2do Año
La Guerra De La Sombra y la Luz
Luego de los acontecimientos ocurridos en el año anterior, Magnus regresó a las aulas de Derecho para continuar sus estudios y salir como profesional, y por supuesto, para luchar como el Portador de la Luz contra aquél que era el Portador de Sombra, Silfer.
Tras los dos encuentros anteriores en el sector del parque de la Laguna, el malvado estudiante había decidido afianzar su enemistad con el primero, por lo que se dedicó el verano entero a gestar un malvado plan para deshacerse del ahora ex-novato. Para ello se había hecho de nuevos aliados, además de los malogrados energúmenos de Marcus y Sans, y mejorar sus habilidades con la oscuridad.
Magnus por su parte, consciente de la necesidad de vencer a Silfer y asegurar la paz en la Facultad, dedicó también todo el verano a perfeccionar sus nacientes poderes de Luz, creando escudos, rayos de asalto y estelas de protección, así como nuevas habilidades de combate para así estar mejor preparado en caso de volver a enfrentarse una vez más con él.
Y como no, ahora Magnus tenía a sus aliados, Julius (con súper fuerza), Josy (Con súper velocidad y destreza mental) y Sena (Cuyo poder aún es desconocido, pero que poseía gran fortaleza y espíritu de lucha).
Ese era el panorama a comienzos de este año, uno que marcaría el principio de una guerra ya declarada entre ambas fuerzas, pero que sin embargo en el Campus, y particularmente en la Facultad de Derecho, no se sabía de aquello y solo se percibía en el horizonte una aparente sensación de calma y absoluta normalidad.
Como ya era costumbre, los segundos años debían realizar a los novatos el ya conocido "Matoneo". Magnus recordaba esto como si hubiera sido ayer, pues gracias a esta particular tradición comenzó su historia aquí, el inicio de su amistad con la pareja de tórtolos, su encuentro posterior con Sena y como no, el arranque de su rivalidad con Silfer.
Pero esta vez cambiaban los roles. Magnus era quien debía matonear ahora, junto con sus compañeros del año pasado. Aquello lo tenía muy complicado y lo incomodaba mucho, pues no quería perjudicar a ningún novato y se sentía muy acomplejado por ello.
— ¡Rayos! —Exclamaba enojado el joven—. ¡No quiero matonear!
Pero sus compañeros lo obligaron a realizar la supuesta "tradición", entre ellos un chico llamado Cris.
Este era compañero de generación de Magnus, de estatura baja, cabellos negros y cortos, tez blanca, algo de barba, un poco robusto de brazos y piernas, usaba lentes y tenía pinta de gran señor.
Como el resto de sus pares, Cris tuvo que soportar el ya clásico matoneo junto a Magnus el año pasado, con la diferencia que no tuvo la misma fortuna de no ser finalmente matoneado por Julius y Josy. Muy por el contrario, fue víctima de un matoneo humillante y vergonzoso, con burlas y manteca de buey en la cabeza, razón por la cual quería devolver la mano a los recién llegados, como una forma de manifestar su descontento por lo que vivió el año pasado. Pero Magnus no estaba muy de acuerdo con la idea, ya que lo consideraba de muy mal gusto replicar lo vivido por ellos con los novatos de este ciclo.
— Tienes que realizar el matoneo porque es una tradición universitaria y además porque ellos deben convertirse desde ya en hijos del rigor y sufrir para siempre las consecuencias de ser leguleyo. —Eran las palabras duras por parte del joven.
— Pues no estoy de acuerdo con el matoneo Cris, me parece denigrante tener que lastimarlos porque sí solo para darles la bienvenida. —Argumentaba Magnus.
Pero el desacuerdo persistió y Cris finalmente optó por ir a realizar aquella denigrante tradición, como lo describía Magnus.
Ese día llegó y antes de llevar a los novatos al parque de la Laguna, el joven Portador de Luz se encontró con Julius y Josy, a quienes contó su situación y pidió consejo.
— Te entendemos, a nosotros también nos obligaron a hacerlo y no quisimos en un principio, pero no queda de otra, viejo. Si no lo haces, te perjudicas solo ante tu generación. —Explicó Julius.
— No lo sé viejo, no me parece que sea correcto lastimar a los novatos con eso. No quiero presionarme a realizar algo que no me gustaría que me hicieran. —Dijo Magnus.
— Y por qué no haces como nosotros, finge que vas a matonear y asunto arreglado. —Aconsejó Josy.
— ¡Cierto! ¡Buena idea! —Exclamó Magnus.
— ¡Esa es mi chica! —Dijo con admiración Julius a su novia.
Josy solo se limitó a sonreír, pues el halago era bien correspondido.
— Había olvidado que ustedes fingieron matonearme el año pasado. La verdad nunca supe por qué no se atrevieron a hacer eso conmigo. —Dijo a modo de pregunta Magnus.
— No lo sé, tal vez porque nos sorprendió tu extraordinaria Luz y ello nos impidió hacerlo, ¿No lo crees? —Decía con ironía Josy.
— Ajá. —Corroboraba su novio.
— Y si no hubiese tenido ese poder, si hubiera sido solo un chico común y corriente, ¿Me habrían matoneado igual? —Preguntó con más ahínco Magnus.
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Editado: 28.06.2020