una expedición para llegar allí lo más rápido posible.

Dorian también utilizó su influencia para hacer circular rumores que podrían desacreditar a Elara. En las calles y en los salones de la corte, comenzaron a circular historias sobre la incompetencia de Elara y su incapacidad para manejar la situación, intentando socavar su imagen y aumentar su propio apoyo.

La expedición de Elara finalmente llegó al convento en el norte, un lugar aislado y rodeado de bosques densos. La delegación fue recibida con cautela por las monjas del convento, que habían sido instruidas para proteger la identidad de la hermana perdida.

Elara, acompañada por su fiel consejero Maren, solicitó una reunión con la abadesa del convento. La abadesa, una mujer de edad avanzada con una mirada severa, recibió a Elara en una sala austera y modesta.

"Princesa Elara," comenzó la abadesa con voz solemne, "hemos oído hablar de tu llegada. Entiendo que buscas a alguien que ha estado bajo nuestra protección durante muchos años."

Elara, con firmeza y respeto, explicó su intención de encontrar a la hermana perdida para asegurarse de que pudiera tener un papel en el reino, si así lo deseaba. La abadesa, después de una breve consulta con sus superiores, accedió a permitir que Elara hablara con la hermana.

La hermana perdida, cuyo nombre era Selene, era una mujer joven y de aspecto reservado. Había vivido en el convento toda su vida, ajena a los conflictos y luchas que ocurrían en el mundo exterior. El encuentro entre Elara y Selene fue cargado de emoción y tensión.

Elara se presentó con cortesía. "Selene, soy la princesa Elara. Hemos descubierto tu existencia recientemente y hemos venido a conocerte. Quiero entender tu historia y saber cómo podemos trabajar juntos para asegurar el futuro de Aeloria."

Selene, al escuchar las palabras de Elara, parecía confundida y abrumada. "No sé mucho de lo que ha ocurrido en el mundo exterior," respondió con voz suave. "He vivido una vida tranquila aquí, alejada de los conflictos."

Elara le explicó brevemente la situación en Aeloria y la importancia de su rol en el reino. La conversación reveló que Selene había crecido sin saber mucho sobre su verdadera identidad y el destino que le esperaba.

Elara ofreció a Selene la oportunidad de regresar a la corte y tomar un papel activo en la vida política del reino, si así lo deseaba. Sin embargo, Selene, aunque impresionada por la oferta, se mostró reticente. Había vivido en paz durante muchos años y temía el caos que podría traer el involucrarse en los asuntos del reino.

"Princesa Elara," dijo Selene con decisión, "agradezco tu oferta, pero no estoy segura de si estoy lista para entrar en este mundo de intriga y conflicto. Necesito tiempo para considerar mi lugar en todo esto."

Elara entendió la decisión de Selene y le ofreció su apoyo, independientemente de lo que eligiera hacer. La hermana había sido parte de una vida secreta y el cambio era un gran paso para ella.

El descubrimiento de Selene y su potencial impacto en la sucesión trajo consigo un nuevo conjunto de desafíos. Tanto Elara como Dorian sabían que la presencia de Selene podría alterar el equilibrio de poder en la corte. La princesa, aunque satisfecha por haber encontrado a su hermana, también sabía que el precio del poder era alto y que debía enfrentar los desafíos que se avecinaban.

De regreso en la corte, Elara preparó una estrategia para presentar a Selene de manera que no solo fortaleciera su posición, sino que también tuviera en cuenta las posibles reacciones de los nobles y la población. Sabía que cualquier error en la presentación de Selene podría desencadenar una nueva ola de conflictos.